MUSEO NACIONAL DE ARTE.

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La pintura del Siglo XVIII se distingue tanto por la mayor diversidad de temas y géneros que abordo como por poseer características propias: tipo más suaves, contornos difuminados, reducción en la paleta, colores claros e iluminación uniforme. Se reutilizaron algunas representaciones devocionales y se ampliaron los repertorios de alegorías y de géneros como el retrato, la naturaleza muerta, el paisaje y las obras de contenido histórico, mitológico o costumbrista, a la vez esta riqueza coincidió con el nuevo patrocinio artístico de algunas órdenes religiosas y repercutió también en la escultura y el grabado. Con respecto a este tema se puede hablar sobre las devociones Jesuíticas, Carmelitas y Filipenses, los cuales se fueron sumando a la fuerte presencia de los franciscanos, dominicos y agustinos los cuales comenzaron a aparecer en los primeros años del virreinato. Prueba de esto fue su amplio repertorio de retratos o de alegorías con imágenes de sus santos fundadores, de sus miembros recién canonizados y de modelos de vida sacerdotal. A esta parte de la historia también debe sumársele los artificios de lo divino, que esto se refiere a la copia de las imágenes sagradas de Cristo, la Virgen y de los demás Santos. Estas se ejecutaron con tal virtuosismo que remarcaron la realidad y artificialidad de las obras en el altar, incluidos sus accesorios. Y como sabemos estos artificios de lo divino son los que actualmente están más presentes en nuestra sociedad.

En la Gliptoteca podemos encontrar esculturas hechas desde piedra hasta barro, de escultores mexicanos de los siglos XIX y XX, entre los cuales se encuentran: Manuel Tolsa, José María Labastida, Manuel Villar, Gabriel Guerra, Jesús Contreras, Oliverio Martínez, Rómulo Rozo, Mardonio Magaña, entre otros más. Están en exhibición más de 70 esculturas en yeso, mármol, bronce, terracota, barro, piedra y madera. También se pueden apreciar una serie de trabajos sobre el papel referentes a la escultura como dibujos, litografías y grabados.

Desde nuestro punto de vista podemos decir que el MUNAL es el lugar indicado para poder entender la parte artística de nuestra historia, el poder ver y de alguna manera entender el sufrimiento que fue causado por las guerras, el poder sentir que puedes estar en algún mágico paisaje con tan solo estar apreciando una pintura, son sentimientos y sensaciones que solamente podrás experimentar en este Museo. Puedes darte cuenta como nuestros antepasados tenían una mentalidad muy diferente a la nuestra ya que en la mayoría de las pinturas se puede apreciar la presencia divina, representada por Ángeles y otros personajes divinos, ya que ellos pensaban que en medio de todo el tormento que estaban viviendo, siempre había un lugar en el cuál podían refugiarse (el cielo). Es muy recomendable visitar este Museo con la actitud de poder abrir tu mente y llevando el tiempo necesario para recorrerlo.

Ramírez Silva María Fernanda

Yáñez Salazar Oscar

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