En relacion a la discapacidad. modelos sociales
Enviado por Mikki • 4 de Diciembre de 2018 • 3.418 Palabras (14 Páginas) • 408 Visitas
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Dentro de este punto, se hace necesario analizar a su vez, una macrodimensión: esto es, aquello que habilitó el paso de una situación circunscrita al ámbito privado, a ser considerado un asunto de índole público, inscribiendo así al sujeto dentro de una concepción teórica que lo abarque e identifique. La discapacidad como categoría social, es habilitada como tal por el desdibujamiento de lo público/privado, instaurándose “lo social” dentro del ámbito político.
Podemos reconocer en los aportes del movimiento feminista de los años 60, cuestionando la división de lo público y lo privado para politizar en aquellas cuestiones que se presentaban social y culturalmente como personales, individuales.
Por lo tanto, las políticas sociales hacen necesaria la categorización, delimitando quienes quedan incluidos y quienes excluidos, generando la necesidad del “autonombramiento”. Podemos decir entonces que las políticas sociales funcionan como un mecanismo gubernamental en tanto generan un discurso creando un objeto, valiéndose para ello del conocimiento experto, legitimando al saber médico, es así que
Esta anomalía personal provoca, en muchas ocasiones, una disminución del disfrute de los derechos y, en este sentido, las políticas públicas deben tender a solucionar en el mayor grado posible dicha anomalía, integrando a la persona. Y ello se hace, principalmente, a través de una asistencia sanitaria. (Romaña y Palacios, 2006).
Es entonces “productora de subjetividad” por cuanto genera categorías que son asumidas por el individuo sobre sí mismo, naturalizándose dentro de su cotidianeidad. Motivo por el que se habla de subjetivación como proceso en que los
…sujetos se convierten en tales… Proceso de subjetivación apela a las tecnologías (vigilancia, corrección, disciplina, control) a través de las cuales se construyen y constituyen “modos de subjetivación” (sujeto dócil, sujeto normal, sujeto sano, sujeto jurídico, etc.)Por lo tanto hace referencia a las diversas maneras que tienen los individuos y las colectividades de constituirse como sujetos, estos procesos, al realizarse, escapan al mismo tiempo de los saberes constituidos y de los poderes dominantes. (Paponi, 2004:305-306)
Hasta aquí se pone en evidencia como los posicionamientos teóricos, y como tal éticos y políticos acerca de la categoría discapacidad, construyen un saber- poder, que determinan prácticas sociales como así también modos de intervención, modos de subjetivación.
Continuando con este proceso de historización, es posible reconocer que estos planteamientos, que consideran a la discapacidad como un rasgo derivado de la existencia de una serie de deficiencias personales que hay que combatir mediante políticas y actuaciones destinadas a normalizar a las personas, “arrojó resultados positivos en cuanto a la posibilidad de minimizar las consecuencias discapacitantes por medio de tratamientos intensivos” (REDI, 2011:52), sin embargo, “no permitió reivindicar a la persona con discapacidad como titular de derechos, esto significó una mayor incidencia de las limitaciones o imposibilidades en lugar de destacar sus potencialidades, en tanto de considera a la persona efectada un enfermo permanente, objeto de protección” (Idem, 2011:52).
En síntesis la discapacidad tienen su base en la deficiencia caracterizada como anomalía que fue incluida en la categoría “anormal” como antíttesis de lo “normal”[3]. Lo normal sería lo preferible o deseable, reviestido de valores positivos, su contrario deberá ser inevitablemente lo deneslable, detestable, no deseable. Si a un valor se le antepone un disvalor, la normaliday la anormalidad se constituyen en polaridades, antítesis, opuestos.
Con el surgimiento del Movimiento de Vida Independiente en EEUU en la década del 70, embrión de lo que hoy denominamos modelo social, comienza a generar una serie de movimientos que podrían denominarse disruptivos, por cuanto comenzaron a manifestar cierta desobediencia civil, reclamando un lugar de lucha no por fuera de las luchas sociales generales, pretendiendo integrarse a ellas para luchar como minoría, colectivo capaces de definir sus propias necesidades y prioridades.
El modelo social sostiene que los efectos dañinos que produciría la discapacidad no se derivan de las deficiencias sino de las consecuencias sociales que se atribuyen a éstas. Destacándose entre sus postulados, tal como lo expresa (Asís, 2013),
a) Son los derechos humanos, el enfoque más acorde para estudiar la discapacidad en su dimensión normativa.
b) Entender que la discapacidad no es un rasgo individual que define a una persona, sino una situación que cualquiera puede atravesar, sea temporal o no.
c) Considerar que la discapacidad como tal es una construcción y su origen es social, requiere que todas las medidas destinadas a satisfacer los derechos de este colectivo deben tener como principal destinataria a la sociedad en general.
d) Los derechos de las personas con discapacidad se sostienen a través de políticas normativas, las que se fundamentan en dos pilares: la igualdad y la no discriminación y, dentro de este, en el ámbito de la generalización de los derechos.
Se advierte como los postulados de este modelo proponen un concepto de discapacidad que se aparta de una idea basada única y exclusivamente en apariencias de las personas. Se trata de una concepción que ha calado en la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, para la cual “la discapacidad es un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”. De esta forma, siempre según la (ONU, 2006:4) Convención Internacional de las Personas con Discapacidad,
Las personas con discapacidad incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar 3 con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás.
Este cuestionamiento respecto a los modos de nombrar, no es sólo una cuestión semántica, sino fundamentalmente, intentan traducirse en prácticas, formas de mirar a lo diferentes, lo diverso.
Sostener que este posicionamiento teórico, el cual se enmarca en una postura ética, ideológica y política, se enfoca en abandonar posturas tutelares y a destacar los derechos humanos, habilitando la posibilidad
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