La Dactiloscopia: Evolución en los medios de identificación
Enviado por tolero • 31 de Agosto de 2018 • 2.563 Palabras (11 Páginas) • 580 Visitas
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Resulta interesante comprobar cómo la mano fue un elemento de inspiración primaria para aquellos rudimentarios artistas que iniciaron con los estudios de identificación.
La evolución en los sistemas de identificación humana ha resultado impresionante. Las viejas prácticas utilizadas para diferenciar a las personas se modificaron con el transcurso del tiempo, pasando de la etapa bárbara, en donde las vejaciones a los individuos era de lo más común y aberrante por el grado de crueldad con que eran tratados, a la etapa científica, en donde la ciencia y tecnología han desempeñado un papel fundamental, considerando plenamente el respeto a los derechos humanos.
Desde la antigüedad, la sociedad se defendió de los miembros que se burlaban de sus leyes, de la seguridad del núcleo, de la vida y la propiedad, aplicando penas tan brutales que hoy ofenden la sensibilidad humana. Aunado a las condenas impuestas a los transgresores de la ley, también les colocaban una serie de marcas para identificarlos; esta actividad se llevó a cabo en diversas partes del mundo, estableciendo cada pueblo sus caracteres de identificación.
A las marcas impuestas a todos aquellos considerados como criminales, se les sumó el brutal acto de la mutilación, cortando miembros del cuerpo tales como: dedos, orejas, lengua o nariz.
El empleo de las marcas, también consideradas como tatuaje judicial, tuvo dos finalidades: La identificativa y la ejemplificativa. Sin embargo, estos actos inhumanos dejaron de ser utilizados a principios del siglo XIX, periodo en que las doctrinas penales, acordes con la naturaleza y dignidad humana, las desterraron por completo.
Un ejemplo de lo que sucedía para identificar a las personas es lo que ocurrió en Inglaterra, lugar donde se utilizaron las marcas de fuego como medio de identificación criminal, esto ocurrió desde el reinado de Eduardo IV (1461 a 1483) hasta Jorge III (1760 a 1820), quien abolió esta inhumana práctica. Después, a principios del siglo XIX, se popularizaron en Londres los llamados desfiles de identificación, los cuales tenían como objetivo que los elementos de policía más experimentados examinaran a los delincuentes recientemente arrestados para descubrir si se trataba de reincidentes que habían proporcionado nombres falsos.
Posteriormente, en 1872, el Scotland Yard utilizó la fotografía como medio de identificación criminal; sin embargo, para 1885 adoptó el sistema antropométrico por considerarlo un método más completo de individualización de personas y, a partir de 1901, empezó a utilizar el sistema de identificación dactiloscópica denominado Galton-Henry, así como el sistema Vucetich, de los cuales se hablará más adelante.
Resulta importante señalar que a pesar de que el uso de la dactiloscopia se llevó a cabo de manera oficial a finales del siglo XIX y principios del XX, se sabe que desde tiempos antiguos ya se utilizaban las impresiones digitales para los efectos de identificación.
“Las impresiones digitales ya eran usadas por los chinos en la antigüedad como forma de identificación para la firma de documentos. Sus fundamentos científicos surgen con los avances del conocimiento de la histología de la piel en el siglo XIX, en tanto la técnica para su aplicación sistemática en identificación humana fue desarrollada por Juan Vucetich Kovacevich en la Plata (Argentina) y publicada en 1901."[4]
El empleo de las huellas dactilares con fines identificativos tiene antecedentes históricos; sin embargo, su tratamiento científico como tal tuvo comienzo con los estudios de Marcelo Malpighi en 1665; continuando en 1823 con Juan Evangelista Purkinje; en 1858 con las aplicaciones prácticas de Sir William J. Herschel; en 1860 con los trabajos de Henry Faulds, quien utilizó la dactiloscopia en forma práctica y con fines de identificación criminal; en 1888 con los estudios del antropólogo y filósofo inglés, Sir Francis Galton, quien elaboró una clasificación de 41 tipos de impresiones digitales y publicó una abundante bibliografía para divulgar sus descubrimientos; en 1893 con Edward Richard Henry; y culminaron con la clasificación ideada por Juan Vucetich, puesta en marcha en el Gabinete Dactiloscópico argentino a partir de 1905, misma que posteriormente fue adoptada por varios países al considerarla sumamente práctica y confiable.
El estudio de la identificación, enfocada al ámbito criminal, adquirió mayor importancia con el surgimiento del derecho penal. A partir de la publicación del Código Penal Francés en 1810, en donde las condenas se endurecieron para los delincuentes reincidentes, se hizo necesaria la creación de métodos de identificación seguros y eficaces que no tuvieran un costo tan elevado y que proporcionaran un resultado indubitable. Por lo anterior, Francia estableció los antecedentes del Casillero Judicial, en donde se concentraba la documentación necesaria para la identificación de los delincuentes a partir de sus datos personales.
La etapa bárbara
El hombre se empeñó constantemente por alejar de sus grupos sociales a todos los individuos que, por su tendencia al mal, no encontraban una armonía social.
Con la necesidad de tener identificadas a las personas, y con la firme idea de comprobar si un ser humano es el mismo que se supone, surgió la preocupación de crear una forma de distinguir a los sujetos en una sociedad medianamente organizada.
La problemática que se generó con esta necesidad fue que no se encontraba el medio idóneo que pudiera distinguir al hombre “bueno” del “malo”. Eso fue precisamente lo que no podía permitir y se buscaba en forma terminante separar a los malos individuos del seno de la sociedad. Lo anterior dio paso al empleo de métodos bárbaros tales como: marcas de hierro candente que eran estampadas brutalmente en los delincuentes, la utilización de argollas y cadenas que eran soldadas al cuerpo, las deformaciones provocadas, y, lo que era más bárbaro y vejatorio, las diversas mutilaciones corporales. Así también, fueron expuestos a las “ordalías” o también conocidos como “juicios de Dios”.
- Las ordalías
La barbaridad con que se impartía justicia y se ejecutaban los medios de prueba en los primeros siglos después de Cristo, fue sumamente cruel. Es en ese periodo cuando aparecieron las llamadas ordalías, que no fueron más que actos irracionales que pretendían fungir como medios de prueba basados en designios religiosos.
En la antigüedad las pruebas terrenales no tenían ninguna injerencia en la impartición de justicia; la resolución de los actos de
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