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Resumen cada quien sus heroes

Enviado por   •  22 de Noviembre de 2017  •  2.297 Palabras (10 Páginas)  •  349 Visitas

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A los pocos días se desató la gran confrontación entre Iturbide y el Congreso. El gobierno descubrió una conspiración republicana dirigida por algunos diputados. Como señala Timothy Anna independientemente de sus posibilidades de éxito y de lo amenazante que hubiera sido para el emperador esta conspiración aceleró la disolución del Poder Legislativo.

El plan era promover una revuelta en la ciudad de México argumentando que el Congreso no había tenido libertad en la elección del emperador. Los conspiradores declararían nula su coro- nación apresarían a Agustín de Iturbide y trasladarían el Congreso a Texcoco para que sesionara con entera libertad. Los conjurados suponían que ahí el Poder Legislativo se pronunciaría por el establecimiento de la república.

Entre los principales conspiradores dentro del Congreso se encontraba Servando Teresa de Mier y Juan Pablo Anaya. El 26 de agosto de 1822 fueron aprehendidas sesenta y seis personas cincuenta de ellas eran diputados. Algunos de los diputados detenidos que habían participado en las discusiones relativas a las fiestas y los héroes del imperio fueron: José María Fagoaga Carlos María de Bustamante Servando Teresa de Mier Rafael Leandro Echenique Joaquín Obregón Francisco Sánchez de Tagle José Joaquín de Herrera y Juan de la Serna y Echarte. Este último había sido miembro de la Comisión de Premios que como observamos ya se pronunció por el reconocimiento de los caudillos insurgentes.

El 31 de octubre como se sabe Iturbide ordenó la disolución del Poder Legislativo. En su lugar nombró a la Junta Nacional Instituyente que prestó juramento el día 2 de noviembre circunstancia de triste presagio por ser el día en que la Iglesia celebra con lúgubre aparato la conmemoración de los fieles difuntos .Las sesiones ocupadas por el Congreso en la discusión de los días que debían ser festividades nacionales y de los individuos que debían ser reconocidos como héroes de la patria cuando todavía había efectivos españoles en el territorio España había desconocido los Tratados de Córdoba y existía una amenaza de reconquista cuando había desorden en la economía los caminos estaban cerrados y el comercio y la minería paralizados fueron motivo para que más de un observador las denunciara como muestra de la incapacidad de los legisladores deeste Congreso.

En el desorden consiguiente a la falta de un sistema parlamentario forzoso más que nunca porque eran los momentos de comenzar sin obstáculo a organizar y a constituir se escogían al azar o según el interés o capricho de cada diputado los asuntos que debían tratarse posponiendo los más urgentes y de positiva necesidad a otros muy triviales o que nada significaban para el bien público. Uno de estos asuntos fue el relativo a los días que deberían señalarse de fiesta nacional.

Para el diputado José María Bocanegra el Congreso debió haber- se ocupado de temas de más urgente necesidad redactar las leyes necesarias para imperio y no perder el tiempo con las que decretaban fiestas nacionales .

Para otros como Lucas Alamán siempre el más observador esas discusiones fueron expresión de la formación de los grupos políticos. Alamán opinaba sobre este asunto que:

A los diputados que habían pertenecido a los insurgentes teniendo par- te en su gobierno y congreso o militado bajo sus banderas se unieron los que habían sido parciales aunque ocultos de aquella revolución y los que por poca inclinación a la persona de Iturbide o por oposición a sus ideas intentaban desde entonces oscurecer su gloria haciendo resaltar la de los promovedores de la revolución de 1810 a quienes se empezó a distinguir con el nombre de antiguos patriotas. Esto hizo que empezase a adquirir influencia aquel partido como se manifestó con motivo de las festividades.

Al desprevenido que lea las actas de los largos debates suscitados con esos motivos podrá parecerle frívolo el gasto de tiempo en asunto a primera vista tan trivial y pensará que habría sido mejor empleado en ventilar la gran cuestión para la cual fue convocado el Congreso. Pero la verdad es que bien visto no otra cosa se discutía porque un voto en favor de la memoria de Hidalgo había adquirido el sentido de un voto republicano.

Si bien los diputados que habían participado o simpatizado con la insurgencia y los que se identificaban como republicanos no lograron que se aprobara el decreto que haría héroes nacionales a los insurgentes por lo menos consiguieron incluirlos en los días de festividad nacional en la misma línea que la de los jefes de Iguala con no poco disgusto de Iturbide y de sus seguidores que monopolizaban esa distinción para el héroe de Iguala

Reflexión final

La oposición de Iturbide a que los caudillos de la primera época de la independencia fueran declarados héroes nacionales se explica por la interpretación negativa que él y muchos contemporáneos hicieron de aquella revolución y no sólo por supuestas ambiciones desmedidas de crédito reconocimiento y veneración del fallido emperador. Además reconocer los méritos de los insurgentes abonaba el terreno hacia la república.

Como apuntamos ya para Iturbide la destrucción y el odio desatados por Hidalgo y continuados por los caudillos que le siguieron no podían ser la causa inmediata de la independencia y menos el argumento histórico legitimador del imperio mexicano la base sobre la que se construyeran los cimientos y el futuro de la nación.

Para Iturbide la revolución iniciada en 1810 había sido solamente como lo expresa en el mismo Plan de Iguala y en otros documentos el origen del desorden el abandono y otra multitud de vicios. En la carta que escribió a Juan Ruiz de Apodaca informándole del Plan de Iguala mucho tiempo antes de sus desacuerdos con el Congreso afirmó:

La noche del 15 al 16 de septiembre de 1810 se dio el grito de independencia entre las sombras del horror con un sistema (si así puede llamarse) cruel bárbaro sanguinario grosero e injusto por consecuencia [...] Nada ha estado más en el orden natural que el que los europeos desconfíen de los americanos porque éstos o por lo menos algunos tomando el nombre general sin razón sin justicia bárbara- mente en todos sentidos atentaron contra sus vidas contra sus fortunas envolviendo ¡qué horror! a sus mujeres e hijos en tal ruina.

Los reputados héroes por el Congreso eran para Agustín de Iturbide independientemente de sus fáciles juicios sobre la insurgencia más vulgares malhechores que fantasmas a quienes debía disputar el poder y la gloria.

Derrocado el efímero imperio de Agustín I predominando en el Congreso restituido

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