La crisis del 29; más conocida como la Gran Depresión
Enviado por Jillian • 28 de Noviembre de 2018 • 2.397 Palabras (10 Páginas) • 412 Visitas
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El desplome de ambas materias primas provocó graves consecuencias sobre la economía interna, al caer los ingresos fiscales y disminuir las reservas. A mediados de 1931, la situación económica del país pareció tocar fondo, obligando a la suspensión del pago de su deuda externa por primera vez en la historia: un 16 de julio de 1931.
La consecuencia social de mayor relevancia fue el aumento de parte de los países industrializados afectados, tales como Estados Unidos, disminuyó, lo que significo una gran disminución de los precios. Estos trabajadores se trasladaban desde el norte de Chile a ciudades como Santiago, donde personas que deambulaban por los parajes, terminban alojandose en sectores marginales, en busca de comida y en el peor de los casos, personas que morían en los sitios públicos de frío y hambre.
Se calcula que más del 25% de la población quedó en la extrema miseria. Informes de organismos internacionales señalan que durante la Gran Crisis; Chile tuvo los índices de mortalidad infantil y de tuberculosis más altos del mundo, a causa de las precarias condiciones de vida.
Uno de los objetos simbólicos de la pobreza de la época son las llamadas ‘’ollas comunes’’, estas nacieron de contextos sociales de pobreza, ya que su objetivo principal era solventar una necesidad básica entre los cesantes de la época, la alimentación.
Estas ollas comunes se llevaban a cabo por las mujeres de las familias, y se hacía reuniendo alimentos que poseían entre distintas familias, es decir, una familia aportaba zanahorias, otra aportaba choclo, otra el trozo de carne y así sucesivamente, hasta juntar los alimentos necesarios para realizar la olla común.
En 1931, Carlos Ibáñez en un intento por controlar la situación, conformó un gabinete de salvación nacional; Juan Esteban Montero asume como ministro del Interior, y restablece las libertades públicas y deshace la restricción a la prensa (condiciones impuestas por Ibáñez en su dictadura). Y como ministro de Hacienda asume Pedro Blanquier, quien da a conocer el estado de la economía, anticipando que el déficit fiscal de ese año sería de 145 millones de pesos.[pic 8]
Anunció, también, que el servicio de la deuda externa se suspendía por carecer de reservas de oro, por lo cual el pago se haría con moneda nacional. Los agentes económicos reaccionaron con escozor, produciéndose una crisis de gabinete a 13 días de haber asumido.
Entre la gente comienza la agitación social, quienes asumen la batalla contra el régimen, son los estudiantes, especialmente de la Universidad de Chile.
El 22 de julio, sendas asambleas en la Universidad de Chile y la Universidad Católica, acordaron suspender las clases indefinidamente hasta conseguir la caída de Ibáñez, poco después se suman los obreros de Antofagasta, etc. A esta altura, ya se sentía la exaltación y efervescencia de la gente, que se tuvo que recurrir a medidas de represión, lo cual afectó a muchas personas, cuales fallecieron; entonces se sumó más gente aún a la movilización contra Ibáñez, y se adhirieron médicos, profesores, ingenieros, e incluso el comercio cerró sus puertas, por lo que Ibáñez, agobiado por la presión social y política que la gente oprimía sobre él, decide el 26 de julio de 1931, reunirse con sus principales colaboradores, resolviéndose que solicitaría un permiso constitucional para ausentar durante un año en el país; y nombra a Pedro Opazo Letelier como ministro del Interior. Ibáñez al día siguiente, de madrugada, tomó un tren hacia Argentina, vía Los Andes-Mendoza, marchando hacia el exilio.
Luego, el país entra en una inestabilidad política llamada Anarquía, en la cual 5 administraciones pasaron por el gobierno, de las cuales, solo Juan Esteban Montero fue elegida democráticamente.
Alessandri, vuelve con el fin de iniciar una segunda administración en Chile, con el fin de realizar una ‘’obra de reconstrucción nacional’’, en la cual el ministro de Hacienda, Gustavo Ross, fue el encargado de reactivar la economía y mejorar la situación en la que quedó luego del exilio de Ibáñez. El gobierno deshace la COSACH y al año siguiente, da origen a la Corporación de Ventas del Salitre y el Yodo (COVENSA), que basó sus ganancias en las utilidades generadas por los empresarios del rubro.
Esto llevó a que en 1935, se reanudara el pago de la deuda externa, suspendido en 1931, lo que ayudó a generar confianza en las entidades financieras externas y dio acceso a créditos.
En su gobierno además, se gestionó el debate del desarrollo económico e industrial del país, y años después, en 1939, con Pedro Aguirre Cerda como presidente de la República, se crea la CORFO (corporación de fomento a la producción) la cual estuvo relacionada con las iniciativas del gobierno de Aguirre Cerda para socorrer a los damnificados del terremoto de Chillán y el fomento de la infraestructura productiva. Se crearon dos corporaciones, una bajo el nombre de "Corporación de Reconstrucción y Auxilio" y otra denominada "Corporación de Fomento a la Producción". Esta última, estaría encargada de elaborar y realizar un vasto plan de fomento productivo, el cual tenia como fin, fomentar el nacimiento de industrias nacionales, a través de créditos y préstamos. [pic 9]
Autorizándose además para su financiamiento la contratación de empréstitos, un aumento general de los impuestos, un impuesto adicional a las utilidades de las empresas del cobre y el empleo transitorio de los fondos asignados al servicio de la deuda externa.
Conclusión
A fines del siglo XIX, Chile entra en auge en la economía salitrera. Esta materia prima era demandada por las potencias para la elaboración de pólvora y, con el crecimiento de la población del país, era también demandado como fertilizante, debido al crecimiento de la actividad agrícola.
Gracias a la explotación del “oro blanco”, se logró financiar diversas obras públicas, de las cuales está el desarrollo la minería del carbón en Lota y la expansión tanto de la actividad agrícola y ganadera.
Para estabilizar las finanzas estatales, el presidente de aquel entonces, Carlos Ibáñez del Campo, estableció un plan el cual buscaba un equilibrio del presupuesto fiscal. Así se crea la Tesorería General de la República y reorganizó la Dirección General de Impuestos Internos, además de la Superintendencia de Aduanas.
El plan de fomento de Ibáñez era un éxito, ya que permitió un mayor ingreso que egresos en el Estado, pero esto llega a su fin con la crisis económica internacional, que se inicia
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