Tendencias de la modernización del Estado.
Enviado por tolero • 4 de Abril de 2018 • 5.352 Palabras (22 Páginas) • 329 Visitas
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En el contexto internacional, además de posicionarse el mercado, varios aspectos de la vida individual y colectiva traspasaron las fronteras estatales, para ubicarse en el escenario internacional. En este sentido, varios asuntos dejaron de ser entre países para que fueran asumidos por las Cortes Internacionales, por ejemplo de la Haya en cuanto a litigios fronterizos; la Corte internacional de Roma asume el tratamiento de delitos relacionados con la seguridad internacional, los estados firmaron tratados de extradición, por ejemplo. En el ámbito económico, el mercado se globalizó y entonces surge la necesidad de establecer acuerdos entre países para regular la apertura y el “libre comercio”. En general vinieron los acuerdos y pactos internacionales: Los de primer orden, suscritos a instancias de las Naciones Unidas, por ejemplo, para mejorar los niveles de seguridad frente al delito, tanto del narcotráfico y lavado de activos, como los de lesa humanidad, o contra el patrimonio estatal, con el fin de que quienes incurrieran en alguno de esos fuera perseguido en el mundo, mientras que los de segundo orden, los llamados “TLC”
Frente a estas dinámicas, algunos encontraron el campo adecuado para referirse al vaciamiento del Estado hacia arriba, cuando traspasa funciones al entorno internacional; y el vaciamiento hacia abajo, cuando se traspasan a niveles internos, ya sea entre organizaciones de gobierno o no. “El Estado Hueco, así lo llegaron a denominar, H Briton Milvard, Kethh, G Provan y Barbara A Else[4], pues internamente se delega desde el Estado funciones, antes clave del desarrollo, hacia el mercado, por la vía de la privatización de servicios públicos, la salud, la educación, otrora parte esencial del quehacer institucional. Paralelamente hacia otras instancias del gobierno y la administración primero, por la vía de la desconcentración y luego a través de la descentralización por servicios, funcional y territorial. Estas dinámicas se emprenden y se profundizan, bajo el argumento que de esta manera se lograría sociedades más equitativas, menos pobres y más democráticas, como valores compartidos por el mundo desde mitad del siglo XX para acá.(Bozeman. 2000)
El antagonismo entre Estado y mercado pronto empezó a demostrar las fallas de este último y por lo tanto los asuntos que se buscaba solucionar con las reformas, por el contrario se vieron agravadas, o en el mejor de los casos se mantuvieron como antes: Déficit fiscal creciente, pobreza e inequidad al orden del día, mayores niveles de exclusión social, con crecientes déficit de democracia. Estos vacíos no se dejaron esperar y nos ubican ante un Mercado, igualmente con Fallas de distinto tipo y alcances.
El fuerte cuestionamiento al Estado, ahora se traslada al Mercado, por lo tanto surge la pregunta. ¿Ahora cómo proceder, si nos encontramos frente a dos actores fallidos?. Así se abre el escenario que le da paso a las reformas de tercera generación, las cuales parten por eliminar la separación tajante y antagónica entre Estado y Mercado para verlos complementarios y de esta manera sugerir: No es posible, en los tiempos actuales, prescindir de ninguno de estos dos actores protagónicos de la vida política, económica y social de un país, se requiere de tanto Estado como sea necesario y de tanto mercado, como sea posible. Las alianzas público privado, son ahora esenciales, e inclusive con las organizaciones sociales sin ánimo de lucro, que cada vez más hacen presencia en el escenario, para asumir responsabilidades frente a asuntos, como el manejo del medio ambiente, la protección de grupos vulnerables, atención a niños, adolescentes y población de la tercera edad. Eso sí, con la presencia del Estado como regulador y medio para establecer las reglas de juego y garantizar las transacciones, cuando no es el prestador directo de los bienes y servicios que demandan estos grupos sociales.
Se reitera la necesidad de darle cada vez más vigencia y presencia al Estado, al gobierno y la administración pública, pero incorporando en su accionar aspectos cada vez más gerenciales. Es clave que los principios de la eficiencia, la eficacia, la tecnología, la información, la innovación permeen los asuntos estatales. Si bien es cierto que no se trata del manejo de una empresa, si es necesario que su accionar sea cada vez más gerencial.[5]
- Un Nuevo Enfoque: Recuperando la capacidad de gestión del Estado y de la Administración Pública para el Desarrollo en Iberoamérica:
Las consabidas crisis cíclicas no se dejaron esperar, ahora no solamente del Estado, sino la del mercado, agravada por la crisis financiera del mundo y por lo tanto de la economía en su conjunto, tal vez la de mayor profundidad en las últimas décadas y de mayor proporción a la sufrida por el capitalismo, conocido como el Crack del 30. Frente al escenario confuso, incierto y de desesperanza se acude, por parte de los mismos organismos que pregonaron el Estado fallido, ahora como el garante y medio de primer orden para la resolución de la profunda crisis, no solo como financiador, sino como el responsable de la gobernabilidad del sistema en cada país y por lo tanto el que restablece la institucionalidad y las reglas del juego. Así lo recaban los distintos foros y encuentros internacionales en búsqueda de salidas a la incertidumbre y distintas crisis, promovidos por organismos internacionales, universidades y agencias para el desarrollo, algunas de estas propuestas se plasman en los acuerdos suscritos por parte de los distintos Estados y gobiernos, a juzgar por lo aprobado por XIII Conferencia Iberoamericana de Ministros de Administración Pública y Reforma del Estado en Asunción, Paraguay, llevada a cabo entre el 30 de junio y 1° de julio de 2011, de la cual se extraen algunos apartes y las conclusiones a las que llegaron, a manera de compromiso de los gobernantes que asistieron, directamente o a través de sus ministros:
La primera parte se constituye en la reiteración de los grandes propósitos del Estado, como: La búsqueda de desarrollo sostenible, el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes, la búsqueda de la justicia, la equidad y el bienestar social; de la misma manera la necesidad de reforzar la democracia y el Estado de derecho. Parafraseando al CLAD, se requiere que el Estado asuma un rol extraordinariamente exigente que oriente sus medidas hacia aspectos estratégicos, relacionados con el continuo envejecimiento de su población,con sus respectivos impactos, como el mayor gasto sanitario y de pensiones; el rol estratégico de la educación y la inclusión social, los problemas de seguridad pública.
En todo caso, anota el CLAD, …”el tamaño del Estado depende del tipo de sociedad
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