La Echeverría, López Portillo, De la Madrid
Enviado por Christopher • 15 de Noviembre de 2018 • 9.392 Palabras (38 Páginas) • 372 Visitas
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La política de apertura democrática de Echeverría alentó la formación de nuevos partidos políticos, la mayoría de izquierda.
Crisis política
Movimientos estudiantiles
Crisis en la Universidad de Nuevo León. Desde 1971, comenzaron las manifestaciones estudiantiles de descontento en diversos estados de la República. Uno de los casos más destacados ocurrió en la Universidad de Nuevo León, como secuela de una serie de acontecimientos ocurridos por la existencia de ideologías contrarias que se enfrentaron entre sí y en contra de las autoridades de la universidad para defender sus ideas y alcanzar sus respectivas metas. Como resultado de sus luchas, a en noviembre de 1969 se concedió la autonomía a esa universidad.
Al iniciarse el sexenio de Luis Echeverría, surgieron nuevos conflictos cuando varios grupos de estudiantes buscaban influir en la elección de un rector que favoreciera sus respectivos intereses. Este fue elegido en febrero de 1971.
El Consejo Universitario de la UNAL protestó contra el proyecto que fundamentaba la formación de una Asamblea Popular, y en seguida se declaró una huelga general. Hacia fines de mayo, el gobierno de Nuevo León decidió utilizar la fuerza para someter a los inconformes, lo que provocó nuevas demostraciones de apoyo en el país, inclusive por parte de la UNAM.
Por el grado de atención, el gobierno federal intervino y solicitó al gobernador Elizondo cancelar el proyecto, a lo cual se negó. El gobernador mantuvo su negativa y prefirió renunciar a su cargo. Aunque parecía que el conflicto había sido solucionado, un nuevo encuentro entre fuerzas de izquierda y derecha, buscaban obligar al nuevo rector, Ulises Leal a renunciar, para ser sustituido por un nuevo rector que se consideraba menos conflictivo.
Movimiento estudiantil en la Ciudad de México
Los acontecimientos en la UANL, motivaron a los estudiantes de la Ciudad de México, principalmente en la UNAM, se unieran a sus protestas contra el gobierno a favor de la autonomía universitaria en Nuevo León.
El 10 de junio de 1971 se reunieron cerca de 10,000 personas que pedían la democratización de la enseñanza, la libertad de los presos políticos, la asignación del 12% del PIB a la enseñanza y el control de los presupuestos universitarios por estudiantes y maestros, además de la solidaridad con los universitarios de Nuevo León, por parte de alumnos de la UNAM.
Cuando el contingente estudiantil iniciaba su recorrido por la capital del país, se presentó el grupo paramilitar de los halcones, quienes reprimieron por dar más de fuego de garrotes a los integrantes de la manifestación. Se produjo una masacre en la que murieron al menos 29 personas y fueron heridos un centenar.
El presidente Echevarría mostró indignación por los sucesos y pidió la renuncia al regente de la Ciudad de México, Alfonso Martínez Domínguez, así como director de la policía, coronel Rogelio Flores; declaró que los estudiantes eran inocentes y prometió llevar a cabo investigación. La investigación nunca llegó a concretarse.
Secuela de los movimientos estudiantiles
El estudiantado más activo buscó relacionarse con el movimiento obrero enfatizaron sus luchas, e incluso identificarse con la guerrilla urbana. Estos grupos fueron objeto de persecución y severa represión, las cuales causaron la desaparición e incluso la muerte de un número de personas que no fue oficializado, debido a que tales hechos no fueron reconocidos por las autoridades en funciones.
El 14 a marzo de 1975, cuando el presidente Echevarría intentó restaurar la tradición de inaugurar los cursos de cada nuevo período escolar en la UNAM, recibiera insultos de los estudiantes e incluso fue herido en la frente por una piedra que éstos arrojaron.
Acciones armadas
El orden interno se había perturbado por movimientos armados en contra del gobierno echeverrista, encabezados por Genaro Vázquez rojas y por Lucio Cabañas, ambos en el estado de Guerrero. Otros guerrilleros, en su mayoría hermanos, operaban en regiones y ciudades del país, principalmente en el Distrito Federal, Monterrey, Chihuahua, Guadalajara y Sinaloa. El secuestro financiaba sus actividades.
El orden interno se vio perturbado por movimientos armados en contra del gobierno, además de secuestros a particulares y asaltos a bancos y centros comerciales, los cuales extendieron por todo el país. Para fines del sexenio, la mayoría de los activistas de al menos media docena de organizaciones clandestinas se encontraban en prisión o habían sido eliminados en acciones policiacas y del ejército.
Antagonismo entre el gobierno y el sector empresarial
Graves momentos de fricción
El enfrentamiento entre empresarios y gobierno giraba en torno a cuatro puntos: la política fiscal, la política obrera, el papel del estado en la economía y las medidas de Echeverría para reconciliarse con los grupos de izquierda.
Al adoptar el socialismo como estrategia populista, Echeverría despertó la desconfianza de la iniciativa privada y no pudo obtener el apoyo que buscaba en las masas. La unidad de los empresarios en contra de los repetidos ataques verbales de Echeverría fue el punto de partida para la fundación del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
La iniciativa de ley sobre asentamientos humanos propuesto por Echevarría a principios de 1976, fue otro motivo de conflicto entre el gobierno y los empresarios. Después de varios enfrentamientos verbales y de acusaciones mutuas, el sector empresarial aceptó públicamente la necesidad de la ley. Desafortunadamente, en los últimos meses del sexenio habrían de surgir nuevos enfrentamientos que conducirían a la ruptura definitiva entre el sector empresarial y el gobierno echeverrista.
Sucesión presidencial
Echeverría destapó con bastante anticipación a siete precandidatos y los hizo comparecer ante el Congreso. El único de sus precandidatos que no había formado equipo hacia la sucesión era José López Portillo.
El 17 de septiembre informó a López Portillo que sería su sucesor. Para los empresarios nacionales y extranjeros, la designación de López Portillo fue bien recibida, prometiendo redoblar esfuerzos para cumplir con su "responsabilidad social de invertir y reinvertir".
López Portillo no
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