La Grecia clásica del siglo V a.C. estaba llegando a su fin producto de diversos acontecimientos

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Una vez ya normalizada la situación Grecia y con los preparativos hechos, Alejandro atravesó el Helesponto en el año 334 a.C. para no regresar*, llevaba solo treinta y cinco mil hombres y se proponía atacar un reino cincuenta veces mayor que el suyo, los resultados de las batallas entre macedonios y persas tiene muchos elementos que pueden explicar el porqué de tal hazaña que realizo Alejandro, el imperio persa estaba en una decadencia desde hacía varias décadas, viendo solo unas pequeñas luces de lo que alguna vez fue con la conquista de Egipto de parte del rey Artajerjes III. Los contantes motines de los sátrapas, la poca reacción de estos ante la presencia del ejército macedonio sumado la incompetencia de su rey Darío III entregaron los elementos necesarios para que Alejandro con su talento y habilidad natural para la guerra fuera avanzando con relativa facilidad a través de los territorios del imperio aquemenida. Raudamente libero los pueblos helénicos encontrados bajo dominio persa a los cuales les entrego plena autonomía de sus tierras, las cuales según investigaciones más recientes las ciudades de Asia menor fueron incorporadas a la liga de Corintio por propia decisión, además de crear un culto a su persona probablemente producto de la alegría por la liberación del imperio persa.

Alejandro llego para los territorios ocupados por los persas como un libertador, esto puede deber a varias razones para empezar Alejandro solía estrechar lazos con los pueblos ocupaba, respetaba la cultura vernácula del lugar, generalmente realizando un ritual a la deidad local y siempre estuvo abierto a la hora ver los avances de los pueblos de oriente al contrario del hombre griego de la época el cual estaba embriagado de su altivez cultural y probablemente cegado y cerrado a los avances producidos en aquellos confines, aun considerando que la cultura griega es en parte fruto de mezclas con elementos orientales con indoeuropeos, esto obviamente genero estupor en los griegos, los cuales no veían con buenos ojos aquellas actitudes del Hegemón Panhelénico. Alejandro incluso llego a actuar como un embajador de la cultura griega, durante las conquistas de las ciudades se celebraban con festivales donde se representaban tragedias griegas se daban a conocer viejas leyendas algunas que podían tener su contraparte u origen en el oriente, pero a pesar del respeto que Alejandro pueda tener por la cultura de oriente siempre mantuvo la cultura helénica en un nivel superior generalmente relegando los trabajos arquitectónicos llevados a cabo en Egipto, Caldeo o Persia a casi siempre griegos y ocurría lo mismo con otros profesionales de las artes, esto probablemente fruto de su educación impartida por Aristóteles. Todo esto más adelante se llevaría a cabo bajo un plan en el cual Alejandro buscaba la unificación de culturas, en lo cual quería desembocar en un impero universal, no solo por la extensión de su territorio, sino que también por la extensión de una cultura común.

A pesar de la imagen cuasi divina que se formó sobre la figura de Alejandro a lo largo de los años, probablemente el también creía que era el protagonista de una misión de corte mesiánica la cual sería la de unir mundos, hay varios momentos en el que se puede dar esta sensación de ente superior, entre ellos, el momento en el que se consumó el matrimonio de Filipo II y Olimpia, Olimpia sintió que un rayo le cayó en el vientre y que de golpe se encendió mucho fuego, o hecho de que Olimpia le haya contado que Filipo II no era su padre, como los semidioses hijos de Zeus, pero el principal hecho pudo ser probablemente el momento en el que el ejército macedonio hizo posesión de Egipto, no hubo resistencia debido a que los egipcios estaban descontentos con el yugo persa, y recibieron a Alejandro como libertador y no como sucesor del imperio persa sino como faraón heredero de una larga dinastía de gobernantes egipcios, una vez Egipto se adentró en el desierto para llegar hasta el oasis de Siwa, donde encontraba el templo de Ammón, el dios oráculo asimilado por los griegos a Zeus. Allí los sacerdotes lo saludaron el título de hijo de Ammón, ante esto ¿era extraño que él se sintiera ejecutor de una misión más elevada? Como afirma Bengtson, esto le sirvió de buena propaganda en Grecia, pero más aún quizás este fue uno de los motivos por el cual se vio impulsado en su misión de la conformación aquel imperio de carácter universal, el sentirse parte de una misión mesiánica, por su origen divino.

Ya con Egipto bajo su control fundo una de las ciudades más importante del mundo antiguo, una de las tantas que llevan su nombre, pero ninguna tan importantes como esta, Alejandría se erigió como centro comercial y cultural de mar mediterráneo oriental supliendo la importancia de la destruida Tiro, adquiriendo como su figura un carácter cuasi legendario.

A medida que el imperio de Alejandro iba tomando forma, era imposible para una solo persona mantener el poder, así que el tomo la forma de división utilizadas por el imperio persa, dividiendo el territorio en satrapías, las cuales serían gobernadas por generales designados por el, los cuales en un inicio eran macedonios, pero más adelante incluso integro a persas en el gobierno de las satrapías.

Luego de abandonar Egipto después de casi un año y medio marcha a través de Siria cruzando el Éufrates y el Tigris, por primera vez en la historia los europeos se adentraban en un nuevo mundo, al este de Éufrates se abría un mundo nuevo ante el rey y sus soldados. En Mesopotamia comienza la verdadera Asia con sus intensas variaciones de temperaturas y catástrofes: se abren grandes espacios, con dimensiones en las que las mentalidades europeas perdían sentido, afirma Bengtson en su libro “la historia de Grecia”.

En Gaugamela el día 1 de octubre del año 331 a.C. se llevó a cabo la batalla decisiva sobre el futuro de Asia, realizada ahí por órdenes de Darío III para hacer uso de la amplia llanura que resultaba favorable por su amplio número de soldados. Esta batalla marco el fin del Imperio Persa, en la cual fue decidor la actitud de Darío de que en lugar de resistir la embestida macedonia decidió retirarse, acto recurrente de parte de Darío, que se dio la fuga y escapo a Media, pero no solo la pobre actitud del rey aquemenida fue decisiva, los macedonios fueron capaces de hacer frente a un ejército de un millón de hombres Alejandro después de su victoria en la batalla, toma el título de “Rey de Asia”. En Babilonia Alejandro entro sin resistencia alguna, brindando al joven un recibimiento triunfal, tuvo a disposición todos los tesoros del rey, pero aquí fue donde se empezó a vislumbrar el plan de Alejandro, por primera vez puso a un persa como gobernador de una ciudad.

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