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Micromachismos en la vida cotidiana: ¿Un problema solo de hombres?

Enviado por   •  13 de Diciembre de 2018  •  1.978 Palabras (8 Páginas)  •  391 Visitas

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Sin embargo aún no está claro el origen del patriarcado, pero subyace la idea de que los roles sociales e históricos del hombre y la mujer son construcciones culturales de antiquísima data, tanto, que su aparición se confunde con el origen de los tiempos como se explica en la mitología cristiana: “la costilla de Adán” (Salazar, 2002).

Posteriormente, desde la historia Latinoamericana, el machismo se ve potenciado tras la conquista y colonización, refundando el sistema patriarcal en una versión extrema y reforzada, donde a lo largo de la historia, recién en el siglo XIX se ha empezado a integrar a las mujeres en los roles que antes solo estaban reservados para los hombres (Salazar, 2002).

De esta forma, ya tenemos nuestros primeros indicios sobre quién es a lo menos el responsable del micromachismo en la actualidad, los hombres. Inicialmente el conquistador español, violador y maltratador de las mujeres indígenas y posteriormente de la descendencia mestiza, en donde las madres son las que cuidan y protegen a sus hijos/as y el padre es el proveedor de alimentos y sustentos para la sobrevivencia, patrón cultural que hasta el día de hoy sigue vigente.

Por consiguiente, todos estos factores (histórico-cultural) dan a entender que el hombre sí es el fundador de los micromachismos, es decir, es un problema contingente a ellos. Pero cabe destacar, que los hombres en sí mismo como individuos, no son responsables de las cosas que se le imponen y posteriormente instauran en su mente, sino que son el resultado de las diversas etapas de socialización por las que pasan. Decir que un hombre decide ser machista es análogo a decir que cualquier persona decide ser cristiano (o cualquier religión, ideología, pensamiento, etc), bajo un contexto de dominación, disciplina y regulación.

Para conocer a fondo este mecanismo de la estructura mental de cada persona debemos observarlo desde la mirada psicoanalítica de Freud: el machismo es producto de la neurosis que enfrenta el sujeto con respecto al conflicto no resuelto de complejo de Edipo. Este último se desarrolla de manera normal en el primer desarrollo sexual del niño, donde el niño se ve atraído por la madre y la niña por el padre (Otañon, 1994).

Lo normal es que el niño muestre dos tipos de enlace: uno, sexual, hacia la madre, y otro, de identificación, hacia el padre. El niño debe abandonar a la madre como objeto erótico y transformarlo en cariñoso y debe intensificar su identificación con el padre. Si no sucede así, como ocurre con frecuencia, el complejo de Edipo no se habrá resuelto y producirá conflictos posteriores (Otañon, 1994).

Subyace a la idea anterior, que estos conflictos se van traspasando a las futuras generaciones, generando conflictos no resueltos que desencadenan en no poder reproducir una relación con el otro de manera saludable.

Además de este conflicto psíquico, se suma otro factor por otros estudios sociales se ve reflejado en la sociedad patriarcal en la que se manifiesta una autoridad paterna y una sensación de placer por el dominio de los débiles. Las tendencias competitivas que provocan ansiedad e inseguridad, las cuales se atenúan mediante la aceptación popular y un sentimiento de superioridad. Con esto nace la vanidad masculina y el deseo de mostrar que el varón cumple con el papel que la sociedad le marca. De ahí engendra el miedo al ridículo, en especial frente a las mujeres, y como defensa producirá el odio, el deseo de dominio sobre estas, la necesidad de hacerlas sentirse débiles e inferiores (Otañon, 1994).

Teóricas del psicoanálisis como Horney (citada en Castañeda, 2007) afirman que los varones sufren una envidia del útero (a la inversa de la envidia del pene descrita por Freud, que sufren las niñas), que se traduce en una envidia de la capacidad procreadora femenina. Lo que conlleva a un sentimiento de inseguridad en los hombres debido a su incapacidad para reproducirse. Consecuentemente, el machismo deriva de esta envidia como rechazo a todo lo “femenino”.

Entonces podemos ver cómo se instaura en la estructura psíquica del hombre el rechazo a lo “femenino” y su reafirmación por lo “masculino” como símbolo de autoridad y dominación. Sin embargo, los micromachismos en nuestra vida cotidiana no son un tema que le atañen solamente a ellos, sino, es un problema que reside en nuestra sociedad actual (como podemos ver en el estado y comercio) que nos moldean y exigen ser de determinada manera.

No se trata de encontrar a un responsable en cuanto a quién le atañe el problema, ya que no hay una relación directa entre quien ejerce el machismo invisibilizado o micromachismo, y quien es víctima de este; las mujeres también ejercen micromachismos y a la vez son víctimas, y de manera análoga los hombres también lo son. Si bien este fenómeno tiene un trasfondo histórico-cultural y un fundamento psicológico, encontrar un responsable no ayudará al desarrollo de una igualdad de género en su totalidad, sino que generará brechas y barreras entre cada sexo, desembocando en actos belicosos y beligerantes. Por consiguiente concluimos que ningún sexo es el productor de estos actos, sino que ambos en conjunto con la sociedad son los que le dan cavidad al fenómeno en cuestión y su posterior reproducción en las próximas generaciones.

Refencias

Araujo, K., Rogers, F. (2000). El hombre: ¿existe?: José Olavarría y Rodrigo Parrini (Ed),

Masculinidad/es. Identidad, sexualidad y familia (p.41). Santiago: Flacso/Universidad Academia de Humanismo Cristiano/Red de Masculinidades.

Bonder, G. (1999). Género y subjetividad; avatares de una relación no evidente. En: Sonia

Montecino y Alejandra Obach (compiladoras): Género y epistemología. Mujeres y disciplinas (p.36). Santiago: Lom.

Castañeda, M. (2007). El machismo invisible regresa.

Chile: Editorial TAURUS.

Caudillo, C., Cerna, M. A. (2007). Sexualidad y vida humana.

Universidad Iberoamericana: México.

Fisas, V. (1998). El sexo de la violencia: Género y cultura de la violencia.

Barcelona, España: editorial ICARIA.

Lila, M., García, A., Lorenzo, M. (2010). Manual de intervención con maltratadores.

Recuperado de: https://books.google.cl

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