METODOLOGIA DE LA INVESTIGACION JURIDICA “EL NARCOTRAFICO”
Enviado por Eric • 15 de Abril de 2018 • 2.674 Palabras (11 Páginas) • 384 Visitas
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¿Porque los adolescentes comienzan estos negocios?
No existen cifras exactas sobre el número de jóvenes mexicanos que no estudian ni trabajan, lo cierto es que el crimen organizado les está dando las oportunidades que la sociedad y el Estado les han negado, según los especialistas.
“Cada vez son más niños. Antes estaban en un rango de entre 17 y 20 años, y ahora están entre los 12 y 15 años de edad”. Debido a la presencia del crimen organizado en el norte del país, es ahí donde los jóvenes han resentido más las secuelas de esta batalla.
Hay una ruptura de sentido y significado en la familia: seis de cada 10 jóvenes observan la violencia en sus hogares; y cuatro de cada 10 padecen violencia intrafamiliar.
Además del ámbito familiar, que es donde más se ejerce la violencia, los jóvenes también la padecen por parte de los diversos cuerpos de seguridad del Estado, y en la sociedad, donde prevalece el imaginario que los criminaliza por el hecho de ser jóvenes.
¿Los jóvenes son violentos por ser jóvenes o porque padecen la violencia y la reproducen? Desde un punto de vista la dimensión de violencia que los jóvenes padecen es mucho mayor a la violencia que ejercen.Se ha hablado acerca de una crisis de valores, la falta de proyecto de vida, y la cooptación violenta, como las causas para que los jóvenes lleguen a las filas del narcotráfico; sin embargo, las entrevistas realizadas a jóvenes sicarios y transportistas de drogas de Tijuana a Los Ángeles, que forman parte del proyecto de investigación Narrativas y violencia, codificación del dolor muestran que para estos integrantes el narcotráfico es una opción, una decisión racional que se toma conociendo las ventajas y desventajas de ese mundo.
Algunos incluso reconocen vocación para el narcotráfico, el conocimiento e información es su principal capital –manejo de armas, procesamiento químico de sustancias, modos de transporte, redes de proveedores, formas de lavado y activos, técnicas de tortura, uso de tecnologías de información, entre otros, forma parte del bagaje de conocimiento–, y comienza a formar parte de su identidad. “Es lo que sé hacer, es lo que soy”, dijo uno de los entrevistados.
VENTA DE DROGA EN ADOLESCENTES
ENTREVISTA: Tijuana.- A los 16 años, Luis Alberto transmite seguridad y tiene una mirada penetrante de adulto. Dice que ello se debe a que desde muy chico conoció "la vida": no tuvo padre, trabajó desde pequeño, se enganchó en la droga y fue utilizado por una célula criminal para distribuir narcóticos.
En octubre pasado fue internado en el Cirad, un centro de rehabilitación situado al oeste de la ciudad y que atiende a 500 drogadictos, cien de ellos menores de 17 años, en el que inició un tratamiento de seis meses.
"Me trajeron aquí porque vendía y consumía 'criloco"', dijo Luis Alberto aludiendo a su adicción a la metanfetamina, la potente droga blanca y cristalina que consumen el 90% de los adolescentes en recuperación, por su bajo costo y gran disponibilidad en la calle.
En un fenómeno relativamente nuevo, cada vez más jóvenes están siendo utilizados como "mulas" o distribuidores, ya sea para cruzar droga a Estados Unidos o para venderla en las ciudades, sobre todo de la frontera.
"Los menores de edad son mano de obra barata y desechable para el crimen organizado en un ambiente en donde no hay muchas oportunidades de empleo y recreación para ellos, y donde el negocio de la distribución y consumo de droga ha crecido aceleradamente".
La oficina del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de San Diego dijo que entre 2008 y 2011 se incrementó diez veces el arresto de jóvenes entre 14 y 18 años que trataron de cruzar droga, principalmente metanfetaminas, en la frontera Tijuana-San Diego. Lauren Mack, vocera de ICE en San Diego, indicó que en 2008 hubo 19 arrestos de jóvenes, mientras que en 2009 hubo 165, en 2010 190 y en 2011 190.
La mayoría eran estudiantes de secundaria que llevaban la droga escondida en sus cuerpos o en los vehículos que conducían. Intentaban contrabandear sobre todo drogas fuertes como metanfetaminas y cocaína.
Directores de centros de rehabilitación de Tijuana estiman que actualmente hay unos 50 adolescentes como Luis Alberto, de 500 que están en recuperación, que además de estar adictos a alguna droga fueron utilizados por el crimen organizado para el narcomenudeo.
Luis Alberto, cuyo apellido no se puede difundir por ser menor de edad, explicó que desde hacía dos años vendía y distribuía metanfetaminas en un barrio del este de la ciudad junto a un grupo de menores que eran dirigidos por "un patrón". Al día obtenía 200 pesos (unos 16 dólares), que gastaba en comida y droga para consumir.
"Entre mis amigos y yo vendíamos unos cuarenta paquetes al día. Mi patrón le sacaba a cada paquete 1,100 pesos (alrededor de 88 dólares) y todo lo que sobraba era para nosotros. A veces sobraban tres o cuatro paquetes y nos los repartíamos", declaró.
Usualmente los cárteles de la droga empleaban a adolescentes como "banderas", una especie de espías callejeros que alertaban acerca de operativos militares o policíacos; hasta ahora no habían sido piezas centrales en el narcomenudeo.
Este fenómeno comenzó a advertirse en las casas de asistencia para drogadictos a finales de 2008 y se fue incrementando en los años posteriores.
La percepción de la policía estatal es que en los últimos dos años se ha incrementado el número de arrestos de adolescentes, de acuerdo con el área de comunicación de la Secretaría de Seguridad Pública de Baja California (SSPE).
Por primera vez, esta dependencia tiene registrados en el Consejo Tutelar de Tijuana - una prisión estatal para menores de 17 años - a diez adolescentes que están encerrados por el delito de distribución de estupefacientes.
"En las calles sigue habiendo mucha droga, aquí todos te pueden decir lo fácil que es conseguirla", dijo Arreola.
De 2008 a 2010 hubo en esta ciudad una guerra intestina de dos facciones del crimen organizado que se disputaban el control del trasiego y venta de droga de la ciudad, ante un gobierno federal decidido a atacarlos frontalmente pero cuyas fuerzas policiales estaban infiltradas por el narcotráfico, según han admitido las autoridades.
La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) registró
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