Panamá, y la separación de Colombia

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Pero el famoso tratado no era más que otro intento de los Estados Unidos por obtener como siempre un mayor beneficio para él. Mediante el acuerdo se dividiría una zona de 5 kilómetros a cada lado del canal, incluyendo ríos, lagos y los principales puertos, en la cual Norteamérica tendría plena jurisdicción. Mientras que El "canal francés" sólo dividiría 200 metros a cada orilla sin perder la soberanía nacional. Además la compensación económica que se proponía (10 millones de abono y 250.000 dólares anuales) era inferior a lo que ya el estado colombiano recibía por los derechos del ferrocarril (250 mil dólares anuales) y otros tantos por uso de los puertos.

Adicional a esto el tratado contemplaba el pago de 40 millones de dólares que Estados Unidos haría a la Compañía Nueva del Canal en compensación, pero esto era completamente ilegal, pues estaba claramente prohibido por la Constitución y por el propio Salgar – Wyse, que impedía a esta empresa traspasar sus propiedades a un gobierno extranjero. Es así como nace El Tratado Herrán - Hay, condenado desde un inicio por la opinión pública colombiana y panameña, especialmente por el pérdida de la soberanía.

El gobierno de Marroquín tuvo ante el Herrán - Hay una actitud inadecuada: por un lado, había autorizado a su embajador a Tomás Herrán a firmarlo; por otro, no puso empeño en defenderlo, especialmente ante el Congreso, que fue convocado en junio de 1903 para ratificarlo. Pero no era la soberanía lo que preocupaba al gobierno de Marroquín, sino que se centró en tratar de recibir una tajada de los 40 millones que recibirían los accionistas de la Compañía "francesa".

Cuando el Congreso colombiano cerró sus sesiones sin ratificar el tratado, a mediados de agosto, emitió una resolución que expresaba la esperanza de que en 1904, cuando las propiedades de la Compañía francesa hubieran pasado a Colombia, por expirar el contrato Salgar-Wyse, se estaría en mejores condiciones de negociar con Estados Unidos.

Este razonamiento era simple, pero equivocado: en pocos meses quedarían fuera de la negociación los franceses, y se podría negociar directamente. ¿Entonces que apuro podía tener Roosevelt, si hasta terminaría pagando menos, porque se podría ahorrar esos 40 millones? Era lógico, pero errado, porque Roosevelt y sus socios eran los reales beneficiarios de esos 40 millones, y no los franceses. Y de esta forma iniciaría la trama la trama de la "Separación", que empezó a prepararse ante la eventualidad, desde junio o julio.

Cromwell hizo viajar a Nueva York desde Panamá al capitán J.R. Beers, agente de fletes de la Compañía del Ferrocarril de Panamá; se dice que se entrevistó en secreto (en Jamaica) con el abogado panameño de esta empresa, y prócer de la separación, José Agustín Arango y a Manuel Amador Guerrero, otro empleado y futuro primer presidente de la República de Panamá, para tramar los hechos del 3 de Noviembre.

Podemos concluir que la independencia de Panama se originó basado en los intereses económicos que podrían obtener los accionistas norteamericanos de la "compañía francesa del canal". Son ellos que gracias a los sobornos pagados lograron incitar y promover la creación de esta nueva república.

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BIBLIOGRAFIA

Diaz, O. (2003). El Pais Creado Por Wall Street - La Historia no contada de Panamá. Ed. Planeta Colombiano.

Duval Jr., M. (1973). De Cádiz a Catay. La historia de la larga lucha diplomática por el Canal de Panamá. Editorial Universitaria.

Lemaitre, E. (1993). Panama y su separación de Colombia. Bogota: Amazonas Editores.

Terán, O. (1976). Panama : del tratado Herrán-Hay al tratado Hay-Bunau Varrilla, historia crítica del atraco yanqui mal llamado en Colombia la perdida de Panama y en Panama. Bogotá: Carlos Valencia Editores.

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