Relación FARC y Paramilitares desde sus inicios

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Las FARC nacen en zonas de pobreza rural y se expanden a zonas donde se denota un fuerte crecimiento económico, el grupo alzado en arma llega a cumplir esa función del Estado en relación de garante del orden, pero esa acción ilegitima que cumple el grupo armado, el poder que ostenta en los territorios donde el Estado no presenta ninguna posición le ofrece un crecimiento de sus fuerzas que desde luego deben financiarse, este aspecto económico de la guerra lleva al grupo insurgente a realizar actos que afectan a los gamonales o terratenientes.

No obstante desde punto podemos entrar analizar el surgimiento de las fuerzas contrainsurgentes o bien paramilitares.

Para explicar el surgimiento de los Paramilitares se pueden observar varios aspectos. Tales como las afectaciones hacia la población civil, el impacto negativo generado a la riqueza de las clases dominantes y que ejercían amplio poder donde el Estado presentaba vacíos, la insubordinación de las elites rurales legales, que decidieron tomar parte para frenar las acciones del grupo, el malestar ocasionado a los sectores de la clase política y como un elemento importante el Narcotráfico, con la aparición de este fenómeno aparecen las mafias, que rápidamente van cobrando fuerzas no solo en el control y dominio de las áreas rurales, y su modelo de cultivos ilícitos que fortalecía muchas zonas rurales del país, sino también en la economía y política del país.

El grupo Paramilitar nace en las zonas de riquezas, pero se expande a las zonas pobres rurales para hacer frente a las acciones de las FARC. De igual forma que los insurgentes, aplican el control y la vigilancia y asumen ilegítimamente el papel de Estado ofreciendo protección y una supuesta justicia sobra actos banales.

Desde este enfoque se observa la clara diferencia de las FARC, con los Paramilitares, el primero nace bajo una ola de violencia, de acciones corruptas de imposiciones, pero sobre todo sobre las bases de la desigualdad y el deterioro de la vida rural. El segundo es una fuerza que pretende frenar las acciones del grupo insurgente, que desde luego también nace de unas acciones de violencia pero que tiene como ideología generar más violencias y garantizar la continuidad de un modelo opresor y desigual que generaba desarrollo y que iba en vía contraria al desarrollo y las apuestas políticas de Latinoamérica.