La profesion de psicologo en el imaginario social

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El psicólogo es considerado hoy en día, por quienes recurren a él, como un hombre de ciencia, que así como el doctor en medicina, estará allí para ayudarlo a resolver sus problemas e inquietudes, entenderse y entender a los demás.

Se lo entiende como “recurso científico y certero” para la resolución de ciertos aspectos en los que se solía buscar a sacerdotes o chamanes en la antigüedad, hoy en día devenidos en terapias alternativas. Solo quienes confían en el razonamiento científico recurrirán a él como fuente segura de solución o intento de solución real a sus padecimientos psíquicos.

Ahora bien, desde la perspectiva profesional se considera, que la dificultad se encuentra en esta visión simplificada de la psicología, que es sostenida por el imaginario social donde todos los acontecimientos del sujeto que le generan angustia, son susceptibles de ser resueltos casi de manera mágica e instantánea por el psicólogo.

¿Qué tipo de servicio se puede brindar entonces al paciente, si no se sabe bien lo que el psicólogo hace?

El gran inconveniente entonces de la psicología, ¿podría inferirse que atiende a “una cuestión de marketing”?. ¿Sera entonces una posibilidad que los esfuerzos en cuanto a difusión y divulgación científica no sean suficientes?

Lo peor que se puede hacer, es ignorar y banalizar el contenido de estas creencias acerca de la profesión ya que éstas no surgen sin más, han sigo arraigadas por muchos años.

La manera más eficaz de cambiar esta imagen sería entonces, demostrar en el accionar profesional la calidad y eficacia de esta ciencia.

Llegado a este punto, se podría suponer que el respeto a la profesión debe contemplarse en cada uno de los profesionales que la componen, en cada persona que ejerce su trabajo, exigiéndose y exigiendo a sus colegas un desempeño eficaz y adecuado.

Una de las principales labores de la profesión de psicólogo, es la de movilizar al paciente para que éste adquiera y utilice todos los recursos a su alcance para realizar el cambio que tanto desea. De ésta manera, el psicólogo aporta todo su conocimiento y su experiencia profesional para que sea el paciente el que alcance los objetivos.

Ya que tal como lo expresa Mariano Yela:

“Servir como psicólogo al hombre, es entonces ayudarlo a disponer de sus mecanismos psicológicos, para que sea más libre, mas dueño de sí, de hacer su vida propia por su cuenta”. (Estudios de psicología, 1980, N°1, p. 123)

Bibliografía:

Fernández José Luis, (1991) “Introducción a la psicología”,

Yela Mariano, (1980), “Estudios de psicología”

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