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Significacion de la muerte en la cultura mapuche

Enviado por   •  11 de Enero de 2019  •  4.795 Palabras (20 Páginas)  •  492 Visitas

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En este sentido es necesario tener presente el sentido de trascendencia mapuche o Ka Mapu Mogen, creando un mundo no terrenal en el cual el verdadero mogen comenzaría o estaría, por lo que la vida en la tierra es solo un paso efímero hacia la siguiente vida en el Mallew Mapu. La concepción sobre sí mismo se conforma del kalül o cuerpo terrenal, es la materia que se queda para volver a ser mapu (tierra), püllü o espíritu, este es concebido en el pueblo mapuche como algo material, un cuerpo de materia trascendente, igualmente existe el “am” correspondiente a la esencia de vida o alma, entendido como el yo interno, bajo estas características se conformarían como una miniatura del cosmos proveniente del mapu. Al morir el “am” junto con el püllü conforman un cuerpo etéreo, por ende, el fallecido no tiene conciencia de su muerte pues en su episteme mapuche aun esta con vida más allá de lo terrenal. Así una vez muerto, al cuerpo físico se le denomina alwe, el cual se transforma y deteriora para volver al mapu.

Esta estructura da cuenta de una epistemología especial: somos kalül o cuerpo porque somos parte del mapu, de la materia temporal; somos püllü, aquella materia energética que no se puede destruir ni acabar jamás y somos am, el cuerpo etéreo del püllü que resistirá́ y permitirá́ volar al híper espacio en búsqueda de la trascendencia como una especie de vehículo interestelar. Somos cuerpo kalül, alwe, alma y espíritu. Este doble dual tiene su réplica cósmica: el kalül hace dual con el alwe, esa esencia del muerto que estará́ temporalmente en el entorno del lof y la familia del ‘la’ o ‘el’ muerto; y lo que trasciende es nuevamente dual, el püllü y am, el espíritu y el alma. [2]

Para entender de una mejor forma el creer mapuche es primordial conocer las dimensiones cósmicas de la trascendencia que posee su cosmovisión, esta estructura es cuatridimensional compuesta por el Wenu Mapu (elemento positivo), el Anka Mapu (elemento positivo y negativo es cuando las rogativas no llegan al Wenu Mapu), el Nag Mapu (espacio neutro donde vive el che) y el Minche Mapu (elemento negativo). Cumpliendo dos pares los cuales permiten una rotación sistemática de la vida, los que nos permite vislumbrar nuevamente esta idea de que la muerte no es un fin, sino solo un paso hacia uno de los tantos ciclos existentes.

Para el pueblo mapuche la vida es un circulo en el cual se nace para cumplir un ciclo al igual que se muere para cumplir otro y así sucesivamente y el trascender a un diferente ciclo es el verdadero sentido de la vida en el conocimiento mapuche. El acto de morir corresponde a una transformación metamorfosica del cuerpo material que es parte del mapu con el propósito de entrar a una dimensión enérgica más potente del universo a la cual se le conoce como Mallew-Mapu dimensión en la cual el tiempo pasa mucho más rápido que en el mapu y los ciclos dentro de esta son mucho más grandes. Para el mapuche kimün (conocimiento mapuche) uno de sus fundamentos principales es la dualidad respecto a la muerte la cual es vista como un rol permanente respecto a la vida.

El culto de las ánimas y las ceremonias funerarias

“Las ceremonias y ritos se resolvían simplemente en una veneración de las ánimas de sus antepasados y en invocaciones a estos pidiéndoles su ayuda o benevolencia en cambio de las ofrendas y los sacrificios que le daban en recompensa.”[3] El alma sigue viva en un mundo invisible, pero sigue teniendo los mismos gustos y sigue reflejándose en el agua. Su sombra no se separa de ella. Se aparecen en sueños a sus conocidos, siguen necesitando los placeres terrenales, por tanto se le da lo necesario para que esto sea cubierto, de aquí surge el enterrar a los muertos con objetos que necesitarían en otra vida.

Los ritos funerarios se realizaban con el fin de proteger al cuerpo del difunto, pues se creía que los espíritus malignos tomaban el cuerpo. Y como en ánima del difunto seguía habitando su cuerpo de manera temporal, si no se protegía el cuerpo de estos espíritus, el alma del muerto dejaría caer su furia sobre aquellos que no lo protegieron adecuadamente.

La sepultura de los caciques se realizaba en lepus o lugares de reunión. Se le daban ofrendas al difunto, que se compartían entre sus familiares y él. El alma de los grandes jefes o fundadores de familias son veneradas y se crean leyendas a su alrededor que con el paso de los años se convierten en divinidades. El culto de los antepasados en familiar. Los veneran de alguna forma particular y a la medida que la familia crece algunos de los antiguas almas comienza a ser venerada como divinidad, pues se olvida su origen. Por ejemplo los pillanes, antu (Sol), huenu (cielo), pasaron de ser parte de familias importantes a animas del colectivo, en la creación de mitos y leyendas a su alrededor. Donde solo los sacerdotes recordaban sus orígenes, por ser quienes guardan las antiguas tradiciones de la raza.

Se creía que mientras se recordara al muerto y se presentara en sueños el am no se alejaba de la tierra, cuando esta se comenzaba a olvidar pasaba a la tierra de los muertos como pülli, donde se les dotaba de poderes sobrenaturales. Se consideraba al jefe de la familia como el jefe también de las pülli, por tanto se le hacían plegarias para que los ayudara. Tenían especial cuidado con no llamar al difunto por su nombre, pues creían que se le podía perturbar o sentir que se le llamaba. Pues el nombre se consideraba algo personal, se consideraba descortés llamar a alguien por su nombre, pues creen que a conocer el nombre también se conocerán sus cualidades intrínsecas y estás pueden ocuparse en su contra.

Toda muerte que no se produce en la guerra o en una riña, se piensa que la ejecutó algún espíritu maligno o por hechiceras instigadas por un enemigo. Cuando el enfermo moría a pesar de los ritos realizados por la Machi, la ley de talión obligaba a los deudos a descubrir quien había provocado la muerte. La machi hacía una autopsia para luego a través de la adivinación, poder conocer al autor de la muerte. La machi tenía visiones donde veía a la persona culpable y la familia tomaba represalia contra ella. Muchas veces las personas inculpadas creían tener la culpa aunque no tuvieran recuerdo de ello, pues creían que lo habían realizado mediante los sueños, donde el ánima se separaba del cuerpo. También se culpaba a personajes desconocidos o figuras no humanas, a los cuales se les castigaba solo con contra brujería. Cuando era efectuado por un brujo y este se transformaba en un animal, la familia salía a buscar “un ejemplar que reunía más o menos las condiciones indicadas. Se empañaban en cogerlo vivo y

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