Obre la muerte y los moribundos” – Elisabeth Kübler Ross.
Enviado por Christopher • 4 de Enero de 2019 • 3.013 Palabras (13 Páginas) • 1.751 Visitas
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- Capítulo 7 Quinta fase: Aceptación.
Según este capítulo, ésta es la última etapa del proceso de duelo, el enfermo acepta y asume en paz su situación. Por parte de la autora, este debiera ser el curso ideal en el paciente en fase terminal, en el cual la actitud que asuma la gente que le rodea puede ser de gran ayuda en el enfermo siempre y cuando sea positiva, de esta forma propiciarle un ambiente cálido y afectuoso para llevarlo a un estado de ánimo que le produzca tranquilidad, se menciona que entre más se esfuercen para esquivar la muerte inevitable, será más difícil llegar a esta fase final.
- Capítulo 8 La esperanza.
La Dra. Kübler Ross describe en este capítulo la forma en la que el enfermo terminal lleva a cabo su situación, cede el paso a la esperanza de la espera, el enfermo espera aún no morir y tiene más esperanzas sobre el cómo va a sobrevivir. Se somete a nuevos tratamientos con la esperanza de un “milagro”, con la seguridad de que nuevas alternativas surjan hasta antes de su muerte. El individuo y sus seres queridos van perdiendo poco a poco esas posibilidades al término de rendirse y ellos deben de ayudar al enfermo a seguir con el inevitable paso de su partida.
- Capítulo 9 La familia del paciente.
Este capítulo se muestra de manera breve la importancia que tiene la familia en el manejo del paciente en fase terminal. Cada uno de los miembros de la familia del enfermo tiene que asumir un papel de condescendencia y aceptación pero no de lastima. En el momento de la agonía y el desenlace el paciente ve resuelto su problema pero para la familia se inicia uno nuevo, desde asumir el mando, que generalmente recae en la esposa y en los hijos mayores, hasta hacerse cargo de los negocios y las deudas que el enfermo tenía. Kübler Ross recomienda que la familia se divida en distintas tareas y controlen su economía, su energía a fin de atender las necesidades del su querido paciente en fase terminal. También comienza el duelo en cada uno de los miembros de la familia, sus emociones y comienzan una travesía similar a la que el moribundo efectuó, es muy importante que la familia del enfermo esté involucrada en el proceso hacia su muerte.
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- Capítulo 10 algunas entrevistas con pacientes moribundos.
En este capítulo se presentan unas entrevistas cuyo objetivo es apreciar un contraste entre el paciente y su núcleo de apoyo, por lo tanto se incluyen a familiares de los pacientes y los pacientes y otras donde solo están los pacientes pero se les pregunta sobre sus familiares o su núcleo de apoyo. Gracias a lo anterior, es posible que el lector haga un análisis entre el duelo del paciente, el duelo del familiar y un tercer duelo que sería el colectivo o el que se vive cuando ambos interactúan entre sí, y es bueno saber que este último ayuda a ambas partes para saber cómo reaccionar ante ciertas situaciones, por lo general, el paciente terminal es el que pone la pauta de cómo quiere ser tratado, aunque las costumbres de la familia también tiene un peso importante. Los pacientes (sobre todo los que son adultos) expresan la preocupación de dejar a sus hijos y familia en general, sobre lo que han significado sus familiares en esta etapa de sus vidas y como se relacionaron a raíz de sus enfermedades, por otro lado los jóvenes tienen diferentes preocupaciones, la principal es alentar a los padre y hermanos a que continúen con sus vidas. En ambos tipos de pacientes (adultos y jóvenes) uno de sus pilares emocionales más importantes fue Dios, expresando que no tenían miedo al futuro ya que ellos aceptaban la voluntad de Dios. También un tema común fue la timidez de los pacientes ante los médicos, ya que aunque querían saber más sobre su padecimiento pero, por miedo o por no quitarles el tiempo a los médicos no se daba esta comunicación, que leyendo las entrevistas, aprecio que era necesaria. Como menciona la autora, no hay que forzar al paciente a que reciba un tratamiento, hay que estar ahí cuando él nos necesite.
- Capítulo 11 Reacciones al seminario sobre la muerte y los moribundos.
- Reacciones del personal: La mayoría del personal del hospital reaccionó de forma hostil y al principio no se prestaban mucho de ceder el permiso para realizar las entrevistas a los pacientes. Los médicos con más edad eran los que al parecer lidiaban mejor con los enfermos desde el punto de vista tanatológico, en contraste los médicos más jóvenes evitaban tener algún vínculo con el paciente, solo interactuaban con los pacientes para lo mínimo e indispensable. La autora interpretó esto con una hipótesis que postulaba que los nuevos médicos veían la medicina como una ciencia a secas y que los médicos con más edad se preocupaban más por el paciente que por verlo como una enfermedad de la cual había que aprender o solo curar.
- Reacciones de los estudiantes: La autora menciona que muchos de los estudiantes se inscribieron porque tenían sus propios conflictos sin resolver ante la muerte y unos cuantos porque querían aprender técnicas para entrevistar. Varios estudiantes se mostraron llenos de confianza en la primera entrevista pero solo unos cuantos pudieron resistirla completa.
- Reacciones de los pacientes: A diferencia del personal médico, la gran parte de los pacientes entrevistados estuvieron dispuestos a cooperar y recibieron agradablemente a las visitas del tanatólogo. Solo unos cuantos pacientes se mostraron resistentes a la entrevista o mencionaba que “no estaban dispuestos para hablar de ello”. Aquí se muestra la importancia de la comunicación, la honestidad y la necesidad de llegar a la aceptación.
- Capítulo 12 La terapia con el enfermo terminal.
Este último capítulo nos sintetiza lo que se buscó que el lector aprendiera del libro, que fue los tipos de pacientes y reacciones de ellos ante su muerte, se mencionan ejemplos de capítulos anteriores de pacientes que se entrevistaron para reafirmar la diversidad en las reacciones de las personas ante una enfermedad de la cual hay pocas o nulas esperanzas de curarse, incluso hablan de las personas que aún sin algún diagnóstico que diga que pueden morir por alguna manifestación sistémica, se sienten como moribundos a raíz de su pasado y los hace somatizar un estado de profundo malestar, por lo tanto se ve la importancia de la terapia psicológica no solo para los enfermos terminales, sino también para los pacientes en general.
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