Teorías de la personalidad.Reporte de lectura.
Enviado por Kate • 30 de Marzo de 2018 • 2.198 Palabras (9 Páginas) • 414 Visitas
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El deseo de obtener o mantener la intimidad es otra razón frecuente por la cual mienten los niños, ya que muchas veces la contestación a los cuestionamientos de los niños surge con mentiras.
Tal como nos señala el autor muchas veces de niños preguntamos ¿Quién gemía?, a los cual respuesta es “Nadie gemía, te lo debes haber imaginado”, la contestación correcta sería, “No es asunto tuyo”, pero a como dijo el autor estamos en una sociedad sin la cultura de mentir.
Si bien otro motivo para mentir, son las mentiras de poder, que normalmente no es importante hasta la adolescencia pero que puede aparecer mucho antes, es poner a prueba y retar a la autoridad.
El autor dentro de la obra señala diferentes definiciones de mentiras una de ellas es; engañar a otra persona deliberamente, el esconder la verdad es tan mentira como decir algo falso, especialmente si la persona a quien se oculta información esperaba recibirla sin tener que pedirla.
Las mentiras graves, son distintas a las mentirijillas o a las mentiras piadosas, las buenas maneras, el tacto, la broma, el alarde o la exageración. Algunas de las mentiras, pueden que no sean incorrectas, y el decir la verdad algunas veces puede resultar perjudicial. Pero existen excepciones. Puede que la mentira sea la única manera de proteger a otra persona de un daño. Puede que la mentira sea la única manera de reclamar intimidad cuando otras personas nos invaden el territorio. Puede que la mentira está motivada por la lealtad, y a veces el conservar esa lealtad es más importante que cualquier impulso de decir la verdad. Las mentiras que se cuentan porque el receptor de la mentira supuestamente quiere ser engañado a veces tampoco son graves ni perjudiciales. Existen situaciones, por supuesto, en que el mentiroso puede preferir pensar que el otro quiere ser engañado cuando ése no es precisamente el caso.
El hecho de decir la verdad a veces puede resultar desagradable o cruel. A veces es el rencor el que motiva a ser un delator. La franqueza en ocasiones puede ser brutal. De manera general se puede ver que existen muchos motivos para mentir entre ellos: Evitar ser castigado, Conseguir algo que no se podría conseguir de otra manera, Proteger a los amigos de problemas, Protegerse a uno mismo o a otra persona de algún daño, Ganarse la admiración o el interés de otros, Evitar crear una situación social embarazosa, Mantener la intimidad, Demostrar el propio poder sobre una autoridad.
Me asombro el cuestionamiento del autor ¿Son los mentirosos menos inteligentes?, a lo cual mi respuesta rápidamente fue, no, ya que ellos tienen esa habilidad de poder mentir e inventar cosas, pero el autor nos menciona que tener un coeficiente intelectual por debajo de la media era algo más común entre los niños mentirosos que entre los sinceros. Un tercio de los niños de coeficiente más bajo mintieron e hicieron trampa.
Las personas mentirosas pueden resultar manipuladores, ya que tales personas no se preocupan por la moralidad convencional; su interés reside en el poder sobre los demás antes de en cómo se sienten los demás.
El punto más importante, bueno en mi caso al que quería llegar ¿mienten los niños por una mala influencia de los padres?
“¿Qué suerte que tengo! Realmente no pensaba que el policía se iba a creer lo del velocímetro estropeado. Debo ser mejor actriz de lo que me creía.” Fue la expresión del caso que señala el autor.
Esta mujer estaba tan contenta con haberse librado de una multa por exceso de velocidad que no se estaba dando cuenta de la impresión que podía estar causando en su hijo de nueve años mientras éste escuchaba en silencio como le contaba el incidente a su marido en la cena de esa noche.
No es sorprendente que los niños que mienten con mayor frecuencia suelan tener padres que también lo hacen. Harshorne y May llegaron a esa conclusión en su estudio, y otros dos estudios posteriores también han descubierto que los niños que más mienten provienen de hogares en los que los padres también suelen mentir o animan a romper las normas.
Esta no es la única influencia negativa que los padres pueden tener, pero es una de la que los padres puede que no se den mucha cuenta. El mentir al policía señala el mismo, son engaños corrientes que puede que no se den cuenta los padres.
Los niños mienten por las mismas razones, y hasta cierto punto aprenden a mentir en casa. Jay Mulkey, dijo un niño hace trampa en un examen y sus padres se llevan las manos a la cabeza. Pero el niño oye hablar a sus padres sobre las trampas que ellos hacen en sus cuentas de gastos o en la declaración de la renta. Hartshorne y Mat también descubrieron que los niños que mentían provenían de hogares en los que existía una menor supervisión paterna.
Los niños que vivían en hogares con solo el padre o la madre, o en hogares donde el matrimonio no marchaba bien, mentían más. Por cierto, el tener tanto al padre como a la madre en casa no ayudaba en nada si el matrimonio no funcionaba.
Y en los hogares con solo uno de los padres, que en la mayoría de los casos es la madre y los niños, existe un menor control sobre los hijos. Las madres tienen más problemas con sus hijos varones, especialmente en la adolescencia. Para concluir creo que la mayoría de los padres tiene en sus manos que los niños no mientan, ya de ahí la contestación al cuestionamiento al principio de la historia.
Conclusión.
La siguiente es más que nada el mensaje que me dejo la obra, ya que nuestros hijos dejen de mentir dependen del miedo que tengan a ser descubiertos. Han aprendido que pueden colar sus mentiras sin detección. Ahora la sinceridad depende, como mínimo en parte, de cómo hemos sido y somos como padres. De lo comprensivos o impacientes, confiados o suspicaces, justos o duros que hayamos sido.
La confianza esta entrelazada con la mentira de muchas maneras diferentes. El niño mentiroso traiciona la confianza de los padres. El padre a quien ha mentido tiene que luchar para perdonar al niño y permitir que se restablezca la confianza.
Y por último mencionar que los padres no deberían abandonar sus creencias sobre lo que es correcto, pero también tienen que tratar a sus hijos de tal manera que estos sepan que pueden decir la verdad con confianza.
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