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MÉXICO INDEPENDIENTE: LOS PRIMEROS 100 AÑOS

Enviado por   •  5 de Diciembre de 2018  •  3.562 Palabras (15 Páginas)  •  366 Visitas

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En 121 y por mucho tiempo más el estado mexicano no tiene el control del efectivo sobre su territorio. Y en ese mismo año el país no cuenta con un mercado internacional integrado y lo lograran hasta que pasaran decenas de años.

El estado mexicano nació quebrado, ya que no tuvo vínculos internacionales que lo apoyaran. Y en el régimen de Iturbide no conto con recursos para hacer fuerte a las grandes responsabilidades que asumió; y el que lo sucedió no entro nada. Y esta crisis financiera también acompaño al gobierno de Guadalupe victoria y a sus ocho miembros de hacienda.

Los primeros gobiernos comenzaron a actuar en medio de una seria crisis económica-financiera en la que: a) Las actividades productivas se habían desarticulado a causa de la guerra de independencia; b) Las relaciones comerciales con Europa se encontraban entorpecidas; c) La carencia de instituciones apropiadas para el crecimiento económico lo dificultaba; d) Los ingresos públicos eran insuficientes y los gastos crecientes.

Y lo que se pensó que la riqueza estaba disponible para que el gobierno atendiera compromisos y responsabilidades, ya que estaban en tiempo de optimismo sin reserva. Y los mexicanos estaban convencidos que los tiempo de conflictos eran cosa del pasado y que las cosas podían mejorar.

Con la constitución de 1824 el país nació un pacto entre estados preexistentes que delegarían ciertas facultades en el poder central y se reservarían las restantes. Pero el régimen fiscal de colonia era eminentemente centralista y con el federalismo se dividieron las fuentes de tributación: el gobierno federal retuvo los impuestos de las aduanas y los estancos. Y los gobiernos se quedaron solamente con las alcabalas, los derechos de amonedación y las viejas rentas eclesiásticas. Y no es de extrañar que los ingresos de la federación fueran insuficientes para sus gastos, sobre todo para los del ejército, porque eran indispensables ya que debían conservar su lealtad, por lo se acudió al crédito.

México al solicitar el crédito, lo obtuvo pero con un alto costo: en tasa de interés, comisiones, el cuantioso descuento anticipado y la entrega de parte de la caudación. También tuvo dos préstamos de bancos de otros países. De 1826 a 1827 se desplomaron los impuestos aduanales a causa de la deuda externa contraída con los ingleses, y en el año de 1827 México no pudo pagar los intereses que adeudaba a los tenedores de bonos. Y por no pagar a los préstamos, ya no se pudieron obtener nuevos préstamos en el extranjero por muchos años. Y para poder conseguir el financiamiento, se tuvo que recurrir a los sectores acaudalados de la población, que no estaban dispuestos a prestar al gobierno ya que desconfiaban, entonces lo que hicieron fue ofrecerles concesiones y privilegios a cambio de su ayuda, este fue un principio de una actividad altamente lucrativa:” hacer negocios con el gobierno”. Y esta actividad no ha dejado de presentarse en los casi 200 años de vida independiente de México.

Mientras que el ritmo de la actividad económica nacional se desploma durante las primeras décadas de vida independiente, algunos altos funcionarios del gobierno, le prestaron al gobierno pero con altas tasas de intereses y enormes descuentos. Con eso ellos se enriquecen y crecen posteriormente, y serian ellos los que comprarían las haciendas y otras propiedades urbanas de la iglesia cuando se pusieron en venta a causa de la desamortización de los bienes del clero.

Después de 1821, se diferenciaban por el nivel social. Las constantes luchas entre los diferentes grupos y tendencias, así como los frecuentes cambios de gobierno durante los primeros 35 años de vida independiente, dificultaban la buena marcha de la economía nacional.

En marzo de 1853, Santa Anna volvía de su destierro en Turbaco, para asumir por onceaba vez la presidencia y estaría frente de un fallido gobierno de conciliación hasta 1855.

La herencia colonial se transmitía y marcaba a la nueva nación independiente. Y así sucedía en el resto de América Latina. En la primera mitad el siglo XIX el clero afianzo su poderío económico y consolido su influencia en la profundamente católica sociedad mexicana. Apoyaba a los regímenes políticos que luchaban por mantener el statu quo, ya que mantenía el control de la educación, tenía asegurado su fuero, arrendaba sus numerosas propiedades urbanas, monopolizaba el mercado de dinero y crédito y controlaba el trabajo de los campesinos que cultivaban sus propiedades rurales.

Después de 1821, las comunidades indígenas continuaron perdiendo control sobre sus propiedades. El aparcamiento de tierras que se seguía llevando a cabo no con el propósito de aumentar la productividad agrícola y ganadera, si no para asegurar una amplia oferta de peones acapillados, pieza esencial para el funcionamiento de las haciendas, ya que daba al hacendado una renta segura, eterna y firma, y era la base de apoyo para perpetuar la desigualdad.

Durante los primeros años de la vida independiente la población mexicana prácticamente no creció. En los años que se perdieron territorios y recursos, siendo difícil tener escuelas públicas, la población creció poco en habilidades y educación. La dispersión de la población, junto con la angustiada situación de las finanzas públicas, limitaba su establecimiento. En toda la república a mediados del siglo XIX se tenían cerca de 60000 estudiantes, casi todos hombres, que Vivian en las principales zonas urbanas del país. Todavía para 1910 e vísperas de la revolución, los analfabetos representaban la inmensa mayoría del total de la población. En fin, se perdió territorio y la población no creció.

El PIB per cápita era en 1860 el 71% de lo que fue en 1800. En comparación de la economía de Estados Unidos, en 1870 el PIB per cápita en México apenas representaba el 27.6% del PIB estadounidense, mientras que en 1820 represento el 60.4%. En esos años de estancamiento y decrecimiento de la economía mexicana, la distribución de la riqueza y el ingreso en México se hizo más desigual. En promedio, el consumo de maíz por persona pasa de 89.4 kg al año en 1817-1821, a 70.3 en 124, 67 en 1843, 65 en 1845 y en 84.3 en 1860.

LA REFORMA Y LA REPUBLICA RESTAURADA.

La revolución e Ayutla triunfa: era un movimiento liberal-popular que proponía como bandera una nueva legislación sobre los derechos del hombre, la igualdad de los ciudadanos ante la ley y la supremacía del Estado sobre la iglesia católica.

Ya en el gobierno de Ignacio Comonfort, del 18 de febrero de 1856 al 5 de febrero del año siguiente se lleva a cabo las sesiones de un congreso

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