Historia de las ideas políticas y sociales

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“ismos” como el fascismo y el socialismo.

Lo que denuncia el socialismo, el socialismo de palabra, es que dentro del movimiento se encuentran contradicciones en lo referente a lo práctico. Y algo práctico es de hechos no de palabras.

“… el Estado… cuando llega a un grado de desarrollo

determinado; es la confesión de que esa sociedad se ha enreda-

do en una irremediable contradicción consigo misma y esta divi-

dida por antagonismo irreconciliables...” 3.

Aquí se vislumbra que el propio socialismo embarcado en su propia lucha de clases sólo hace entrar en letargo la cuestión práctica. Presenta la razón de Estado como posturas antagónicas y sobre todos irreconciliables. Primero, no trae sencillez al discurso analítico académico. No dejemos de observar que sencillez bajo ningún concepto es pobreza, sino accesibilidad a la comprensión del hecho observado (en este caso en particular). Segundo, la contradicción aparente o real, de dicha sociedad es tomada como un elemento negativo so pretexto para restaurar la doctrina marxista de Estado, siendo que puede tomarse esto (las contradicciones) como elemento inherente a los vínculos intersujetivos mencionados precedentemente. Por ultimo, la importancia de una praxis, real y efectiva sobre todo, se deshace por posturas irreconciliables, aquí el concepto es mas que evidente.

Cuando se piensa en el Estado, sea desde cualquier lupa, en todos los casos analizados, el primero tiene relevancia. No se plantea ningún escenario organizativo sin el Estado, y en el mejor de los escenarios sin Estados los aportes son más que confusos.

Se trazan muchas tergiversaciones, en las diferentes doctrinas, que son funcionales a heterogéneos sectores sociales que nada hacen en concentrar las diferencias para poder salvarlas y encontrar un estadio superador.

En este sentido me encuentro más cercano a las tesis filosóficas planteadas por Mao tse-Tung. En china se percibe claramente dichos “antagonismos irreconciliables” tanto en la burguesía China, el proletariado, los campesinos chinos (que son mayoría y motor del movimiento revolucionario) y el sector académico.

A pesar de ello, en sus enunciados, Mao presta atención en la unión, si quiera temporaria, de la heterogeneidad clasista de la sociedad China hacia una convergencia en post de lucha contra un enemigo superador externo como el Imperialismo (principalmente Japonés) y el capital extranjero.

En palabras de Mao, si el conocimiento depende primordialmente de la práctica, se conoce poco, porque lo que considero que debe ser práctico, sencillo y rápido se pierde en este tipo de análisis. Se pierde desde el momento, que bajo estas premisas de análisis, se sostiene que los miembros de una sociedad sin clases realizan producciones para solucionar problemas materiales de conjunto.

Principalmente porque la supuesta visión completa de la realidad societaria, que posee el proletariado (a través de su instrumento científico: el marxismo) se pierde en estas alocuciones (¿de barricada demagoga?) perdiendo lo que inicialmente enarbolaba: ser prácticos. A esta altura de las reflexiones agregamos, que ser prácticos es tener hechos concretos realizados y realizables.

El desarrollo abstraído del académico de gabinete debe quedar ahí mismo y flotar a la esfera de la operacionabilidad sólo, valga la redundancia, lo operacional.

“…pues ¿quien es el hombre? el que se queda con la madre, a

curarle la enfermedad, o el que la pone a trabajar donde no la

vean, y vive de su sustento en las tierras podridas, con el gusano

de corbata, maldiciendo del seno que lo cargó, paseando el letrero

de traidor en la espalda de la casaca de papel…” 4

Si el estado tiene que ser práctico, los enunciados de José Martí (que tienen una prosa única) lo son. Elijo esta frase del autor, anteriormente enunciada, porque es en la que entreveo esa idea del académico “ metiendo la mano en el fango” para encontrarse con la realidad mediata, la cual quiere interpretar y sobre todo quiere modificar a través de formulaciones operativas concretas que hacen a lo practico. En este caso lo practico del Estado.

Porque el estado, como organización política, es autoridad y esta última precisa de gobernabilidad y para ello un conocimiento de los elementos naturales de lo que conforma el Estado.

No será este el espacio en lo que desarrollaré lineamientos conceptuales en relación a la discusión de que es primero la Nación o el Estado. Si dejar en evidencia que una de las condiciones de estatidad está enmarcada en lo referente a las condiciones de nación. Sobre todo vinculado a patrones lingüísticos-culturales necesarios para una convivencia armónica. Existen elementos mínimos, que no serán enumerados con la finalidad de no caer en lo impractico, justamente cuando buscamos lo contrario. Entonces queda claro que Nación y Estado es un binomio que no se puede separar.

Si tomar parte de la realidad practica, nos permite el verdadero conocimiento. Si la verdad es sólo consecuencia de la práctica social objetiva. No encontramos en una paradoja. Cómo ser objetivos, si somos sujetos. La subjetividad no nos permite alcanzar ese estadio de objetividad, para alcanzar la verdad y desde allí llegar al conocimiento.

Sin llegar al conocimiento no podemos ser prácticos y por ende modificar la realidad mediata que nos rodea, con ella el Estado.

Bien, todo lo detallado no posee esta extremidad de posturas, que distingo principalmente en los enunciados de Lenin. Que lo enunciado aquí no paralice, de hecho no lo hace, principios básicos de organización política propios al Estado.

Si bien hay que reconocer la finitud de la experiencia para la creación y captación de conocimiento, es posible realizar conceptualizaciones funcionales a la transformación de la realidad imperante. Dichas teorizaciones deben guiar la práctica pero sin caer en el error de enquistarse en si misma sin permitir las críticas, siempre constructivas y elevadoras.

“… el marxismo-leninismo es reconocido como la verdad… ha

sido confirmada por la práctica