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Navidad en las montañas.

Enviado por   •  29 de Mayo de 2018  •  2.380 Palabras (10 Páginas)  •  286 Visitas

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2.3 Curas empíricas

Los aztecas tenían un considerable conocimiento empírico, adquirido gracias a los jardines botánicos. Los jardines alcanzaron un nivel que dejo atónitos a los conquistadores españoles. La experiencia adquirida en los jardines se reflejaba en la taxonomía botánica y zoológica. Los jardines se usaban también para la investigación médica; se les proporcionaban plantas gratis a los pacientes, a condición de que informaran de los resultados, y se instaba a los médicos a experimentar con las diferentes plantas.

Torquemada(1975-1983: vol.3, 325) menciono que los cirujanos de guerra aztecas atendían las heridas con gran habilidad y que las curaban más rápido que los cirujanos españoles. Describió también el infinito número de hierbas que se vendían en los mercados aztecas, la habilidad que se requería para distinguirlas, y el hecho de que los médicos curaban sin usar combinaciones de hierbas

“Tienen sus médicos, de los naturales experimentados, que saben aplicar muchas yerbas y medicionas, que para ellos basta; y hay algunos de ellos de tanta experiencia, que muchas enfermedades viejas y graves , que han padecido españoles largos días sin hallar remedio, estos indios las han sanado” (Torquemada 1975-1983: vol.3, 325)

3. LA HERBOLARIA

En México, la herbolaria ha sido y sigue siendo un recurso básico en la cura de lasenfermedades más comunes. Nuestro país ha sido geográficamente privilegiado, ya que posee una de las floras más ricas en el planeta, y su herbolaria se ha enriquecido por la observación y paciencia de los pueblos que durante siglos, han buscado la manera de curar a través de las plantas.

La medicina en Mesoamérica tuvo una evolución muy peculiar, pues se basa en conceptos específicos de pensamiento sobre la estructura del mundo y el origen de la vida, es decir, se basa en una cosmovisión particular. Cuando hablamos de “cosmovisión” nos referimos a su sentido de vivir en comunidad, de desarrollar su evolución al vivir en común acuerdo, por lo que se ocupaban de ayudar al enfermo a recuperar el equilibrio perdido y las plantas medicinales eran los recursos más socorridos para lograr el efecto anhelado.

Estas plantas se utilizaban en muy diversas formas: a manera de emplastos para aliviar trastornos a través de la piel, como remedios elaborados para ser bebidos con variados ingredientes provenientes tanto de animales como de vegetales, como sahumerios y vaporizaciones en los baños como el temazcal, como ungüentos y parches, etc.

En el México prehispánico se contaba con una medicina notablemente organizada, con médicos que dominaban diversas especialidades, ya fueran cirujanos, parteros, yerberos, etc. Había escuelas donde los jóvenes talentosos aprendían el arte de curar, y mercados de plantas medicinales donde el pueblo podía consultar a los médicos y adquirir los remedios, razón por la cual desarrollaron un cuerpo teórico de conocimientos en el que se sustenta el uso medicinal de las plantas.

La herbolaria, junto con los masajes y el temazcal se consideran herramientas que han ayudado a la humanidad a encontrar la integración holística y así lograr el equilibrio de su mente y cuerpo.

4. LA CIRUGIA

4.1 Suturas

La técnica de sutura utilizada fueron los puntos separados empleando cabellos limpios aplicando posteriormente sobre las heridas en general bálsamos, maripenda y leche del itzontecpatli, del tabaco y otras hierbas. Para las heridas en regiones especiales como la nariz, la suturaban con cabellos y aplicaban sobre los puntos miel blanca mezclada con sal. Para las heridas de labio usaban la misma técnica de sutura, aplicando sobre ella savia del maguey llamada meulli y si la cicatriz resultaba deformada, Sahagún menciona que: “se ha de sajar, quemarse y tornarse a coser con el cabello de la cabeza y echar encima el ulli derretido”.

4.2 Manejo de heridas

Denominaban a las heridas tlacocolli y desarrollaron un completo sistema de clasificación relacionado por un lado con los instrumentos causales, generalmente las armas de guerra como flechas, lanzas, macanas, hondas para lanzar piedras, dardos lanzados con tiradera, picas largas y espadas de madera con filos

de obsidiana. Por otro lado, de acuerdo con Flores y Troncoso, las clasificaron en relación con las regiones anatómicas comprometidas: al primer grupo corresponden las temotzoliztli heridas superficiales o rasguños; vitztli heridas de espina; tlaxipeualiztli heridas contusas; tlaxoteualiztli heridas cortantes continuas; teixililiztle heridas punzantes; tlaxilli heridas penetrantes causadas por lanza; teputzonalitli las heridas cortantes en general. En el segundo grupo las dividieron en quecheotonaliztli a las heridas de la cabeza, de las cuales llamaron tequatzayaliztli si eran contusas causadas por piedras; tequatepapacholiztli, heridas en las orejas; teyacatequiliztli, heridas en la

nariz; tencotonqui, heridas en labios; quecheotonaliztli, a las heridas en cuello y degolladuras, y neeltepipiniliztli, heridas en el tórax (Figura2). [pic 15] Figura 2. Los médicos indígenas tenían una amplia experiencia en el manejo de padecimientos médicos y quirúrgicos, consideraban que la cirugía era una consecuencia práctica del ejercicio médico. Desarrollaron técnicas avanzadas en el manejo de fracturas y luxaciones. Fuente: de Sahagún B. Códice Florentino. Historia General de las Cosas de Nueva España. México: Editorial Porrúa “Sepan Cuantos…” No. 300; 1999, p. 585-94.

Para las heridas leves de la cabeza o las producidas por instrumentos punzo cortantes recomendaban lavarla con orina caliente y aplicar una penca de maguey asada sobre la lesión, agregando sal y cubriendo con un lienzo, este tratamiento lo aplicaban dos o tres veces al día.

4.3 Drenaje de abscesos

En estos casos utilizaban una mezcla de cal con hierba del pícietl para permitir su maduración y a continuación hacían una incisión en cruz para drenar la pus, posteriormente lavaban con orina, aplicando

después ocótzol.

4.4 Manejo de fracturas y luxaciones

Para su tratamiento utilizaban dos maniobras fundamentales: la extensión y la coaptación. Una vez lograda la alineación se procedía a la aplicación de emplastos consistentes y pegajosos con raíz de acotle y tuna sobre la lesión, los cuales al secarse se endurecían, luego usaban plumas y

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