Reseña del museo "Memorial del '68".

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A pesar de la reanudación de las clases, el rector Barros Sierra llama a no olvidar la lucha, y el 19 de septiembre protesta en contra de la ocupación de las fuerzas armadas como un acto excesivo. Esto a su vez derivo una pelea entre la policía y los estudiantes en los planteles ocupados por la misma. Barros Sierra es obligado a presentar su renuncia ya que era acusado por la violencia ocurrida en los planteles de la UNAM.

El 2 de octubre, lo que es conocido como el fatídico día del movimiento estudiantil o la noche de la matanza en Tlatelolco, ocurrieron los siguientes acontecimientos, como primera instancia tenemos que Myrthokelia González anuncia que la manifestación no saldrá del casco de Santo Tomas para evitar confrontaciones.

El gobierno se entera del paradero del mitin y manda al ejército, el cual se despliega sobre los manifestantes y comienza a disparar. Después de unas largas horas de lucha y balacera intensas, el ejército toma control de la plaza y coloca tanques a la entrada del edificio Chihuahua. Las personas detenidas durante el tiroteo son llevadas al muro sur de la Iglesia de Santiago Tlatelolco.

Estas personas detenidas son posteriormente trasladadas a diversas cárceles a lo largo de la Ciudad de México y los dirigentes de CNH son llevados a un campo militar. Los números de heridos y asesinados de esta noche no son un dato exacto pero si hubo una gran pérdida humana aquel día.

Al principio, después de los acontecimientos, las radiodifusoras y televisiones contaron una versión más real de los hechos hasta que Marcelino García Barragán, secretario de defensa, mando cambiar la nota radicalmente argumentando sobre “terroristas extranjeros” y “agitadores estudiantiles”.

Las revistas y diarios mexicanos no se atrevieron a contar la verdadera cara de los hechos y las criticas llegaron del extranjero, por ejemplo, con la renuncia de Octavio Paz como embajador en la india o de la periodista italiana Oriana Falacci, quien fue herida en el tiroteo, que alerto a periódicos italianos, franceses, ingleses y estadounidenses.

Como los juegos olímpicos se veían cada vez más cerca, el gobierno decidió llegar a una tregua con el CNH para impedir disturbios durante los juegos, y así nació la llamada tregua olímpica. El CNH no haría ningún acto público durante el desarrollo de las olimpiadas para así impedir nuevas represiones violentas como la del 2 de octubre.

El 26 de octubre son liberados 63 estudiantes aunque 165 involucrados permanecen presos. Al calmarse parcialmente las aguas entre el gobierno y los manifestantes, el ejército desocupa las instalaciones ocupadas, del IPN y el Casco de Santo Tomás, y miembros del CNH se reúnen con Julio Sánchez Vargas para exigir la liberación de los estudiantes presos.

Finalmente el 6 de diciembre el Consejo Nacional de Huelgas tras 130 días de paro decide reanudar las clases y levantar la huelga estudiantil, y al lograr su cometido, el CNH no ve porque razón seguir como institución y se disuelve.

Lo que deja el movimiento de 1968 es un sentimiento de nacionalismo y de solidaridad ya que los mexicanos sienten empatía por los estudiantes y sus familias, así como por sus ideales de lucha. Después de este movimiento se da cierta apertura a las protestas puesto que “si unos jóvenes estudiantes dieron su vida por sus ideales ¿Por qué nosotros no?”

Este movimiento termina en cierto modo la tiranía del gobierno ya que el pueblo mexicano abre los ojos y se vuelve más crítico ante el gobierno del país aunque este cambio no se da en el sexenio de Díaz Ordaz, sino que en el de Luis Echeverría Álvarez.

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