CCH Y LA LIBERTAD

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Pero es en el CCH donde libertad y responsabilidad forman un matrimonio indisoluble, son parte de una misma línea, en una relación de mutuo fortalecimiento y crecimiento en la que, sin importar la edad, las acciones y las prácticas están totalmente impregnadas de ambas virtudes.

El maestro goza, en lo real, de una libertad de cátedra en donde la dinámica y desarrollo de la clase depende directamente de sus decisiones. Pese a lo seductor que puede resultar la posibilidad de hacer y deshacer en el aula, el docente del CCH ha mostrado históricamente un compromiso social tanto con la UNAM como con los alumnos que lo ha llevado a distinguirlo como un profesional que fomenta el pensamiento crítico y reflexivo y que enseña, con el ejemplo, la capacidad de ser un sujeto, así con este término tan provocador, no sólo responsable sino también alguien en el que se puede confiar tanto ejercer una función como formar a nuevas generaciones cada año.

Pero también el alumno, pese al prejuicio que podría existir por lo incipiente de su desarrollo aún en ciernes, da muestras claras de un manejo responsable de su vida dentro del Colegio mediante la realización de las actividades que se le encomiendan o la simple decisión de entrar a las clases que le corresponden, comprometiéndose de esta manera no sólo con su propia formación y su futuro, sino también con sus padres, con la misma UNAM y con el país. El entorno social actual está dado para que el alumno encuentre distintos justificantes para no seguir adelante, pero durante su estancia en las aulas adquiere conciencia de la importancia no sólo de su preparación sino también de su futuro papel como agente de transformación y cambio social, características que son difíciles de ver en alumnos de otras instituciones.

La UNAM, el CCH de manera particular, han patentizado que la libertad es una experiencia de vida ligada a las decisiones que cada persona toma en relación a su vida y la de las personas que la rodean, pero también nos ha enseñado que la responsabilidad es su eterno acompañante ético. Es parte del Aprender a Ser en el devenir de todo Universitario; aunque claro, cada quién es libre de pensar que me equivoco, así es esto.

MARCO ANTONIO GONZÁLEZ VILLA

Licenciado en Psicología por parte de la Fes Iztacala UNAM, Especialidad en Competencias Docentes por parte de la Universidad Pedagógica Nacional, Pasante de la Maestría en Psicología Social por parte de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, Maestría en Ciencias de la Educación por parte de la UDEM. Actualmente profesor-Orientador en Preparatorias Oficiales y docente en la Licenciatura de Psicología por parte de SUAYED Iztacala UNAM. Laboré por 7 años en el CCH Naucalpan