Sociedad-mundo contra Terror-mundo
Enviado por Jerry • 13 de Diciembre de 2018 • 3.276 Palabras (14 Páginas) • 445 Visitas
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El subdesarrollo que afecta a las naciones es atribuído al superdesarrollo económico americano. La extrema precariedad alimenticia y médica que deja desarmados a tantos pueblos frente al Sida y otras pandemias, nutren los resentimientos a la vista de pueblos sobrealimentados y sobreprotegidos de Occidente, especialmente los Estados Unidos. Dondequiera que haya una civilización antigua, antes gloriosa y hoy venida a menos o amenazada, el mundo americano engendra alergias, antagonismos, agresividad.
Las consecuencias nefastas de la liberación del mercado mundial, el aumento de la desigualdad, las crisis económicas constantes, todo esto agrava los malos ánimos.
En los espíritus en los que ha reinado o reina todavía la ideología marxista-leninista, el modelo del socialismo duro se ha hundido por completo (aunque no haya llegado a pudrirse todavía), pero la convicción de que el capitalismo y el imperialismo americano son el mal absoluto permanece. Han respladado la satanización de América, hogar del capitalismo y el imperialismo, olvidando que el comunismo soviético actuó peor que el capitalismo ignorando las virtudes de la democracia y los vicios del totalitarismo, negando que el imperialismo americano es menos atroz que los viejos imperialismos, especialmente soviéticos.
De esta manera, el conjunto de resentimientos nacidos en las regiones más diversas del planeta suscitan un odio fantástico, y a veces fantasmagórico, en contra de los Estados Unidos: son culpables de todos los males del planeta. Amos del mundo (lo que no son más que parcialmente), son los responsables de los males del mundo (de lo que no son responsables todavía más que parcialmente). Los Estados Unidos son considerados como el mal actual y supremo de este occidente que se ha desencadenado sobre el planeta a partir del siglo XVI y que lo ha conquistado, colonizado, explotado y masacrado sobre pueblos enteros.
No obstante, debemos relacionar dos verdades que parecen opuestas. Si bien es cierto que la dominación de Occidente ha sido lo peor de la historia humana en toda su duración y extensión planetaria, todavía nos falta decir que todos los ingredientes de la liberación han nacido y se han desarrollado en el seno del mismo Occidente y han permitido la emacipación de los pueblos colonizados, por estar éstos imbuidos de los valores humanistas europeos: derecho del hombre, derecho de los pueblos, derechos de la nación, democracia, derecho de la mujer. Se puede decir incluso que la tardanza de una gran parte del mundo para integrar la democracia, los derechos humanos, y el respeto de los derechos de las mujeres, es una causa del riesgo en que se encuentra el mundo actual de no alcanzar la democracia.
El islam tampoco podría reducirse a una visión unilateral. La historia nos ha enseñado claramente que la tolerancia religiosa estuvo del lado del islam a los ojos de los cristianos y de los judíos tanto en Andalucía como en el Imperio Otomano. El islam hizo nacer la más grande civilización del mundo en los tiempos del Califato de Bagdad. La nostalgia de un pasado glorioso, en el seno de un presente infortunado bajo el lastre de dictaduras policiacas o militares corrompidas, y tras el fracaso del desarrollismo, del socialismo, del comunismo, y la ausencia de deseo en el progreso y en un futuro occidentalizado, todo esto suscita un retorno a las raíces religiosas de la identidad.
Aun, la inmensa frustración se intensifica en rabia ante la cotidiana humillación y represión soportada por los palestinos, la injusticia sufrida (tanto en Israel como en Palestina) ante la impotencia de los estados árabes, convertidos en vasallos o no. El apoyo incondicional de los Estados Unidos a Israel conduce a considerar a Israel como instrumento de los americanos, y a los americanos como instrumento de Israel, y más ampliamente, de los judíos. Esta identificación agravada por el "sharonismo" resulta fatal tanto a los Estados Unidos como a Israel.
En la situación actual, la frustración, el resentimiento, la nostalgia de una gran civilización pasada, resuscitan el sueño del Oumma: gran comunidad islámica trasnacional, y hacen de un millar de musulmanes un banco mundial de donde surgen los djihadistes. Para toda una masa de jóvenes, de Maghreb a Pakistán, Ben Laden es un supermán de la fe que ha decapitado las torres de una Babel, actuales Sodoma y Gomorra. Es un profeta de la redención del islam, de la resurrección del Oumma, del regreso al califato. Un nuevo mesianismo ha nacido, pero todavía no sabemos hasta dónde crecerá.
Al mismo tiempo, en sentido inverso, existen múltiples motivaciones hacia lo mejor de la civilización occidental contemporánea: las autonomías individuales, las libertados políticas, el derecho a la crítica, la emancipación de la mujer. La verdadera batalla se libra en los espíritus de un gran número de islámicos, de los cuales muchos quieren a la vez salvaguardar su identidad, el respeto de sus tradiciones y el acceso a posibilidades y derechos de los que gozan los occidentales. La victoria será de aquéllos que sabrán hacer la síntesis entre la identidad cultural y la ciudadanía planetaria.
Nación refugio, emancipadora de judíos pero golpeadora de palestinos, amenazada de muerte desde su nacimiento por sus vecinos árabes pero que devino militarmente más fuerte que ellos, siempre incierta de su sobrevivencia pero oprimiendo al pueblo palestino cada vez más cruelmente, Israel tiende a ligar su existencia a una dominación que exacerba el odio árabe; duda de comprometerse en la vía aleatoria que le permitiría una inserción en el Medio Oriente reconociendo un estado palestiniano en las fronteras de 1967. En el trascurso de la última Intifada especialmente, los herederos de los judíos, quienes han sufrido dos mil años de humillaciones y persecuciones, se han convertido en perseguidores capaces de ghettar a los palestinos, de ejercer la responsabilidad colectiva sobre familias y civiles, y hacer de los palestinos seres humillados y ofendidos, como lo fueron sus ancestros.
La pregunta Israel-Palestina se ha convertido en el cáncer no solamente del Medio Oriente, sino de las relaciones Islam-Occidente, y sus metastásis se expanden muy rápidamente por el planeta. La intervención internacional para garantizar el nacimiento, la existencia y la viabilidad de un estado palestino se ha convertido en una urgencia vital para la humanidad.
A lo largo de la última década, una sociedad-mundo a emergido a medias. Es poseedora de una red de comunicación (avión, teléfono, fax, Internet) ya entretelazada hacia todos los horizontes posibles. Tiene una economía efectivamente mundializada, donde, no obstante, falta el control de una
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