La Hipocresidad en la humanidad.
Enviado por Rebecca • 27 de Septiembre de 2018 • 1.530 Palabras (7 Páginas) • 923 Visitas
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En la Psicología comportamiento hipócrita se relaciona con el error fundamental de atribución, la personas tienden a explicar sus acciones sobre la base de su ambiente, lo que lleva a juzgar a los otros mientras se justifican las propias acciones. En otras palabras, la "hipocresía psicológica" es a menudo interpretada por los psicólogos como un mecanismo inconsciente de defensa y no como un acto de engaño consciente, tal y como resulta de la connotación clásica de la hipocresía.
Pero es chistoso, ¿no? porque es asombroso cómo mentimos conven cidos de que somos sinceros. Totalmente persuadidos de que decimos la verdad, nos invade una sensa ción de plenitud, de seguridad; fácilmente convertible en hostilidad, si alguien se atreve a poner en duda, con o sin fundamento, nuestra sinceridad. Freud en 1915, a un año de haber comenzado la Primera Guerra Mundial, escribe: “El sujeto forzado a reaccionar permanentemente en el sentido de preceptos que no son manifestación de sus tendencias instintivas vive, psicológicamente hablando, muy por encima de sus medios y puede ser calificado, objetivamente, de hipócrita, se dé o no clara cuenta de esta diferencia, y es innegable que nuestra civilización actual favorece con extraordinaria amplitud este género de hipocresía. Podemos arriesgar la afirmación de que se basa en ella y tendría que someterse a hondas transformaciones si los hombres resolvieran vivir con arreglo a la verdad psicológica. Hay, pues, muchos más hipócritas de la cultura que hombres verdaderamente civilizados, e incluso puede plantearse la cuestión de si una cierta medida de hipocresía cultural no ha de ser indispensable para la conservación de la cultura, puesto que la capacidad de cultura de los hombres del presente no bastaría quizá para llenar tal función.”
Para el lingüista y analista social Noam Chomsky, la hipocresía, definida como la negativa a "Aplicar en nosotros mismos los mismos valores que aplicamos en otros", es uno de los males centrales de nuestra sociedad, que promueve injusticias como la guerra y las desigualdades sociales en un marco destructivo de autoengaño, que incluye la noción de que la hipocresía por sí misma es una parte necesaria o benéfica del comportamiento humano y la sociedad
Parece que es mejor visto y más sensato “maquillar” nuestro comportamiento, adecuarlo al contexto, ocultar nuestros verdaderos sentimientos, moderarnos en nuestras respuestas o amordazar nuestra espontaneidad en aras de una supuesta convivencia armoniosa. Pero eso no siempre se traduce en mayor felicidad y bienestar.
A veces desconocemos lo que realmente sentimos, nos dejamos engañar por nosotros mismos. ¿Es tan fácil conocerse? Yo diría que no. Sin psicoanálisis no podemos conocer los verdaderos deseos que determinan nuestros comportamientos. Hay que tener en cuenta que todo lo que decimos o hacemos es para algo o para alguien, es algo que escapa a nuestro control.
¿Por qué fracasamos si decíamos que anhelábamos el triunfo? ¿Si tanto te quiero por qué acabo discutiendo siempre contigo? ¿Por qué cada vez que voy a trabajar me encuentro mal? Tantas y tantas cuestiones que podemos hacernos cuyas respuestas tenemos que producir.
Parece que ser hipócrita no es el mejor consejo, puede tener buenos resultados sociales, pero a la larga es un comportamiento que “huele”. Una persona verdadera genera más confianza y es más fiable que otra que te dice sólo lo que quieres escuchar.
Incluso a veces uno se engaña a sí mismo, se ve rodeado de gente, tiene éxito, pero no puede decir lo que piensa, no puede ser sincero ni consigo mismo. No saborea el placer de ser escuchado de verdad.
Por ello, hemos de tener muy claro, que si no somos felices con las cosas que tenemos NO vamos a ser felices con las cosas que nos faltan. Hoy en día nos falta un aprendizaje de valores claros o sencillos, que puedan aportarnos felicidad en nuestro día a día, de disfrutar de los mucho o poco que tenemos sin preocuparnos por lo que tienen los demás. “Algunas personas son tan falsas, que ya no son conscientes de que piensan justamente lo contrario de lo que dicen”. Marcel Aymé.
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