Los gobiernos del partido azul

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El partido azul, a partir de esos momentos quedo profundamente dividido. Mientras tanto, Lilis concentro en sus manos un poder casi absoluto, así su alianza con los rojos le dio una ventaja muy fuerte sobre la oposición.

La realidad era que Lilis usaba a los rojos, para imponerse a todo el partido azul, inclusive al propio líder del partido. Es decir, que la ingenuidad del general Luperón favorecería los planes despóticos del general Ulises Heureaux. El candidato adverso fue precisamente Casimiro de Moya.

El proceso de votación y cálculo de los votos, hizo un espectacular fraude. El efecto de estas maniobras dolosas, fue que los votos del candidato Casimiro de moya jamás aparecieron en las urnas electorales. Ante la magnitud del fraude electoral, los partidarios de moya se lanzaron a una gran insurrección; esta fue tan violenta, que en la primera semana de combates, se contaron más de seiscientos muertos.

El general Gregorio Luperón siguió respaldando inexplicablemente apoyo incomprensible dado la tendencia manifiesta del general Ulises Heureaux hacia la tiranía al déspota.

El general Heureaux, astutos como siempre recurrió a sobornar a los cabecillas de la revolución.

En esas circunstancias, ascendió el general Heureaux se presento como candidato.

En esta oportunidad, la candidatura contraria fue precisamente la de Gregorio Luperón. Este tardíamente quiso frenar el despotismo y la ambición de su pupilo.

Lo que obligo al general Gregorio Luperón a retirar su candidatura.

Gregorio Luperón, derrotado, humillado y empobrecido, y por demás, exiliado por acciones represivas de su “leal” lugar teniente.

Lilis volvió a llevar a cabo nuevas persecuciones en contra de los opositores a su gobierno, cuyo líder Casimiro de moya se encontraba en Haití, preparando una invasión a la república dominicana.

Otros intentos revolucionarios contra el gobierno procedente del Cibao, también fracasaron a mediados de febrero de 1889: resultando fusilamientos y persecuciones.

El estado dominicano era francamente una maquinaria absolutista, con una ficción de un estado democrático representativo, usada por el dictador Ulises para sus propios fines y ambiciones políticas.

Algunos han `planteado la tesis de que Ulises Heureaux represento el primer dictador moderno de la república dominicana. Los pasos financieros que dio Lilis, lesionaron de tal forma la soberanía nacional, que nuestras aduanas, mecanismos de captación de los principales ingresos del gobierno, - en la república dominicana del siglo XIX no existían la rentas internas- pasaron a ser administradas por los acreedores extranjeros del estado dominicano, primero por los europeos, y luego por los americanos.

De esta manera se considera que el presidente Heureaux, fue el responsable de cambiar la influencia y el predominio comercial, financiero y político de las potencias europeas por la influencia y el predominio de los estados unidos.

Ulises suscribió un tratado de reciprocidad con los estados unidos, mediante el cual se permitía la entrada al país veinte y seis artículos de los estados unidos a cambio de que Los estados unidos hicieran lo mismo con productos dominicanos.

Pero no fue aceptado por los países europeos el tratado de reciprocidad. De hecho, se formo una alianza comercial integrada por Francia, Alemania, Italia y Bélgica en contra del tratado de Lilis y estados unidos; por ello Heureaux les solicito a los norteamericanos postergar la entrada en vigencia del tratado de reciprocidad. La amenaza de los países europeos de no adquirir el tabaco, provoco en el Cibao, nuevas resistencia y oposición al régimen.

Por otra parte, la política económica de Ulises se caracterizo por el interés marcado de coadyuvar al avance del régimen capitalista en el país, principalmente mediante el incentivo y la facilidad a la penetración de los capitales procedentes de los estados unidos.

“La Tiranía amplio las franquicias y los incentivos para el fomento del capitalismo”.

En cuanto al importante renglón de la Industria Azucarera, la política económica del estado en manos de la tiranía, favorecía abiertamente las exportaciones hacia el mercado de los Estados Unidos.

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Ahora bien, el desastre de la política económica del gobierno lilista se evidenciaba en la situación financiera del estado dominicano.

En efecto, como fue el caso del empréstito con la westendorp concertado con el gobierno en el año de 1890. El gobierno recibiría 900.000 libras esterlinas para supuestamente construir un ferrocarril para comunicar santiago y puerto plata.

Naturalmente , el gobierno puso a las aduanas en manos de dicha compañía ; esta instalo una oficina recaudadora conocida como “La regie” la cual debía recaudar los ingresos por concepto de aranceles, pero esta no pudo recuperar la inversión, y se vio envuelta en un proceso de crisis , que la llevo virtualmente a la quiebra.

Entonces la compañía financiera europea, para evitar la quiebra total vendió su acreencia a capitalistas norteamericanos (Que contaban con el beneplácito del gobierno de los Estados Unidos) quienes constituyeron a la sazón una empresa financiera denominada La Santo Domingo Improvement Company en el año 1893.

Quedo así consolidada la influencia decisiva de los Estados Unidos sobre la república dominicana, al vencer a las potencias europeas en la pugna por su control financiero.

El investigador Juan Isidro Jiménez Grullón, apunta que: “Fuimos víctimas de las pugnas imperialistas, a cuya sombra maniobro Heureaux entregándose a la postre al capital financiero norteamericano”.

Por consiguiente la República dominicana fue hipotecada muchas veces como resultado de la mala política de los diferentes gobiernos dominicanos en la segunda mitad del siglo XIX.

A partir del año de 1894 el régimen lilista atravesaba por una crisis financiera profunda, de grandes proporciones.

Las aduanas bajo control de los capitalistas extranjeros, apenas le dejaban al gobierno unos 90,000 pesos en plata. Pero claro esa cantidad no era suficiente. El dinero de los viejos empréstitos ya se había agotado y el gobierno no tenia donde buscar.

-Los comerciantes criollos que se dedicaban a prestar dinero a los gobiernos – se negaron