ORIGEN DEL CARNAVAL DOMINICANO

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De la misma época tenemos noticias de bailes de carnaval oficiales celebrados en el palacio de las capitanías reales; de manifestaciones carnavalescas en las procesiones de la Iglesia escenificadas por los negros a quienes la Iglesia se lo permitía a través de las cofradías.

Así como bailes de carnaval que hacían estudiantes universitarios de entonces.

Poco a poco el carnaval se fue convirtiendo en una para la colonia; razón por la cual en todas las grandes celebraciones de la ciudad habían disfraces y diversión: carnestolenda, fiestas patronales de San Carlos, y de San Miguel, Corpus Christi, Día de las Mercedes, Día de San Juan Bautista, aniversario de la fundación de la ciudad, eran motivos de carnaval.

La costumbre se fue convirtiendo en tradición y se extendió más tarde a las fiestas nacionales del 27 de febrero y del 16 de agosto, fechas conmemorativas de la Independencia Nacional y de la Restauración de la República.

Después de la Independencia Nacional algunos dominicanos viajaron al Continente Europeo y presenciaron los grandes carnavales y trajeron el confeti y la serpentina. También la costumbre de elegir reinas de carnaval. En Santo Domingo desfilaban en carrozas por la calle El Conde o por el Río Ozama en botes adornados.

A mediados del presente siglo, con el crecimiento de la ciudad, los negros y los mulatos celebraban su carnaval en la Zona Norte. El Parque Enriquillo se convertía en el centro de esa atractiva cultura y de allí surgieron máscaras y personajes carnavalescos que conforman el auténtico carnaval popular dominicano.

De esas fiestas nacen “Roba la Gallina”, “Se me Muere Rebeca”, “Califa”, “Los Indios”, “Los Tiznaos”, “Los Alí Babá”, “La Muerte”.

Al igual que en épocas anteriores ocurre lo mismo en todo el país. Surgen nuevos y variados personajes y vestuarios.

Se crean y se integran elementos que hacen nuestro carnaval más rico y auténtico como expresión cultural.

Pero hay un elemento común: en todos los carnavales nacionales el personaje central es el diablo. Un diablo heredado de la colonia, pero ahora criollizado, que recibe nombres diferentes y luce vestuarios diferentes en cada pueblo o región.

El carnaval que nos llegó desde España hace más de cuatro siglos se criollizó, se ha dominicanizado con máscaras y personajes muy propios. Constituye hoy día una verdadera expresión artística siendo la más importante manifestación de la cultura popular dominicana y por tanto de la identidad nacional.

PROVINCIAS EN QUE SE CELEBRA

EL CARNAVAL

A nivel regional nuestro carnaval ha venido tomando fuerza y tradición, gracias a trabajo dedicado de los artesanos y al entusiasmo contagioso de la gente que ha dado vigencia y fuerza en muchos pueblos como son: Moca, Azua, Bonao, Cabral, Cotuí, Montecristi, Puerto Plata, Salcedo y sobre todo en La Vega, Santiago y Santo Domingo.

Para algunos investigadores, las primeras manifestaciones de carnaval de la isla que hoy compartimos con Haití, y de América se realizaron en lo que es hoy las Ruinas de La Vega Vieja en febrero de 1520.

Cada domingo en el mes de febrero en horas de la tarde, los Diablos Cojuelos salen a la calle, armados de sus vejigas de toro. Luego se culmina con un desfile de más de 80 grupos de comparsas.

Es uno de los carnavales más importantes del país. En Santiago este carnaval estaba representado al principio por dos populosos barrios de Santiago. La Joya y Los Pepines, esta diferenciación comenzó como un pleito entre los moradores de los antiguos barrios de la ciudad, en la época en que cargaban agua desde el Río Yaque, los entonces llamados Pueblo Arriba y Pueblo Abajo. Sus habitantes recibieron los motes de: “Los Chivos”, “Los Burros”. Con la llegada del carnaval los mismos se diferenciaron fabricando caretas de manera diferente, y así mientras los de Los Pepines tenían dos grandes cuernos lisos, los de La Joya tenían los dos cuernos llenos a plenitud de pequeños cuernitos secundarios.

Estos dos grupos podían diferenciarse entre sí, durante las grandes batallas campales que se celebraban a fuetazos. Esta es la historia del carnaval de Santiago el cual ahora se está celebrando como uno de los más importantes de nuestra república.

PERSONAJES IMPORTANTES

DEL CARNAVAL DOMINICANO

Desde que el calendario marca el primero de febrero, el país se llena de entusiasmo y el rostro de las personas baila al compás de u ritmo peculiar, compuesto por pitos y cascabeles, sin dudas, se trata del carnaval, la fiesta del pueblo.

El paso de los años y sobre todo la creatividad de los nacionales ha hecho que esta festividad se “dominicanice” originando los personajes “Roba la Gallina”, “Se Muere Rebeca”, “Califa”, “Los Tiznao”, “La Muerte en Yipe”, “Los Platanuces”, “Los Indios”, y los reyes de la fiesta “Los Diablos Cojuelos”.

EL ROBA LA GALLINA

Es un personaje típico africano que representa la fertilidad. Su imagen es la de un hombre vestido de mujer que pasea por la ciudad con un coro que le contesta a frase, “Roba la Gallina, Palo con Ella”.

SE ME MUERE REBECA

Es otro disfraz, al cual se le suma una gran cantidad de público, porque va anunciando en las calles que se le murió su hija y no tiene dinero para curarla, el cual va visitando establecimientos públicos con el objetivo de que le den algo para curarla.

CALIFE

Es la conciencia crítica del carnaval pues era la sátira a la élite gobernante. Su identificación es un hombre alto, pintado y vestido con un traje negro, camisa, sombrero con la copa de amplia longitud que va lanzando frases junto a un coro que le contesta lo que expresa.

EL TIZNAO

Que se pinta el cuerpo con aceite de carro quemado para ahuyentar, y a la vez tratar de que le cedan el paso para pasar.

LA MUERTE EN YIPE

Recrea la creencia popular que se tiene de la muerte. Es una persona alta, delgada, vestida de negro con los huesos pintados o dibujados en el vestuario de color blanco y con un gancho de madera o metal, con el que atemorizan a las personas que van caminando por la calle.