La batalla de Troya

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El tercer incidente principal que llevó a la guerra de Troya fue la visita de París a Esparta. Cuando Paris regresó a Troya, fue reconocido y exceptuado, por lo que se le pidió que fuera a Esparta como diplomático, Paris estuvo de acuerdo. Estando Paris en Esparta dio la casualidad de que Menelao, rey de Esparta estaba ausente, Menelao tenía una muy hermosa mujer llamada Helena, Paris inmediatamente se enamoró de ella, y gracias a la promesa de Afrodita, Helena pareció estar hipnotizada por Paris, y así, se la llevó con él de nuevo a Troya. Cuando el pueblo griego escuchó eso, se unieron con Menelao para destruir Troya.

Los griegos lucharon durante diez años, pero no pudieron derrotar a Troya. La caída de Troya ocurrió cuando los griegos construyeron un gran caballo hueco y lo pusieron fuera de las murallas de Troya, los troyanos tomaron el caballo dentro y creyeron que habían ganado la guerra y que el caballo era un regalo de los griegos. Más tarde esa noche, los griegos salieron del caballo y abrieron las puertas para permitir que sus compañeros guerreros entrarán y así pues, los griegos conquistaron la ciudad de Troya. Barry Strauss nos da su opinión acerca de Troya, en la cual nos dice: “Troya era una fortaleza sólida. La llanura troyana era ancha; sin embargo, no ofrecía un terreno adecuado para librar un enfrentamiento.” Por lo que se puede entender, que los griegos, además de utilizar el caballo como ventaja, también la tuvieron al ingresar a Troya, porque al estar preparados para la batalla, en su caso viviendo a las afueras de la ciudad cerca de la costa, sabían controlar la resistencia que pudo haberse presentado.

Los dioses jugaron un papel muy importante en la guerra, aunque los dioses tenían poderes sobrehumanos, se comportaban de una manera muy humana, luchaban, mentían, engañaban, y protegían a sus favoritos de cualquier daño. Al igual que en el ejército griego que estaba bajo el comando de Agamenón, los dioses estaban sujetos a las ordenes de Zeus. Como los dioses se comportaban como seres humanos, su relación era sorprendentemente directa; había una interacción constante de fuerzas sobrehumanas y humanas. La divinidad se manifiesta en la guerra a través de oráculos, sueños, visiones, en la cual un héroe parece invencible, y en intervenciones milagrosas, en el que un héroe herido es sanado. Por otra parte, los dioses no eran omnipotentes, Zeus sólo podía retrasar la muerte de una persona, pero al final se debía inclinar ante el destino, los seres humanos, tenían más dignidad que los dioses porque elegían sus acciones a causa de la muerte, mientras que los dioses no tenían tal necesidad al ser inmortales. Es la muerte la que da a las decisiones humanas su significado, porque la muerte es definitiva e irrevocable. La Ilíada es una poderosa declaración de lo que significa ser humano en el centro del inmenso e insensato derramamiento de sangre.

La narración de Homero presenta una imagen vívida de la Edad de Bronce, su sociedad guerrera vivía por un código heroico según el cual se esperaba que los hombres mostraran su fuerza, coraje, lealtad y valor. Los seres humanos estaban a merced de los caprichos de los dioses y diosas, que intervinieron en la guerra para salvar a sus favoritos. El gran ingenio de Homero recae en su capacidad de representar la guerra en toda su brutal intensidad y también en el reconocer que la tragedia surge gracias a las fallas que hay en el carácter humano.

El papel de los dioses en la guerra de Troya demostró ser una gran importancia en el resultado final y el bienestar psicológico de los mortales que lucharon tanto en el lado de Troya como el lado de Grecia. Los dioses, vieron desde el Olimpo el sangriento campo de batalla con la sensación de satisfacción de que ellos controlaban el destino de aquellos dentro del campo. La guerra de Troya se podría decir que era en realidad una guerra entre los dioses tanto como una guerra entre los troyanos y los griegos.

El pueblo griego necesitaba a los dioses para explicar misteriosos sucesos que ocurrieron en su vida cotidiana para que dichos sucesos extraños tuvieran sentido para ellos.

Si un individuo, mostraba humildad a los dioses, podía ser salvado de los problemas, las aflicciones y los males de la sociedad, especialmente durante la guerra humana. Según la Ilíada, no se deja de notar el apego que la gente tenía con sus dioses y la profunda certeza de que sus acciones ya habían sido decididas por los dioses, incluyendo éxitos e iras que fueron testigos en la sociedad de la que venían directamente los dioses y diosas.

Durante la guerra de Troya, los dioses jugaron una gran parte dentro de las dos partes del conflicto, los dioses del Olimpo, y los semidioses, pelearon y jugaron grandes roles en la guerra humana.

Paris tenía a favor a Afrodita, mientras que los griegos tenían a Poseidón y a Atenea de su lado. Eneas, era el hijo de Afrodita; Aquiles el hijo de Tetis, quien ganó honor y fama durante la guerra, pero murió a causa de un engaño de Paris. Muchos de los otros dioses, se aliaron con uno u otro lado, dependiendo del motivo de su capricho. Hera se alió con Poseidón, por parte de los griegos, argumentando que Paris no la había escogido como la más bella, al igual que Atenea. Artemis y Apolo dieron la ayuda a la ciudad de Troya, aunque Artemis tomó un papel más bien menor, mientras que Apolo fue el primer dios que apareció en la Ilíada. Zeus y Hades, decidieron mantenerse al margen e ir por un camino neutral.

La sociedad griega hizo mucho énfasis en los dioses hasta el punto que el éxito de los guerreros y de los reyes durante la guerra, dependían del rol de los dioses y diosas.

Durante el tiempo que ocurrió la guerra, las personas tenían una fuerte conexión con los dioses, y creían que todas sus acciones, eran predestinadas por ellos.

Los dioses jugaron un rol muy importante al determinar los ganadores durante las competencias o guerras, los héroes en dichas guerras estaban a merced de los dioses, que imponían su ira a las desobediencias y falta de respeto de los actos humanos.

- Realidad vs mito

Barry Strauss cuestiona en su libro “¿Podía haber conservado Homero la verdad sobre una guerra que lo precedía en quinientos años? No en todos sus aspectos, por supuesto, pero pudo haber conocido el esquema de la contienda. Después de todo, una relación notablemente precisa de ciudades griegas llegó hasta los tiempos de Homero, y aparece en la Ilíada en el llamado Catálogo de las naves”. Pues bien, se dice que la ciudad de Troya, según descubrimientos arqueológicos, realmente existió, pero, ¿Realmente se parecía a la Troya