REVOLUCIÓN INDUSTRIAL El proceso de introducción de las máquinas y de la creación de industrias

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7. Las primeras asociaciones obreras:

Al igual que el surgimiento de los Luditas, surgió una forma de lucha puramente proletaria, el movimiento huelguístico y se fundaron las primeras asociaciones obreras: las cajas de ayuda mutua, los clubes de obreros y los primeros sindicatos. En 1796 se fundó Halifax, el sindicato de trabajadores de la producción de lana. El sindicato organizaba huelgas dentro de los talleres y fábricas infundiendo pánico en los fabricantes quienes se vieron obligados a recurrir al Parlamento para exigir que se prohibieran las huelgas. Para complacerlos, en 1799 el Parlamento decretó una ley que iba en contra de las huelgas y amenazaba con duras penas, comprendidas entre estas, la de la muerte.

Cuando el estado prohibió los sindicatos, muchos overos abrieron los ojos y se dieron cuenta de que este no era neutral, si no que servía a los intereses de los burgueses, convirtiéndose en un arma a favor de ellos para usar en la lucha contra la clase obrera. En el último tercio del siglo XVIII, había en todo el país sólo 150 electores. El derecho a elegir se hallaba vinculado con un alto censo y el derecho pasivo, es decir, el derecho a ser elegido, únicamente era para quienes ganaban anualmente más de 300 libras esterlinas. En el Parlamento dominaban de hecho, grandes Latifundistas, la Burguesía fuerte y rica no quería resignarse a la prepotencia de los terratenientes y exigía se le diera parte en la gobernación del estado.

Bajo la influencia de la revolución Burguesa de 1789 en Francia, surgieron numerosas asociaciones políticas como la “Sociedad Correspondiente de Londres” fundada en 1792 por el zapatero Tomás Hardy. El programa incluía medidas de democratización a cualquier movimiento político-social de Inglaterra. Esta sociedad tuvo grande agitación entre los obreros, soldados y marinos. La sociedad pronto alcanzó los 8.000 participantes, lo que alarmó al gobierno y lo hizo tomar represalias, fue detenido el movimiento y Hardy fue detenido y llevado a los tribunales. El Parlamento hizo toda clase de leyes que equiparaban como delitos comunes cualquier acto político. Los tribunales eran los peores ejerciendo castigos a cualquier oposición política; incluso hicieron que muchos terminaran ahorcados. La Sociedad Correspondiente de Londres dejó de existir a finales del siglo XVIII. Cabe señalar que para ese entonces los obreros ya eran más luchadores y combativos por la democracia.

Debido a la prolongada guerra entre Inglaterra y Francia, el gobierno el 1817 dejó en suspenso la ley de inviolabilidad del individuo, otorgando así a la policía el poder de detener a quien quisiera cuando quisiera, también prohibió asambleas y mítines. El 16 de agosto de 1819, el gobierno cometió un crimen sangriento que indignó a todo el país. Afuera de la ciudad obrera de Manchester se celebraba un mitin donde los obreros exigían trabajo, fue entonces cuando llegó la policía y cargó con los allí presentes. Resultaron muchos heridos y once muertos, entre ellos mujeres y niños. A partir de ahí una oleada de mítines se apoderó de Inglaterra, en ellos se exigía que se juzgara al gobierno y a los iniciadores del crimen sangriento.

Entre tanto el Parlamento seguía recurriendo a las represiones, prolongó otras seis leyes más a las que el pueblo denominó las “Leyes de la mordaza” donde se limitaba el derecho de reunión, la libertad de prensa y se autorizaban las requisas domiciliarias. Aunque todo esto no detuvo a los obreros avanzados quienes hacían movimientos revolucionarios que pretendían acabar por la fuerza con el régimen actual.

En 1824 el Parlamento bajo la presión de la clase obrera hizo una ley que anulaba la prohibición de las coaliciones obreras. Ley que tuvo gran importancia para los obreros, permitiendo que surgieran organizaciones sindicales con el nombre de tradeuniones.

En el Parlamento hubo un incremento de la participación de la Burguesía, lo cual dejó en notoria visibilidad la rivalidad entre esta y el Proletariado. Los obreros esperaban ver cómo se comportaba la Burguesía ahora que ya había llegado al poder, pues no tuvieron que esperar mucho ya que en 1834 la Burguesía en el Parlamento adoptó una nueva ley donde se prohibía dar subsidio a los pobres. De ahí en adelante, los necesitados sólo podían recibir dichos subsidios en casas especiales de trabajo, en las que el régimen era tan duro que los obreros las denominaban las “bastillas de los pobres” donde la alimentación era muy escasa y reinaban las enfermedades. Quienes vivían en estos lugares debían hacer trabajos muy duros desde espadillar viejas sogas para hacer cáñamo, hasta triturar grandes rocas. Con el fin de hacer angustiosa la permanencia en estas casas, la Burguesía separaba a las familias alojando aparte a los maridos de las mujeres y de los niños. Los Burgueses declaraban que los pobres no tenían derecho a tener familia. La Burguesía logró su objetivo, disminuir los subsidios de los pobres al mínimo y además lograron obtener un gran ejército dispuesto a trabajar por lo que fuese.

Todo esto causó gran indignación entre los obreros quienes resolvieron seguir luchando por sus derechos económicos y políticos. Así surgió el Cartismo que fue el primer movimiento político proletario independiente que buscaba que el Parlamento tomara la Carta del Pueblo.

8. El Cartismo:

Tenía dos centros, la Asociación de Obreros y la Gran Liga del Norte. Ambas asociaciones buscaban transformar el régimen político de manera revolucionaria para el bien de la clase obrera y de todos los trabajadores. El programa de estos movimientos era la Carta del Pueblo el cual presentaban las siguientes reivindicaciones: voto secreto, circunscripción electoral iguales, abolición del censo de propiedad para los candidatos a diputados del Parlamento, reelección anual de este y el pago a diputados. La Carta acogió gran popularidad y fue aceptada por los obreros quienes hacían marchas nocturnas con antorchas y en filas ordenadas infundiendo miedo a los Burgueses. Las banderas de los Cartistas tenían mensajes amenazantes y los obreros invitaban al pueblo a ofrecer resistencia al despotismo y a la opresión.

El 4 de febrero de 1839 se inauguró en Londres el primer congreso de disputados Cartistas al que se le dio el nombre de “Convenio de las Clases Industriales de Gran Bretaña” el congreso aprobó una petición acerca de la Carta que para mayo del mismo año ya tenía más de 1’250.000 firmas. La Carta fue entregada al Parlamento quien desde luego se negó a examinarla. Las masas obreras estaban dispuestas a luchar, pero les faltaba un verdadero dirigente, les