Síndrome de Down, también conocido como trisomía 21 .
Enviado por monto2435 • 28 de Abril de 2018 • 1.659 Palabras (7 Páginas) • 447 Visitas
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50’s fue posible el diagnóstico prenatal entre la semana 14 y 17 de gestación.
1961 se le dio la denominación de Síndrome de Down ya que la que utilizaba en ese tiempo era ofensiva, además de que la utilización de la anterior terminología podía influir en que los niños no fueran aceptados en la sociedad.
Cruz, Camacho, Rivera y Saborío (1985) realizaron, en Costa Rica, un estudio sobre la trisomía 21 que es una de las afecciones de algunos síndromes de Down y con el análisis retrospectivo de 658 casos entre 1971 y 1982, encontraron que 1 de cada 269 niños o niñas que ingresaba al Hospital Nacional de Niños por alguna complicación en su salud durante el primer año de vida, era portador de trisomía 21.
En 1982 surgió la terapia llamada oro facial de Castillo Morales, la cual consta de un procedimiento dual basado en el programa de estimulación neuromuscular y un dispositivo ortopédico bucal con posible tratamiento para bebés y niños con Síndrome de Down.
En 1990 Hoyer y Limbrock aplicaron la terapia a 74 niños con síndrome de Down y aproximadamente en dos terceras partes de la población estudiada el tratamiento fue exitoso, se obtuvieron resultados positivos en la corrección de postura de la lengua, en el tono y posición de los labios superior e inferior, el cierre de la boca, la disminución del flujo salival, así como en la succión.
Clasificación
Existen tres tipos básicos de Síndrome de Down:
El 95% de personas con Síndrome de Down tienen el tipo Trisomía 21, es decir un cromosoma extra en el par 21.
Cerca del 4% tienen Translocación, dónde el cromosoma 21 extra se desprendió y se unió a otro cromosoma.
Cerca del 1% tiene Mosaicismo, dónde solo algunas células tienen trisomía 21
Comunicación
Los niños con síndrome de Down entienden claramente y muy bien los conceptos de lenguaje y comunicación, y desean comunicarse desde las primeras edades. Sin embargo, la mayoría necesita utilizar un sistema alternativo o aumentativo de comunicación, como es el lenguaje de signos, antes de ser capaces de hablar. Por este motivo, es esencial que se trabaje tempranamente la comunicación mediante la actividad compartida de las familias y los profesionales. Esto se puede lograr con programas de estimulación de acuerdo con el grado de necesidad de cada individuo. Definitivamente, las habilidades para la comunicación no han de ser pospuestas a que el niño domine las habilidades necesarias para hablar en los programas de estimulación se busca empezar a trabajar sobre las habilidades básicas de la comunicación muy tempranamente.
Aunque la larga lista de problemas de comunicación que los niños con síndrome de Down pueden tener nos puede desalentar, mucho se puede conseguir para superar o aliviar los problemas. Se le sugiere a los padres, que pueden involucrar a su hijo en actividades y experiencias que le ayudarán a vencer las dificultades en muchas áreas. Los expertos en logopedia pueden usar y explicar técnicas especiales, materiales y ejercicios que le ayudarán a optimizar sus habilidades comunicativas. Sabiendo que la logopedia es el conjunto de métodos para la enseñanza de una fonación normal a quien tiene dificultades de pronunciación. Sabiendo que utilizando los métodos que esta ciencia proporciona es una de las de las formas más aptas para realizar una terapia adecuada para los niños con este síndrome, sabiendo así que no solo con los métodos presentados por esta se tiene un resultado adecuado también como se mencionó con anterioridad los padres deben tener un interés y por lo tanto colaborar en conjunto con todos los profesionales para que el niño pueda tener un mejor acatamiento social.
Conclusiones
Los autores concluyen que la trisomía 21 tiene una explicación multicausal y destacan dentro de los factores posibles, la edad de los padres y madres, la situación socio-económica, la dieta, el uso de anticonceptivos, época del año y lugar de residencia. Aspectos que a criterio personal, podrían estar presentes en cualquier familia, por lo que es posible que muchas veces los padres y madres tengan la expectativa de recibir un recién nacido saludable y no un niño o niña con síndrome de Down.
Los recién nacidos con síndrome Down presentan rasgos típicos en su rostro, cuello, manos y pies. Su tono muscular está disminuido (hipotonía) y el grado de discapacidad cognitiva varía de un individuo a otro; sin embargo, no debe olvidarse que cada persona es única, afirma Kozma (1998) que por eso los rasgos físicos de niños con dicho síndrome son similares de un bebé a otro; aunque también hay bebés que se asemejan a sus padres, madres y hermanos, por lo que, en ocasiones, los progenitores, que anticipadamente no conocían de la situación médica del hijo o hija por nacer, se sienten quizá abrumados por la situación. Ante el nacimiento de un bebé con síndrome de Down, la familia no solo comienza a conocer sobre dicha condición, sino que también vivencia una serie de sentimientos y emociones que son esperables ante tal acontecimiento.
Referencias
Florez, J.: (1994) “Patología cerebral en el S. de D.: aprendizaje y conducta” I. Jornadas sobre el Síndrome de Down. Madrid: Ediciones Pirámide S.A.
Casaldâliga Ferrer, J. (1993). “Enfermedades cardiacas congénitas”. Síndrome de Down. Artículos y resúmenes científicos, nº 13. Fundació Catalana Síndrome Down
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De Narvaez, M. (2008). Estimulación, definición y objetivos. Recuperado de: http://estimulacionydesarrollo.com/2008/06estimulacintemprana-definicin-y.html
Kumin, L. (2012). Síndrome de Down: habilidades tempranas de comunicación. CEPE: España. (22-106)
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