Primeras presidencias Uruguay.
Enviado por Ensa05 • 3 de Abril de 2018 • 1.170 Palabras (5 Páginas) • 390 Visitas
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En cambio, Rivera tenía una suerte diferente, porque desde ahí pudo consagrarse como el Caudillo más popular del territorio. Rivera había tenido una trayectoria bastante difícil, había pasado de teniente de Artigas a enemigo de él y después de colaborador con la dominación luso-brasileña a dirigente de la Cruzada libertadora, o sea, se cambiaba de un lado a otro. El historiador Manuel Herrera y Obes lo describe así:
Id y preguntad, desde Canelones a Tacuarembó, quién es el mejor jinete de la República, quién es el mejor baqueano, quién el de más sangre fría en la pelea, quién el más generoso de todos, quién, en fin, el mejor patriota, a su modo de entender la patria, y os responderán todos: el general RIVERA.
Esa descripción se hace en aquél Uruguay donde pesaban más las cualidades personales del caudillo, lo que la gente del medio rural admiraba, que la inteligencia y la ética de él. Sin embargo, Rivera no solo contaba como dije hoy con el respaldo de los gauchos, sino también con el de los doctores de la ciudad lo que era un mérito de su personalidad. Pero Rivera tenía un concepto muy pobre acerca del cargo que le tocó de Presidente de la República. Se puede decir que lo de “constitucional” que tenía Rivera era solo el hecho de ser elegido por el pueblo, pero Rivera no confiaba mucho en la Constitución. Además, Rivera era un hombre que se sentía mal en la ciudad, y por eso siempre andaba recorriendo de un extremo a otro del país, con el objetivo de recibir las muestras de afecto del paisanaje, y entonces dejó las cosas que tenía que resolver el gobierno a cargo de una pequeña cámara de políticos, que les decían “abrasilerados” porque habían colaborado con esos dominadores. Y ellos fueron en realidad los gobernantes de ese período y manejaron el país en su provecho.
EXTERMINIO DE INDIOS.
En el país donde se estaba intentando comenzar a organizarse como tal, existían unos pocos cientos de indígenas que no se integraban, no respetaban la propiedad privada y atentaban contra los bienes y hasta contra la vida de los productores, eso a Rivera lo molestó. Había en aquél momento muchos reclamos para que se terminara con esta situación.
Rivera contaba con gran popularidad entre los indios en general, y por eso le resultó sencillo atraerlos a una trampa. Los principales caciques fueron citados por Rivera con el pretexto de que “el Ejército necesitaba de ellos para ir a cuidar las fronteras del Estado”. Los indios aceptaron esa cita y se reunieron con Rivera en el Potrero de Salsipuedes, que es un arroyo afluente del Rio Negro, el 11 de abril de 1831. Los indios fueron sin armas con sus mujeres y niños, mientras Rivera escondió a 1.200 hombres armados. Se comió asado y se tomó vino en abundancia, y cuando los indios estaban bien confiados y con mucho alcohol en el cuerpo comenzó la matanza de ellos, esa matanza duró pocos minutos, y cuando terminó se pudo comprobar que habían muerto unos 40 indios y más de 300 quedaron prisioneros, algunos lograron escaparse y fueron perseguidos. Las mujeres y los niños fueron entregados a familias pudientes de Montevideo para tareas de servidumbre, prácticamente en condición de esclavitud. La “guerra contra los charrúas” siguió hasta que ellos desaparecieron de la nación.
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