Isadora duncan y mary wigman

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La primera víctima de este supuesto maleficio fue su primer esposo, el polaco Iván Miroski, quien muere después de una serie de fiebres un poco después de separarse de Isadora.

Después de esto, y alimentando la creencia de aquel supuesto maleficio, una serie de extraños accidentes y desapariciones rodeo a aquellos que hubiesen sido sus amantes, ocasionales o duraderos.

Unos años después en 1913, esta supuesta maldición se oscurece sobre sus hijos, Deirdre y Patrick, cuando Isadora estaba triunfando en París.

El percance ocurre, un día después de ensayos, agobiada por el trabajo decide confiarle los niños a la institutriz, para que los llevara a Versalles, pero minutos después de la partida, cuando el auto bordeaba el Sena, se quedaron sin frenos y al girar para atravesar uno de sus puentes, el auto cayó al agua, dejando atrapados en su interior a los pequeños, quienes perecieron de ahogamiento.

Isadora declaro: "Si esta desgracia hubiera ocurrido antes, yo hubiese podido vencerla; si más tarde, no habría sido tan terrible, pero en aquel momento, en plena madurez de mi vida, me aniquiló" (biografias y vidas, 2016)

Después de esto Isadora interrumpió su carrera y se dedicó por entero a la enseñanza, tratando que el dolor desapareciera con una carga dura de trabajo.

Varias veces pensó en quitarse la vida, pero la idea de que los niños, empezando por sus alumnos de la escuela que fundo en 1904, la necesitaban, Duncan comenzó a llevar sus conocimientos a otros países, este camino la conduciría a Moscú, después de que la unión Soviética se viera interesada en recibirla.

Gracias a esto conoce a Sergei Esenin, poeta y cantor de la revolución de 1917. Esenin se enamoró locamente de Isadora y consiguió que ésta renunciara a su propósito, repetidamente afirmado, de no contraer matrimonio. Y es aquí donde el supuesto maleficio regresa y se atañe sobre el nuevo matrimonio.

Pero esta unión no sería mejor que las anteriores, de hecho fue catastrófica. Pues que después de viajar por Europa y Estados unidos, Sergei se hunde un una depresión y falta de creatividad, justificándolo con estar lejos de su patria.

Así que se tomó la decisión de regresar a Moscú, pero no cambio nada, al contrario, Sergei continuo y empeoro su estado hundiéndose en una misantropía y en el alcoholismo. La paciencia de "la ninfa" llegó al límite. A finales de 1924, Isadora, ya divorciada, abandonó la Unión Soviética. Un año más tarde supo, por la noticia publicada en los periódicos, que su ex marido se había quitado la vida.

Después de esto a Duncan no le fue muy bien, ni los productores ni los empresarios de entusiasmaban ya con sus trabajos, además sus opiniones ateas, su actitud favorable hacia la Revolución Rusa y su evidente aceptación del amor libre no eran cualidades que la opinión pública occidental, a la defensiva después de la eclosión comunista, valorase positivamente.

Isadora decide volver a los escenarios con una serie de recitales, pero aquellos lugares que la recibían abarrotados de gente entusiasmada por contemplarla en el pasado, comenzaron a recibirla casi vacíos silenciosas y heladas.

Después de este fracaso se refugió en Niza, donde terminó su autobiografía y preparó El arte de la danza, libro en el que pretendía ofrecer una síntesis de sus enseñanzas.

Y el miércoles 14 de septiembre de 1927, Isadora se ve envuelta ella misma en su propio maleficio. Iba paseando en su choche a toda velocidad, su chal rojo, aquel mismo que había agitado ante su público que la recibía de nuevo en la Unión Soviética, se atoro en uno de los radios de las ruedas del coche, y al no poderse liberar de aquel cruel destino, Isadora muere ahorcada.

Y ese fue el triste final de la vida llena de tragedias y triunfos de la gran Isadora Duncan.

Corriente en que sitúa sus coreografias y bajo que estilos[pic 5]

Después de esta investigación llegue al punto donde me di cuenta de esta respuesta, sus danzas eran siempre expresivas, y creía fielmente que esta debía ser con movimientos naturales, prolongaciones de los movimientos cotidianos que el cuerpo realizaba.

Creía que la danza se debía apoyar en los ritmos que la naturaleza ofrecía, como el vaivén del viento, o el movimiento de las copas de los árboles, quizá el oleaje a la orilla del mar, lo cierto es que para Duncan era muy importante estar en armonía con el medio donde bailaba o del cual se inspiraba.

Para ella era importante estar en sintonía, si bailabas inspirado en el ritmo del oleaje por ejemplo, debías ser parte de él, con movimientos fluidos y, recalco nuevamente, naturales. Para nada debías ir de aquí para allá dando brincos, girando con una técnica impecable, y subiendo tu pierna por encima de tu cabeza, porque para ella eso no podía expresar nada realmente.

Y esa es nuestra palabra clave, Duncan sitúa sus coreografías bajo una corriente expresionista además de una influencia griega, por la cual desarrollo un amor al estudiar en el museo de Londres, y estilos propios.

“Su método coreográfico era una especie de filosofía basada en el convencimiento de que el baile ponía al individuo en comunicación armónica con el ritmo intrínseco de la naturaleza y los cuerpos celestes.” (biografias y vidas, 2016)

Características principales de sus obras

- Bailaba descalza

- Su vestuario eran simples túnicas al estilo griego sobre su cuerpo desnudo

- La música que bailaba eran piezas que no estaban compuestas para ser bailadas

- Era el amor a la naturaleza y a la vida lo que había de transmitirse a través del movimiento

Formas modernas en la danza [pic 6]

Mari Wigman (1886-1973)

Nació en Hannover, Alemania. El 13 de Noviembre, Su nombre completo era Karoline Sophie Marie Wiegmann.

Inicio su carrera de bailarina estudiando gimnasia rítmica con el músico y compositor suizo, Émile Jaques-Dalcroze.

Wigman estudio tres años con Dalcroze. Más que en la música ella se interesó en explorar la emoción como la fuerza que genera la danza.

En 1910 Wigman conoce al gran innovador de la danza y el movimiento,