Tercera fuerza: La Psicología humanista
Enviado por Antonio • 3 de Febrero de 2018 • 2.296 Palabras (10 Páginas) • 872 Visitas
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Principales representantes del movimiento humanista. La amplia nómina y la diferente aportación de los autores humanistas refleja la condición de movimiento plural característico de esta psicología. Sería injusto, sin embargo, no destacar de la numerosa relación de grandes psicólogos humanistas a algunos de ellos en particular, como Goldstein, Horney, Fromm, Allport, Maslow y Rogers. Los tres últimos, y sobre todo Maslow y Rogers, son a juicio de los historiadores las figuras principales, pues en su obra se formulan algunos de los conceptos e ideas más importantes de la psicología humanista, razón por la cual se hace a continuación un estudio más detallado y amplio de sus contribuciones. Abraham H. Maslow: La necesidad de autorrealización humana Maslow estudió con los gestaltistas Wertheimer y Kofka y con los antropólogos M. Mead, R. Benedict, R. Linton y G. Bateson. Se siente deudor también de las enseñanzas psicoanalíticas de Fromm, Horney y Adler y acusa la influencia que ejercen sobre su obra Allport, Murray, Rogers y Goldstein, entre otros. Considerado por muchos el fundador de la psicología humanista, no cabe duda que es, en cualquier caso, uno de los psicólogos más influyentes de la segunda mitad del siglo XX (Zalbidea y Mayor, 1989). No formuló una teoría de la personalidad en sentido estricto, se interesó más bien por el funcionamiento psicológico de las personas y por las fuerzas que las mueven y, en tal sentido, la suya es una teoría básicamente motivacional. Las necesidades de seguridad tienden a dominar la conducta en situaciones percibidas como peligrosas, física o psíquicamente. Las necesidades de pertenencia y amor están relacionadas con la aceptación social y la interacción personal. Las necesidades de autoestima y estima por los demás son necesidades de valoración y de búsqueda de un autoconcepto positivo. La elevación de la autoestima comporta unas relaciones más satisfactorias con los demás. Todas las necesidades humanas surgen de un modo ordenado y están jerarquizadas dinámicamente, de tal modo que las personas no se detienen tras satisfacer una necesidad, sino que, de inmediato, se movilizan para satisfacer otra y sucesivamente las siguientes. Una vez satisfechas las necesidades de deficiencia, el individuo se motiva para comenzar a desarrollar las necesidades de autorrealización, que suponen realizar sus posibilidades, capacidades y talento personal, con el consiguiente crecimiento psicológico y el resultado de un sentimiento de auto-actualización. Este último concepto, esencial en su teoría, lo toma Maslow del neuropsiquiatra alemán Kurt Goldstein, calificado por algunos como padre de la Psicología humanista, por su visión global y unitaria del organismo y de la conducta, así como por sus presupuestos existenciales y fenomenológicos. Carl R. Rogers: El proceso de convertirse en persona. Rogers recibe las influencias de Dewey, de Freud e incluso de Watson, pero de las tres, la más patente es la de Dewey, con su énfasis en la naturaleza libre y activa del aprendizaje. Rogers, al desarrollar su concepción de la psicoterapia como un aprendizaje libre y activo de nuevas formas de adaptación, convertirá esta idea en la central de su pensamiento. A estas influencias hay que añadir las de Rank, Horney, Sullivan, Alexander, French, Lewin, los psicólogos de la Gestalt (Wertheimer, Kohler y Koffka), Fromm, y los autores de inspiración existencial (Binswanger, May, Maslow y otros). A diferencia del psicoanálisis y otras terapias directivas, su terapia se basa en las “fuerzas autocurativas” de la persona. En su libro Psicoterapia centrada en el cliente Rogers expone ampliamente los fundamentos y aplicaciones de su característico enfoque no directivo, que iba a tener un gran impacto en el campo de la psicoterapia y en el más general de las relaciones humanas. Allí examina con detalle la dinámica del proceso terapéutico y presenta, asimismo, como corolario, una teoría de la personalidad y la conducta expuesta a lo largo de diecinueve proposiciones, entre ellas las siguientes: 1. El organismo reacciona ante el campo tal como lo experimenta y lo percibe. Este campo perceptual es, para el individuo, la “realidad” (proposición 2). 2. El organismo tiene una tendencia o impulso básico a actualizar, mantener y desarrollar al organismo experienciante (proposición 4). 3. El mejor punto de vista para comprender la conducta es desde el propio marco de referencia del individuo (proposición 7). 4. La inadaptación psicológica se produce cuando el organismo rechaza de la conciencia experiencias sensoriales y viscerales significativas, que en consecuencia no son simbolizadas y organizadas en la totalidad de la estructura de su sí-mismo (proposición 14). 5. Cuando el individuo percibe y acepta en un sistema compatible e integrado todas sus experiencias sensoriales y viscerales, necesariamente comprende más a los demás y los acepta como personas diferenciadas (proposición 18). Gordon W. Allport: Del organismo biológico a la individualidad biográfica. fue hijo de un médico y hermano del también eminente psicólogo Floyd H. Allport. De su amplia obra, en gran parte traducida al castellano, destacan algunos títulos, como su Psicología de la personalidad, La personalidad, su configuración y desarrollo, La naturaleza del prejuicio, Desarrollo y cambio y La estructura del ego, todos ellos indicativos del principal interés que guiaba sus estudios. Allport, que había estudiado con un discípulo de W. James y se formó en la tradición ecléctica del funcionalismo americano, describió la personalidad en términos de rasgos o predisposiciones a responder. A partir de la herencia genética y con el concurso del aprendizaje adquirido, los rasgos acaban siendo, según Allport, estructuraciones mentales que explican la consistencia o congruencia del comportamiento individual.
Logros e insuficiencias de la explicación humanista. Realmente la Psicología humanista buscaba una filosofía del mundo y una concepción del ser humano nuevas. Impulsaba de manera vigorosa, en palabras de Maslow, “una imagen inédita de la sociedad y de todas sus instituciones”, lo cual suponía para él, como hemos dicho anteriormente, sólo un aspecto de una Weltranschaung global, de una nueva filosofía de la vida y del hombre. Otra cosa es que esas aspiraciones pudieran plasmarse en unos programas de investigación inspirados por una metodología rigurosa y definida. El propio Carl Rogers se preguntaba premonitoriamente, en 1964, acerca de la viabilidad de la Psicología humanista como proyecto científico: “¿Seremos capaces de desarrollar una filosofía y una metodología de la ciencia capaces de darnos conocimientos bien verificados y, al mismo tiempo, reconocer el lugar de la subjetividad humana? No nos gusta el empirismo mecanicista, pero ¿qué pondremos
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