Orígenes de bono: Los aportes de Bono

...

Báez pretendió aprovechar la situación planeando un fraude monetario, lo que provoco la ira de los tabacaleros del Cibao, los cuales procedieron a instalar en Santiago un gobierno provisional, presidido por el general José Desiderio Valverde.

Bono y duarte:

También en 1864 Pedro francisco bono conoció a Juan pablo duarte, quien retorno al país para ponerse al servicio de la gesta restauradora. Pero de las relaciones que ambos sostuvieron no se tienen mucho detalles, lo que no es de sorprender dado al trato que recibiera el padre de la patria de los principales dirigentes de ese movimiento que temieron que este pretendiera recuperar el prestigio que tuvo antes de la proclamación de la republica.

Pase a que duarte tenía más de veinte años fuera del país y que prácticamente era un desconocido por el directivo del movimiento restaurador, su presencia no solo provoco preocupación en la mayoría de sus integrantes, sino también en la prense cuba y España que destacaron el rol desempeñado por este en la proclamación de la republica dominicana.

La resolución salomónica buscada por la dirigencia del movimiento, y al parecer sugerida por Espaillat y bono, fue la de nombrarlo enviado extraordinario ante el gobierno de Venezuela, y al principio duarte rechazo la designación ante su interés de permanecer en el país luego de tan larga ausencia, pero las insinuaciones del diario de la marina lo hizo cambiar de decisión para no ser piedra de escándalo ni manzana de la discordia.

Bono se separo del gobierno restaurador:

Las decididas actuaciones de bono como parte del gobierno restaurador se vieron interrumpidas al conocer del asesinato del general José Antonio salcedo (pepillo), quien fue juramentado como el primer presidente del indicado régimen el 14 de septiembre del 1863.

Salcedo fue asesinado por órdenes del general Gaspar Polanco, quien primero trato que la acción fuera ejecutada por Gregorio Luperón quien era enemigo personal de este.

El ex presidente salcedo fue asesinado el 5 de noviembre de 1864, pero Luperón nada tuvo que ver con ese abominable hecho que echaría por el suelo la trayectoria revolucionaria del Polanco, quien lo que hizo con las manos, como fue disponer el encendido de la ciudad de Santiago, el 6 de septiembre del 1863, y luchar encarecidamente en contra de los anexionistas, lo desbarato con los pie al disponer la muerte de uno de los mas valerosos héroes de la gesta restauradora independientemente de sus cualidades negativas.

Hizo jurando no volver a su amada población hasta que no se castigara el crimen cometido en el general salcedo.

… y sin despedirse de sus amigos ni hermanas se marcho por la cuesta de la piedras para san francisco de Macorís, y desde Nibaje volvió el rostro para admirar por ultima ves la ciudad de sus amores en donde no había ningún cerebro que temiera tanto como el las tras de la historia.

Bono luego de la guerra de la restauración:

Bono no fue hombre de dejarse caer por las frustraciones, como la sufrida por el fracaso de su proyecto federalista, la destrucción de su vivienda y su bienes a causa del incendio del 6 de septiembre de 1863 y asesinato del presidente salcedo en 1864, y desde san francisco de Macoris continuo atento al desarrollo de la gesta restauradora, como lo demuestra el hecho de que al terminar esta se le busco para que desempeñara funciones de importancia, aceptando en 1867, la de ministro de la suprema corte de justicia; secretario de estado de justicia y encargado de la relaciones exteriores.

En el 1868, fue escogido como regidor de san francisco de Macoris; y en 1870 juez de primera instancia de la vega, así como alcalde constitucional de esa población en 1872.

Bono rechaza la candidatura presidencial:

La proyección que adquirió Pedro francisco bono a finales del siglo XIX, no solo la tuvo en la importancia y los debates que provocaban sus publicaciones y en la firmeza de su carácter, así como el respeto y la admiración que le tenían hasta sus adversario, sino también en su reiterada negativa a aceptar la candidatura presidencial que se le ofrecía.

A finales del siglo XIX ningún personaje fue considerado más presidenciable que bono pese a las agudas contradicciones políticas existentes entre los líderes de los partidos azul y rojo.

Susana M. Arias