El arquetipo de la familia nuclear conyugal
Enviado por Jerry • 3 de Septiembre de 2017 • 3.203 Palabras (13 Páginas) • 624 Visitas
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Patrones de formación de las parejasLa formación de las parejas se sustenta en diferentes tipos de uniones maritales. En México, el matrimonio sancionado por la iglesia y el estado es la forma predominante de unión de personas de distinto sexo fon fines de procreación y vida en común. Éste implica, por lo general; un cambio de estatus frente a la comunidad, una transición clave en la trayectoria de la vida de hombres y mujeres, y el punto de partida para la formación de la familia. El matrimonio no solo afecta a los individuos que lo contraen, sino que también representa la creación de nuevas relaciones y la redefinición de otras más antiguas, lo que implica el reordenamiento de los derechos y obligaciones que estas relaciones suponen. Las uniones legalmente constituidas son mayoritarias y su proporción se ha venido incrementando con el paso del tiempo. En México, la proporción más elevada de matrimonios legales respecto al total de uniones conyugales se encuentra en el sureste y occidente del país y menor porcentaje en el noreste y la zona del golfo. Ante la influencia de procesos económicos, sociales y culturales, la edad de las mujeres al unirse por primera vez se ha venido retrasando paulatinamente con el paso del tiempo. En la ausencia de prácticas anticonceptivas asimismo un matrimonio temprano que puede marcar la trayectoria de vida de hombres y mujeres, dificultando o impidiendo la terminación de sus estudios y, por ende, su preparación para el ingreso al mercado de trabajo.
Los patrones regionales de edad a la primera unión son variados, al norte y centro del país se encuentran los niveles de desarrollo más elevados, las mujeres se unen por lo general más tarde que en las regiones del golfo y del sur. También la edad a la primera unión es más temprana entre las mujeres menos educadas y las que viven en zonas rurales del país (entre 20 y 21 años), mientras que las mujeres pertenecientes a los grupos de profesionales, técnicos y personal directivo, registran una edad promedio más elevada a la primera unión (23 años).
Familia y descendenciaAl bajar el índice de mortalidad y al no existir cambios significativos en los patrones de fecundidad y nupcialidad, las descendencias son cada vez numerosas ya que una mayor proporción de hombres y mujeres alcanza las edades reproductivas, en tanto que las uniones disueltas por el fallecimiento de uno de los cónyuges tienden a reducirse. La disminución del descenso de la fecundidad en México empezó a fines de los años sesenta, tuvo su origen en un cambio de actitudes y comportamientos respecto a la familia y la maternidad, este fue adoptado por un pequeño grupo de mujeres urbanas que nacieron entre 1937 y 1941. Estas empezaron a controlar su descendencia a partir de los 30 años de edad y del nacimiento de su cuarto hijo, a partir de este grupo de generaciones, las prácticas orientadas a limitar la descendencia empezaron a difundirse gradualmente entre los diferentes grupos sociales.
El nacimiento del primer hijoEl nacimiento del primer hijo, como el matrimonio, es el inicio de la formación de una familia. Entre las mujeres mexicanas, el nacimiento del primer hijo sucede después de un corto tiempo de contraída la unión. Las mujeres con menor nivel de escolaridad suelen tener su primer hijo precozmente, en tanto que las mujeres con mayor escolaridad parecen tenerlo a una edad más avanzada.Cabe señalar que el matrimonio o la unión no siempre preceden a la concepción o al nacimiento del primer hijo. Una encuesta llevada a cabo en 1987 sugiere que las generaciones más jóvenes tienen una mayor propensión a experimentar nacimientos o concepciones prenupciales. En esta generación, los nacimientos que ocurren antes de una unión son menos frecuentes que las concepciones prenupciales, aunque estas varían de acuerdo con el nivel de escolaridad o grupo social de pertenencia de las mujeres. Entre los factores que contribuyen a este fenómeno, destacan 1. El surgimiento de pautas de mayor permisividad sexual2. El aparente debilitamiento de los controles sociales que canalizaban la actividad sexual preferentemente dentro del matrimonio, y 3. La escasa o poco eficiente práctica de la anticoncepción entre la población joven de México.
El nacimiento de los hijos subsecuentesLos datos disponibles indican, que las generaciones anteriores a 1942, tuvieron el segundo hijo a una edad más temprana y con un menor intervalo entre uno y otro, mientras que las generaciones posteriores tuvieron a los hijos en fechas más tardías. Entre las generaciones más recientes, el comportamiento ha tendido a variar según la edad a la primera unión y de acuerdo con las características socioeconómicas de las mujeres. En términos generales puede decirse que estas pautas han propiciado dos modalidades de expansión de la familia. El primer patrón se caracteriza por las uniones a edades muy cortas y la existencia de varios hijos, esto se presenta en mujeres urbanas y rurales que cuentan con un nivel muy bajo de educación y no son participes en el mercado de trabajo. El segundo patrón está representado por la postergación de las uniones y el recurso a los anticonceptivos modernos para alcanzar una menor descendencia. Esto se da más comúnmente entre las mujeres urbanas de mayor escolaridad, económicamente activas y con actitudes modernas frente a la reproducción. Por consecuente trae una reducción en el periodo de procreación, lo cual tiene consecuencias importantes para la dinámica de la familia en sus diversas implicaciones para la vida de sus miembros.
La disolución de las unionesEn las últimas décadas, la vida familiar se ha visto afectada por modificaciones notables en las formas de disolución conyugal, es decir, la viudez, separación y o divorcio, y la frecuencia cambiante con la que cada una ocurre. La viudez ha cedido su lugar a la separación y el divorcio como modalidades predominantes de disolución conyugal. El índice de rupturas se ha incrementado entre las mujeres que se casan a edad temprana porque tienden a tener mayor fragilidad de las primeras nupcias y de una menor estabilidad familiar. La disolución conyugal da lugar a formas de vida más complejas y destaca la formación de hogares unipersonales y monoparentales. Aquí es donde vemos a los hijos de las parejas divorciadas o separadas que viven solo con las madres. La mujer con hijos menores se ve obligada a ocupar gran parte de su tiempo en tareas del hogar y o en actividades laborales que le permitan sacar adelante a su familia. La falta de recursos, la sobre carga de trabajo y el limitado acceso a servicios de cuidado de los menores, impiden una atención adecuada de los hijos, esto favorece la inestabilidad familiar e incide negativamente en la socialización y en el desempeño educativo de los niños.
Segundas
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