La legitimidad de la evangelización del nuevo mundo a partir de las bulas papales de Alejandro VI y su incidencia en la construcción de la nueva moral
Enviado por Albert • 17 de Junio de 2018 • 2.917 Palabras (12 Páginas) • 540 Visitas
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fe católica y la religión cristiana sean exaltadas y que se amplíen y dilaten por todas partes y que se procure la salvación de las almas y que las naciones bárbaras sean abatidas y reducidas a dicha fe ”
De esta cita se desprende, además de lo dicho con anterioridad, es decir, el interés del pontificado por expandir el cristianismo, y llevarlo a los nuevos territorios, la concepción y construcción a partir del discurso sobre la verdadera fe, de un sujeto infractor, representado en este caso, en el integrante de las “naciones bárbaras” aquellas naciones que no conocen el cristianismo, que no conocen la palabra de Dios, el sujeto infractor, el sujeto ilegítimo, se convirtió en el habitante originario del continente americano, en el indígena al cual habría que normalizar, e instruir en la palabra de Dios, en las buenas costumbres, había que llevar a los pueblos americanos, la conducta legítima, las buenas costumbres, representadas en el estilo de vida cristiano.
“Estos, navegando por el mar océano con extrema diligencia y con el auxilio divino hacia occidente, o hacia los indios, como se suele decir, encontraron ciertas islas lejanísimas y también tierras firmes que hasta ahora no habían sido encontradas por ningún otro, en las cuales vive una inmensa cantidad de gente que según se afirma van desnudos y no comen carne y que -según pueden opinar vuestros enviados- creen que en los cielos existe un solo Dios creador, y parecen suficientemente aptos para abrazar la fe católica y para ser imbuidos en las buenas costumbres, y se tiene la esperanza de que si se los instruye se introduciría fácilmente en dichas islas y tierras el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo ”
Para hacer una revisión más profunda de las ideas sobre las buenas costumbres, sobre la conducta y el sujeto legítimo, es necesario preguntarse por la manera en que funcionaba el razonamiento al interior de la sociedad y cultura de la época, y del lugar, en este caso, del reino de castilla y del vaticano, encabezado por el papa. En el reino de castilla, y en el vaticano, se venía produciendo la idea de la reconquista, reconquista en este caso, de los territorios que anteriormente habían sido ocupados por los moros después de la fuerte expansión del Islam en el año 712 d.c , estos territorios, habían sido recuperados mediante distintas campañas militares por los cristianos, llegado el año de 1492, los reyes Católicos, dirigen la última campaña contra el reino de Grana, último reducto musulmán en territorio cristiano . El triunfo de tal empresa, y la expulsión de los moros, generó tanto en castilla, como en el vaticano, la sensación de que por dictamen divino, y por propósito de Dios, era obligación de los cristianos, llevar a cada rincón del mundo su religión.
La misma bula que he venido citando, la Inter caetera, señala lo siguiente:
“os habéis dedicado ya desde hace tiempo con todo vuestro ánimo a la misma, como lo atestigua en la actualidad la reconquista del reino de Granada de la tiranía de los sarracenos, hecha con tanta gloria para el Nombre de Dios (…)nos sentimos inclinados a concederos espontanea y favorablemente todo aquello que os permita seguir en el futuro con este propósito santo, laudable y acepto a Dios, con ánimo más ferviente, para honor del mismo Dios y propagación del Imperio cristiano ”
Desde mi punto de vista, es en el contexto social de ésta época, —contexto que se origina a partir de la reconquista de los territorios que anteriormente pertenecían a los moros, y que generó la sensación del triunfo del cristianismo—que emerge el discurso sobre las buenas costumbres, sobre la legitimidad de la conducta y la legitimidad del sujeto. Dicho de otra forma, y englobando la hipótesis que propongo; si por propósito divino, el cristianismo había triunfado frente a las otras religiones, —triunfo representado en la reconquista—quedaba claro que la verdad, estaba representada en un estilo de vida cristiano, guiado por los diez mandamientos, así pues, se puede ver en esta idea, las condiciones de emergencia del discurso sobre la barbaridad e ilegitimidad de todo pueblo que no compartiera la religión verdadera.
Una vez aclarados los puntos anteriores, es necesario evidenciar el modo en que el nuevo discurso emergente, se instauró en el nuevo mundo, produciendo dispositivos de poder-saber, que transformaron la conducta del sujeto infractor, dispositivos que como fin tenían la intensión del disciplinamiento del indígena en este caso, con el fin de organizarlo bajo la legitimidad del discurso. Se busca entonces, una objetivación del sujeto a partir de los dispositivos de saber, y un disciplinamiento del mismo del mismo a partir de los mecanismos de poder. Es importante afirmar, que para Foucault, poder y saber van de la mano, los dos, trabajan conjuntamente para llevar a cabo la normalización delo sujeto, e imponer y mantener la legitimidad de cierto tipo de discurso.
Afirmaba Alejandro VI en su primera bula:
“Por todo ello pensáis someter a vuestro dominio dichas tierras e islas y también a sus pobladores y habitantes reduciéndolos -con la ayuda de la divina misericordia- a la fe católica, tal como conviene a unos reyes y príncipes católicos, y siguiendo el ejemplo de vuestros progenitores de gloriosa memoria Nos pues encomendando grandemente en el Señor vuestro santo y laudable propósito, y deseando que el mismo alcance el fin debido y que en aquellas regiones sea introducido el nombre de nuestro Salvador, os exhortamos cuanto podemos en el Señor y por la recepción del sagrado bautismo por el cual estáis obligados a obedecer los mandatos apostólicos y con las entrañas de misericordia de nuestro Señor Jesucristo os requerimos atentamente a que prosigáis de este modo esta expedición y que con el ánimo embargado de celo por la fe ortodoxa queráis y debáis persuadir al pueblo que habita en dichas islas a abrazar la profesión cristiana sin que os espanten en ningún tiempo ni los trabajos ni los peligros, con la firme esperanza y con la confianza de que Dios omnipotente acompañará felizmente vuestro intento(…)Y además os mandamos en virtud de santa obediencia que haciendo todas las debidas diligencias del caso, destineis a dichas tierras e islas varones probos y temerosos de Dios, peritos y expertos para instruir en la fe católica e imbuir en las buenas costumbres a sus pobladores y habitantes, lo cual nos auguramos y no dudamos que haréis, a causa de vuestra máxima devoción y de vuestra regia magnanimidad ”
En la segunda bula, Inter caetera, se afirma de igual manera lo siguiente:
. “Hemos
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