Filloux, Jean-Claude. La personalidad

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Algunas personas se pliegan más fácilmente que otras a la disciplina impuesta por la endoculturación; cada subcultura tiene sus desideratum propios dentro del marco de la cultura global.

Todo ser humano es capaz de dominar cualquier hecho cultural si tiene ocasión de aprenderlo o de participar en el ambiente social que constituye su substrato. El organismo humano es bastante plástico.

III. Las instituciones relativas a la manera de educar a los niños son determinantes en el proceso de aculturación, en la medida exacta en que frecuentemente las experiencias infantiles estructuran la personalidad de una manera indeleble.

En el trabajo de adaptación y de ajuste que debe efectuar, el niño se encuentra frente a problemas de protección, de afecto, de eficiencia y de control.

Toda cultura implica standards de comportamiento relativos a la educación de los niños y, en consecuencia, determina a la vez los principales problemas que se plantearán al niño y la forma en que éste podrá resolverlos.

Las experiencias emocionales del niño no dependen sólo de la estructura familiar misma, sino además, y principalmente, de las actitudes que adoptan frente a él las personas a las que está ligado por lazos de parentesco determinados y por obligaciones definidas y hasta codificadas.

Según Kimbal Young, para comprender la formación de la personalidad se deben tener en cuenta, dentro de cada cultura, los siguientes elementos: regularidad y grado de rigidez del aprendizaje, cantidad de frustración impuesta, cantidad de amor, importancia de las sanciones del control moral, concepción que se impone al niño sobre sí mismo, entre otras cosas.

Las experiencias infantiles pueden construir en unos una perpetua tendencia a defenderse contra la amenaza, y en otros a creer en el carácter favorable del medio. Las actitudes de seguridad tienden a persistir hasta que el individuo se encuentra en presencia de severas frustraciones; las actitudes de inseguridad, en cambio, tienden a persistir a pesar de la aparición de situaciones más satisfactorias.

IV. No es de extrañar que se hable del relativismo cultural de los complejos fundamentales. En su forma clásica, el complejo de Edipo no puede existir sino en las sociedades de tipo patriarcal, en que la autoridad del padre es fuerte.

V. Si en cada cultura standards culturales rigen la educación de los niños, es de prever que se crearán en éstos estructuras reaccionales comunes que son, a su vez, causa de la formación en la edad adulta de rasgos fundamentales comunes. Kardiner formuló el concepto de personalidad básica. Para expresar:

- la idea de una identidad necesaria de los aspectos de la personalidad formados en condiciones culturales comunes;

- el determinismo psicosocial dentro de las sociedades globales.

La personalidad básica está determinada por las instituciones primarias (organización de la familia, reglas o costumbres de educación, disciplinas básicas) y determina a su vez las instituciones secundarias (religiones, sistemas de valores, etc.), resulta ser el modo de las interacciones entre lo individual y lo social.

Kardiner definió la Personalidad Básica como:

una configuración psicológica particular, propia de los miembros de una determinada sociedad, que se manifiesta por un determinado estilo de vida sobre él cual los individuos tejen sus variantes singulares.

Especie de matriz que se puede analizar desde 4 puntos de vista:

- Técnicas de pensamientos comunes para enfrentar un mundo físico y social común.

- Sistemas de seguridad, de defensas institucionalizadas para hacer frente a ansiedades.

- Implantación de un superyó.

- Actitudes respecto de los seres sobrenaturales.

La formación de la Personalidad Básica es concomitante de las experiencias que el niño hace de las disciplinas impuestas por los adultos y de la aparición de las actitudes básicas con respecto a éstos. Las condiciones del medio y las instituciones primarias crean para el individuo los problemas básicos de adaptación. Las constelaciones básicas originales que estas condiciones crean en el individuo constituyen:

- desde el punto de vista subjetivo, la estructura del yo; y

- desde el punto de vista objetivo, la estructura de la personalidad básica.

La personalidad básica ‘proyecta’ sus actitudes y determina así una red de creencias y de reglas que son su expresión; y ‘racionaliza’ el cuerpo de las instituciones secundarias, dándoles una justificación. Concepción del dominio psicosocial no estático sino dialéctico.

VI. La personalidad básica tiene un carácter abstracto que puede dar origen a equívocos. A nuestro entender, desde el punto de vista del individuo, la personalidad básica es el conjunto de rasgos compartidos con los demás miembros del grupo, que se encuentran entre otros rasgos más originales.

Otra dificultad surge de la función de la personalidad básica que es la de ser el vínculo causal entre instituciones primarias e instituciones secundarias. Nadie duda de que existe un vínculo entre las exigencias culturales comunes y rasgos fundamentales, ¿pero acaso existe en toda sociedad una sola cultura y un solo tipo de personalidad básica?

1. En las sociedades complejas el individuo dista mucho de participar de la totalidad de la cultura.

2. No se debe subestimar la influencia de los subgrupos y las subculturas a que pertenece el niño.

Fromm insiste en que el modo de vida de una sociedad es el resultado de un complejo de factores históricos, económicos, sociales y psicológicos. Este modo de existencia se manifiesta en ideas y actitudes que dibujan la personalidad del niño por vía de la familia pero también por vía de la escuela y los múltiples grupos que el niño frecuentará al llegar a adolescente. El carácter social es más fluctuante y diversificado que la personalidad básica, y es la vez carácter de civilización y carácter de clase. La estructura de la sociedad y la función del individuo en la estructura social determinan el contenido del carácter social.

Linton señala que la participación de un individuo en una cultura depende de su status, su posición dentro de la estructura social.