Las rapadas. El franquismo contra la mujer
Enviado por Mikki • 2 de Julio de 2018 • 1.406 Palabras (6 Páginas) • 312 Visitas
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Los sublevados las descubrían, a veces por las denuncias de algunos vecinos del bando revolucionario y otras veces por motivo propio. Es decir, a consecuencia de la guerra muchas mujeres perdieron a sus maridos por lo que tuvieron la necesidad de salir a la calle en busca de trabajo para poder mantener a sus familias. Eso las hacía un objetivo mucho más claro para los sublevados puesto que eran más visibles a la hora de dar con ellas y detenerlas.
Una vez que eran detenidas, las recluían en las cárceles donde se cometían las represiones. Los sublevados dividían la represión hacia las mujeres republicanas en dos dimensiones: la intima y la pública. El castigo íntimo era la violación. Numerosas mujeres republicanas fueron trasladadas a fincas apartadas donde sufrieron abusos sexuales por parte de los milicianos derechistas. Asimismo, el castigo público consistía en obligarlas a ingerir un litro de aceite de ricino, lo cual las provocaba descomposición y vómitos. Después las rapaban el pelo al cero para suprimiendo uno de los símbolos identificativos de la mujer, que según los franquistas no merecían mantener a consecuencia de los delitos que habían cometido. En ocasiones, las ponían una banderita roja colgada de un pequeño mechón de pelo que no las rapaban anulando su dignidad por completo. Finalmente, las sacaban por las calles principales de los pueblos donde habían sido descubiertas y las paseaban, en algunos casos semidesnudas, a la vista de todos los presentes mientras que el aceite de ricino hacia efecto en sus cuerpos.
De este modo se cumplía el objetivo principal del aparato represor franquista que era la humillación pública, de modo que quedasen marcadas como mujeres que se habían revelado del cometido de mujer tradicional.
La expectación era inevitable y estaban considerados espectáculos públicos. En algunos casos la gente que observaba las vejaciones las disfrutaba, pero en otros casos no y aun así difamaban a las mujeres por miedo a sufrir lo mismo que ellas al mostrar su desacuerdo con los hechos. La finalidad de estos actos por parte de los derechistas, era atemorizar a la población para que tomasen conciencia de lo que les sucedería si intentaban romper el nuevo orden social que quiso imponer, e impuso, la dictadura franquista.
A medida que leía el libro e iba conociendo los acontecimientos ocurridos durante la Guerra Civil y la postguerra, me parecía una obra que incorpora elementos novedosos en su análisis y en la forma de enfocar el contenido, al igual que en su objeto de estudio, ya que muestra de forma clara y precisa en qué consistieron y porque se dieron todos esos actos de violencia hacia la mujer por parte de los sublevados.
En mi opinión, dichos actos simbolizan el control que tenían los sublevados ante las mujeres, pero sobre todo ante sus cuerpos; prueba de ello fueron las numerosas violaciones que sufrieron. El objetivo de los sublevados con estos actos era que las mujeres republicanas recapacitasen para así poder reeducarlas en base a los nuevos valores del régimen que se aplicaron en el país en el periodo de postguerra.
Por un lado la ingesta de aceite de ricino las descomponía por completo, mostrando una imagen de mujer sucia, desagradable y desaliñada. A mi parecer, el rapado suponía la sumisión del cuerpo de la mujer hacia el hombre que cometía el acto, en gran parte porque el pelo es el símbolo de feminidad de las mujeres y rapándoselo anulaban su identidad por completo. La exhibición de las mujeres, finalmente, era una forma de exponerlas ante la mirada obscena de los ciudadanos para que ellas mismas se sintiesen avergonzadas por los actos que habían cometido y por los que estaban condenadas.
Todas aquellas torturas físicas y psicológicas de las que fueron victimas, consistían en degradar su apariencia para distinguirlas de las mujeres tradicionales y que de esta forma fuese más fácil reprimirlas sin el peligro a empatizar con el sufrimiento al que las estaban sometiendo. A su vez, buscaban humillarlas ante la expectación de toda una sociedad que mayoritariamente las despreciaba.
No les bastó a los sublevados con torturarlas y vejarlas, sino que también las obligaron a mantenerse en silencio para que todos aquellos actos no saliesen a la luz. Es por ello que el autor recalca a lo largo del libro la falta de fuentes escritas donde se redacten todas estas historias. En definitiva, difamándolas a ellas se sentían vencedores de la batalla.
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