UN PASADO QUE GARANTIZA SU PERMANENCIA EN LA ORGANIZACIÓN DE SUS SOCIEDADES.

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En donde, el desarrollo sociopolítico no fue homogéneo: en algunas zonas se avanzó hasta el surgimiento y consolidación del Estado, destacando la costa norte y el Altiplano. Se explica así, que el Estado se detecta arqueológicamente examinando los patrones de asentamiento regional, toda vez que un Estado exhibe por lo menos tres niveles administrativos organizados jerárquicamente. “La ocurrencia del Estado se refleja también en los patrones domésticos y residenciales” como lo manifiesta Silva Sifuentes (2000). El carácter regional de un Estado se infiere mediante la regularidad arquitectónica, artística y religiosa.

Resaltan en esta cultura, las características arquitectónicas como: la aparición de ciudades y grandes urbes. Se explica así, que es representativa de la planificación estatal en la Sierra, centros como Pikillacta, en el centro administrativo y político más importante en el territorio Wari. Pikillacta, es un centro fortificado construido en el siglo VI que funcionó durante 150 años, y que representa el urbanismo planificado. El patrón arquitectónico Wari se caracteriza por la independencia de centros urbanos amurallados, bien planificados y ubicados en lugares estratégicos donde la expansión colonial lo requería.

En síntesis, se enfatiza la importancia de la organización del trabajo de formas diferentes para la realización de distintas tareas, como la construcción de monumentos, edificaciones, etc., que evidencian en culturas como la de Moche, el desarrollo de modelos comunitarios que integrados garantizarán la permanencia de sus civilizaciones.

De este modo la diversidad de la organización del trabajo, es posible debido a la movilización de la misma en sitios diferentes, contextos diferentes que a su vez evidencian la naturaleza del sistema sociopolítico de un Estado.