GOBIERNO LOCAL EN DISTINTAS PARTES DEL MUNDO

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Esta era menor en el peso político y jurídico, de la asamblea de los ciudadanos, mientras que el consejo y los magistrados tenían mayores poderes.

La Polis Democrática: Surge a partir de las demandas de participación y reconocimiento político y de participación que amplios sectores de los ciudadanos que exigían a los magistrados (comerciantes), llevando a un régimen democrático.

Los Gobiernos locales en la República e Imperio Romano

Municipio como la expresión eminentemente popular en la administración local se dio en la época de la Republica y del imperio Romano.

La palabra Municipio es también un concepto de significación romana. Como Municipium se designaba a ciertas ciudades de Italia conquistadas por Roma, lo cual determinaba su status de comunidad política subordinada al Imperio. Estas ciudades de Italia recibieron el carácter de cives municeps (ciudadano del municipio) el derecho a la ciudadanía romana.

Los gobiernos locales en el contexto del poder Romano, representan la relación política de subordinación de las ciudades en relación con un Poder dominador imperium.

La idea central del Municipio Romano es la autonomía sin independencia política, en el sentido de poder regir los propios intereses locales, a diferencia del Poder de Roma, que ejercía otros derechos propios.

La mayor característica de los gobiernos locales romanos, era que poseían o bien una autonomía local completa, o bien un amplio autogobierno. La fuerza del poder romano aumentó gracias a la amplitud dejada a la libertad local; que se apoyaba en un sistema de autogobierno cívico y que decayó cuando el despotismo domina las estructuras municipales.

Un hito fundamental para la historia de los municipios es la reordenación de los pueblos itálicos en la llamada Lex Julia Municipalis, ley dictada por Cesar el año 45 A.C. Esta ley reglamentaba el funcionamiento de la policía de Roma y el estatuto municipal de las ciudades equipadas jurídicamente al Imperio. Esta ley estableció además que cada Municipio se estructurara en torno a un Consejo (curia, comicios y magistrados).

Los caracteres específicos del Municipio romano fueron:

- Un territorio determinado propio.

- Un pueblo que se manifestara en su asamblea general, afirmándose como tal pueblo de la comunidad municipal.

- Una organización, especializada en un cuerpo deliberante, curia, con sus magistraturas.

- El culto de sus dioses.

El régimen municipal romano alcanzó su esplendor en los primeros siglos del Imperio, luego cayó en un período de decadencia y termino siendo consumido por la centralización imperial.

La tradición romana pesó decisivamente en la herencia medieval, la cual trajo la concepción señoril de las reuniones populares, en donde la nobleza y los soldados se constituían en la voz final de las decisiones.

El legado del municipio romano implicó un aporte al problema del equilibrio político de poderes, esto es, el compatibilizar la existencia de un núcleo de población, de vida local determinada por relaciones íntimas de vecindad, con la acción de un gran poder de dominación, en este caso el Imperium.

En este sentido, tanto la República como en parte del Imperio, las distintas organizaciones romanas fueron capaces de armonizar la vida de ciertas comunidades de vida local (la ciudad) versus las necesidades de expansión, de conquista o de cooperación política territorial, que este por encima o más allá del núcleo vecinal.

El Gobierno Local durante la Edad Media

Tras la descomposición del Imperio Romano, las invasiones bárbaras y la irrupción del Cristianismo y la Edad Media,antiguas estructuras locales sufren un proceso de decadencia y los importantes grados de autonomía que habían logrado sufren un retroceso ante el poder de las monarquías y señoríos que surgen tras la caída de Roma como aglutinador del poder político. Los sistemas sociales y políticos se “ruralizan” perdiendo importancia grandes ciudades.

La institución político- administrativa más relevante de este periodo surge a partir del Siglo X con el Feudalismo, sistema político que tendrá como ejes a la Iglesia, el Clero y la Nobleza. Las ciudades medievales organizadas como ayuntamientos tendrán como característica más relevante el Fuero. Estos eran verdaderos estatutos políticos que regulaban la relación entre el fundador y los habitantes de las ciudades, establecía las servidumbres de los vasallos, los derechos de los señores, sus competencias, etc. los cuales variaban según el derecho de cada región, podían estar resumidos en códigos generales de leyes y costumbres, que consagrados por una observancia general llegan a adquirir con el tiempo la fuerza de la ley escrita.

Lo anterior determina la diversidad y la particularidad como los rasgos esenciales de la administración local durante la Edad Media, lo anterior debido a que cada ciudad poseía un fuero especial el cual era a su vez adquirido en forma aislada por estas, con su constitución peculiar y fisonomía propia.

Estos fueros también podían ir condensados en cartas de privilegios, concesiones de gracias, mercedes, franquicias o libertades; o bien en las llamadas cartas-pueblas a través de las cuales el Señor pactaba con la población o colonos de un terreno, las condiciones para su cultivo y disfrute, a partir del pago de ciertos tributos o bien el reconocimiento de estos al vasallaje.

Clave para entender el desarrollo de los gobiernos locales en la España de la Edad Media y posteriormente en sus territorios americanos, son las cartas expedidas por los reyes o los señores, las cuales regulaban los privilegios de soberanía de las ciudades a partir de las cuales se derivaban constituciones, ordenanzas, leyes civiles y criminales con el fin de asegurar un gobierno justo en las villas ciudades establecidas bajo su mandato.

El Gobierno local durante la Edad Media española y la reconquista

El gobierno local español medieval tiene su directa correspondencia con la estructura heredada de los municipios romanos. Tras la caída de este Imperio, los territorios que componían la antigua Hispania, son conquistados por los Godos. Sin embargo las estructuras locales conservaron tanto la organización y la autonomía del Imperio Romano.

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