Población y Sociedad Eduardo José Miguez.
Enviado por monto2435 • 8 de Marzo de 2018 • 1.959 Palabras (8 Páginas) • 366 Visitas
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en el número de hijos.”
7- La inmigración aumento el peso relativo de las edades de mayor actividad económica (entre los 14 y los 64 años), especialmente en el sector masculino.
Las mujeres eran el 40% en la fuerza laboral en 1869, el 29.5 % en 1895 y el 22% en 1914, tendencia que continuo hasta 1930. La salida de mujeres y niños de la actividad económica, fue compensado por la llegada de los inmigrantes.
En el mercado laboral se produce un fuerte crecimiento de la productividad general de la economía, la política educativa del estado, las nuevas expectativas, en cuanto a la forma de vida que aportan los inmigrantes, o la movilidad social son el contexto que altera el mercado laboral. La retracción de las formas de vida campesinas contrajo el trabajo familiar y redujo la posibilidad de la artesanía doméstica reemplazada por otras manufacturas. Por otro lado mejoran la productividad y el ingreso, posibilitando la postergación al mercado laboral y el crecimiento de la población escolar.
La forma regular del trabajo asalariado desplazo a otro tipo de relaciones laborales. No es que el trabajo asalariado no fuera habitual en el mundo que quedaba atrás, pero seguramente la mayoría no tenía una relación regular.
8- Para el grueso del mundo del trabajo, la renovación económica implico una nueva forma de organización de sus actividades.
Para 1869 en el ámbito rural es visible la pequeña producción campesina de ocupantes precarios. “Con el fin de la frontera esa posibilidad tendió a desaparecer” . La gran estancia se consolido como una estructura moderna, “…la producción en menor escala continuo ahora en pequeños y medianos propietarios o arrendatarios o aparceros, sector nutrido en gran medida por la inmigración” . La mayoría de ellos vivía una vida de arrendatarios.
9- En diferentes épocas y lugares, entre los arrendatarios, surge una clase de prósperos pequeños y medianos productores rurales. Estos casos excepcionales integrarían una sólida burguesía de pueblo, participando en el comercio de granos, como contratistas rurales, en el remate de hacienda. Se consolida así una clase media.
No faltaron extranjeros entre los propietarios de grandes y modernas estancias, aunque fueron más notorios los apellidos ingleses, belgas, alemanes, irlandeses que los italianos o rusos. Hubo excepciones como Ramon Santamarina, Pedro Luro o Devoto, pero el grueso de este sector estaba formado por prestigiosas familias locales, arribados en general a fines de la colonia o en la temprana época independentista.
Mayormente habían hecho su riqueza en el comercio y en los negocios con propiedad urbana. “Siguiendo el impulso de un grupo de grandes pioneros Schumpeterianos nucleados en la Sociedad Rural, renovaron a partir de los años sesenta la estructura productiva y social de la campaña…” .
En la clase media de pequeños productores rurales que se había formado, muchos de ellos eran de origen inmigrante, quienes poseían o administraban más de la mitad de las explotaciones agrarias de las zonas más ricas de las pampas. La democracia socioeconómica era seguramente incluso mayor en la economía urbana. Pocos llegaban a la cúspide económica, y los que lo lograron seguramente gozaron de menor reconocimiento social.
Los lugares centrales estaban destinados y reservados a los políticos criollos.
10- El mundo obrero:
El grueso de los inmigrantes provenía de culturas en las que la observación católica era más estricta que en Plata. La vía más clásica para el progreso social fue la educación, muestra la preocupación del Estado por el avance en este sentido, presente desde las formulaciones tempranas del proyecto modernizador. Vulnerables a los ciclos económicos.
Entre sus diversos problema se encuentra el de la vivienda, en las zonas rurales porque no podían invertir en mejoras, en lo urbano, surgían por la gran demanda y el gran crecimiento demográfico los conventillos, viviendas encarecidas y precarias. Sus conflictos más habituales surgieron en torno a los niveles salariales y las condiciones de trabajo.
Existían en el país centenares de sociedades mutuales étnicas, su propósito básico era la asistencia mutual a enfermos o en los funerales y actividades sociales.
Para la década del 1870 surge el Movimiento obrero, el cual se habría iniciado con gremios de oficios. La crisis de 1889-1890 crea un contexto favorable a la movilización. Para la década de 1890 su presencia era muy manifiesta en Buenos Aires. En los años siguientes aparecieron las primeras federaciones obreras y para 1901 se organizó la Federación Obrera Argentina (FOA), más tarde la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), que reunía a los socialistas y anarquistas. Las diferencias hacen que los socialistas abandonen la FOA y formen la Unión General del Trabajo (CORA). El sindicalismo de los trabajadores agrarios se desarrolló más lentamente que el urbano.
Para comienzo del siglo XX la agitación obrera lograba atemorizar al poder político dando lugar a iniciativas como: la creación del departamentos Nacional del Trabajo (1907), se aprobó una legislación sobre trabajo femenino e infantil (Ley 5291 de 1907), para 1904 el Condigo Nacional del Trabajo, aun si aprobarse en el congreso, reflejo la inquietud de los más altos círculos políticos.
“…En 1911 se creó el Museo Social Argentino, una institución privada dedicada al estudio y a la acción social, que incluyo a buena parte del espectro reformador, incluyendo figuras políticas muy influyentes, políticos socialistas, etc.”
En los años 20 el espíritu reformista se extiende, y las iniciativas son emprendidas por gobiernos provinciales y municipales.
En la pirámide social estaba presente la pluralidad de origen. Allí el éxito económico de la elite criolla opacaría incluso a los círculos de los grandes empresarios y administradores extranjeros. Fue una elite abierta, en la medida que su cúspide social no se viera desafiada por advenedizos. Hasta el siglo XX sus hijos ocupaban todos los espacios de prestigio social.
Este éxito no pudo resistir la democratización que acompaña la movilidad social y la consolidación de los sectores medios.
Pasado el momento de oro, los pujantes sectores medios amenazaron con reducir el rol social de los sectores más altos. Estos conservaban su primacía, pero comienza a desdibujarse sus lugares como referentes sociales necesarios. La clase política se diversifica.
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