El autoconcepto social y autismo: una perspectiva desde mujeres adultas
Enviado por Javi Ignacia Pavez • 26 de Noviembre de 2023 • Informe • 7.673 Palabras (31 Páginas) • 161 Visitas
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EL AUTOCONCEPTO SOCIAL Y AUTISMO: UNA PERSPECTIVA DESDE MUJERES ADULTAS
INFORME DE LABORATORIO, INVESTIGACIÓN CUALITATIVA
PSI-181 - 2023
YAZMÍN GONZÁLEZ, KRISHNA JIMÉNEZ, JAVIERA PAVÉZ, JAVIERA VARAS.
Profesor Guía
Dany Vargas.
Sección 1.
Santiago, 25 de noviembre de 2023.
Resumen.
El autoconcepto de las mujeres adultas con autismo puede variar significativamente de una persona a otra, ya que cada individuo tiene su propia experiencia y percepción. Sin embargo, hay algunas tendencias generales que se pueden observar en esta población, las cuales se definen como: dificultades en la comunicación social, intereses y pasiones intensas, dificultades en la autorregulación emocional, diversidad en el diagnóstico y la percepción personal, apoyo y aceptación.
En resumen, el autoconcepto de las mujeres adultas con autismo es una experiencia individualizada y multifacética. Puede verse influenciado por las dificultades sociales y emocionales que enfrentan, así como por sus intereses y pasiones personales. El apoyo y la aceptación son fundamentales para ayudar a estas mujeres a desarrollar una imagen positiva de sí mismas y alcanzar su máximo potencial.
Palabras clave: autismo, mujeres, sesgo de género, construcción de identidad.
Introducción.
Según el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales en su quinta edición (DSM-5), se define el trastorno del espectro autista (TEA) como una serie de deficiencias persistentes en la comunicación social y en la interacción social en diversos contextos, patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades, y cuyo origen no está ligado necesariamente a una discapacidad intelectual (American Psychiatry Association, 2014). Al ser considerado un espectro, la sintomatología y su gravedad varía de persona a persona. “Aunque las características centrales son evidentes en el periodo de desarrollo, la intervención y las ayudas actuales pueden enmascarar o compensar las dificultades en, al menos, algunos contextos” (American Psychiatry Association, 2014).
El trastorno del espectro autista se diagnostica cuatro veces más frecuentemente en el sexo masculino que en el femenino. En las muestras clínicas, las niñas tienden a tener más probabilidades de presentar discapacidad intelectual acompañante, lo que sugiere que, en las niñas, sin deterioro intelectual acompañante o retrasos del lenguaje, el trastorno podría no reconocerse, quizás por ser más sutil la manifestación de las dificultades sociales y de comunicación (American Psychiatry Association, 2014).
La sintomatología de este trastorno, declarado espectro autista tiene características que suelen ser comportamientos comunes dentro del género masculino, o bien son comportamientos poco comunes en el género femenino. Así lo refiere el Dr. Juan P. Garrahan, del hospital pediátrico (Dr. Ricardo Gutiérrez. Hervás, 2016). Comenta que, algunos de los comportamientos de personas con estos síntomas son: alteraciones evolutivas, hiperactividad, descontrol de impulsos, un retraso en el desarrollo del lenguaje y discapacidad intelectual. Algunas de estas fascinaciones y rutinas pueden tener relación con una aparente híper o hiporreactividad a los estímulos sensoriales, manifiesta en respuestas extremas a sonidos (Gomes, Rotta, Pedroso, Sleifer & Danesi, 2004). Así es respaldado por la revista National Library of Medicine, la sintomatología sensorial, se relaciona más directamente con el sentido de la audición, señalándolo como hiperacusia, este planteamiento es abalado por varios autores, entre ellos (C. Urizar-Sánchez, 2022).
Por otra parte, el autoconcepto se define como una organización cognitivo-afectiva que actúa como filtro mediador de la información recibida del medio. Se compone de ciertas percepciones, como lo serían las imágenes de lo que creemos ser, lo que deseamos ser y de lo que somos o queremos ser para otros (Gonzáles y Tourón, 1992, p. 70). Para esta investigación se hizo principal énfasis en el autoconcepto social.
El autoconcepto social puede estructurarse en tres grandes dimensiones, que serían la responsabilidad social, la cual comprende la percepción propia en su contribución al funcionamiento social; la aceptación social, es decir, la valoración entre sus pares y el reconocimiento; y por último la competencia social, que implica la capacidad de la persona para desenvolverse en un entorno social siendo auténtico y empático, teniendo habilidades de resolución de problemas y logrando la asertividad (González y Goñi, 2015).
Antecedentes conceptuales.
Según los antecedentes los últimos tres años las personas diagnosticadas con TEA han ido en aumento, quienes se encuentran mayormente diagnosticados son los varones, pero según Hervás (2022), estos resultados se deben a una infra detección, ya que mujeres con un diagnóstico tardío, antes padecieron de un diagnóstico equivocado, no tratado o tardío, De acuerdo a las herramientas que existen para evaluar y/o la sintomatología que se requiere para determinar el diagnóstico, ha sido difícil determinarlo sobre todo en el género femenino, debido a que las características de la personalidad de mujeres y hombres. Esto se debe a que, en muchos casos, las niñas y mujeres desarrollan más efectivamente las habilidades sociales que los varones, otra causalidad por la que es difícil diagnosticar a las mujeres, es por lo que plantea Wing (1981), con la llamada teoría del camuflaje o la triada de Wing.
Antecedentes empíricos.
Algunos antecedentes empíricos de TEA son de carácter psicológico y/o biológico. Existen distintas teorías que avalan estas dos categorías. Por un lado, una de las teorías que avalan la dificultad para identificar este trastorno en mujeres, es la reciente teoría propuesta por Dean, M. (2017) La cual se trata de la capacidad adquirida que desarrollan para ocultar conductas asociadas al trastorno del espectro autista, lo cual dificulta la detección de este en la adultez, o camufla la sintomatología de este trastorno desde la infancia. Además, otros autores, también comentan que los fenotipos de comportamiento de personas con TEA son muy diferentes según el sexo de estos, ya que, según estudios anteriores de diferentes autores, como Schuck, R. (2019) señalan que las mujeres desarrollan más comportamientos de adaptación a su entorno, las que son etiquetadas como las estrategias de Camuflaje de Dean.
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