AD PORTAS DE UN CAMBIO PARADIGMATICO
Enviado por Eric • 20 de Enero de 2018 • 2.829 Palabras (12 Páginas) • 397 Visitas
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Numerosas investigaciones en la terapia familiar nos remiten a estos aspectos. Joseph Teicher y Jerry Jacobs mencionan que los adolescentes suicidas establecen relaciones débiles con sus padres enmarcadas en conflictos familiares que no permiten su crecimiento, ni el fortalecimiento de herramientas para afrontar los avatares de la vida. Christopher Williams y Cristina Lyons presentan una reseña en la que apuntan que los adolescentes suicidas viven en familias nucleares desorganizadas. Mattsson, Seese y Hawkins anotan además que los adolescentes suicidas experimentan las relaciones con sus padres cargadas de resentimientos, peleas y abandono emocional. Mara Selvini Palazzoli y cols. utilizando la expresión “juego” como una metáfora, nos hace pensar que toda interacción humana se encuentra enmarcada en la necesidad de los jugadores de establecer acuerdos, reglas, límites, jerarquías, alianzas, coaliciones, que nos vuelven expertos en la manera de jugar con otros para crear las mismas historias. Castañeda y Figueroa le dan relevancia al tejido del afecto, ese que induce al establecimiento de vínculos, que se van a conservar toda la vida, siendo una relación complementaria, vínculos que se afectan desde un contexto relacional. La mayor parte de las emociones surgen alrededor de la formación, el mantenimiento, la modificación y la renovación del apego, objetivo particular para mantener el vínculo afectivo experimentando el mundo emocional. El afecto es el núcleo constituyente del sí mismo. Se entiende que la existencia y la universalidad de los afectos se generan por la evaluación automática de las situaciones en la relación con las necesidades que se apoyan en el mundo emocional, ese que es desconocido por las personas significativas del futuro suicida.
Partiendo entonces de estas argumentaciones, resulta utópico e inocente encasillar el fenómeno complejo del suicidio en simples características particulares de aquellas personas que lo ven como una opción de muerte para la vida o considerar que el alcoholismo, la toxicodependiencia, la violencia son factores de riesgo, dado que desde la perspectiva ecosistémica estos fenómenos son comprendidos también como pautas nacidas en la comunicación disfuncional y que resultan tan complejas como el mismo fenómeno del suicidio.
Al encontrarse la persona en transición suicida en este tipo de contextos relacionales, en una situación de comunicación paradójica permanente provoca la total desorientación y conlleva a la disolución del sí mismo. Ha agotado sus recursos, ha intentado repetidamente y manera fallida otros caminos para salir del malestar y mover los equilibrios actuales de sus familias, pero al final, parece que la única solución es quitarse la vida.
Cuáles son entonces esos patrones familiares comunicacionales desde las relaciones, como secuencias frecuentes que aprisionan al futuro suicida?
Según Charles Fishman (1990), existen tres patrones importantes que perpetúan una convivencia de tensiones “extremas y prolongadas” que imposibilitan al niño, al adolescente para lograr estrategias de afrontamiento al interior de la familia y poder al mismo tiempo cumplir con las presiones externas.
Triangulación – se concibe como el atrapamiento de un hijo en el juego de la pareja conyugal, como puente para resolver sus dificultades comunicativas. Considerando que la tarea se torna imposible de ser realizada, pues la pareja conyugal no resuelve su dilema y el hijo no puede lograr su cometido, se generan la culpa y el rechazo que a su vez se denotan en el incremento de la vulnerabilidad del triangulado.
Los padres permanentemente demandan lealtades que se encuentran divididas en bandos y como resultado al complacer a uno de los padres se hieren las expectativas del otro progenitor y la pauta autogeneradora se fortalece. Por lo general este juego triangulador puede también ser adoptado por el contexto social mas amplio, recibiendo demandas emocionales de amigos, colegio, barrio, pares, que dejan aún más desprovisto al futuro suicida.
Sistema prematuramente desligado – este patrón nos remite a la gran paradoja de la individuación, esa lucha incesante entre la autonomía y la intimidad, entre la pertenencia y la libertad, entre la lealtad y la creación del mundo propio. La individuación es un proceso complejo que inicia, inclusive a mi parecer, antes de nacer, dado que existen y coexisten historias generacionales que aunque invisibles hacen su aparición en la relación con el otro.
Cada vez que el sujeto intenta su independencia, se encuentra desprovisto ante el mundo demandante, pero la familia lo empuja al logro de esa autonomía llevándolo a una “desvinculación prematura” provocando a su vez una depresión y un debilitamiento de la autoestima.
En mi práctica clínica me he encontrado con otra paradoja interesante, la de esperar que las manifestaciones de la depresión sean siempre la demostración de debilidad, de pérdida del deseo de vivir, de agotamiento, sin fuerzas para dar la lucha. Muchos de los adolescentes deprimidos se muestran agresivos con su entorno, utilizan un vocabulario soez, reaccionan descontextualizadamente y en última instancia se autoinflingen como respuesta a la frustración de no provocar efectos de movilización y sí de anquilosamiento en su contexto relacional inmediato. Su familia no responde a las necesidades emocionales, las suprime, les niega sus significaciones y al mismo tiempo desvaloriza sus señales de depresión y lo desprovee de lo necesario para crecer sanamente.
La Familia perfecta – Qué es la perfección? Lejos de lograrla esta dinámica de familias niegan la posibilidad de cambio, tienen grandes dificultades para adaptarse a las exigencias evolutivas de sus miembros y del sistema e insisten en la perfección. Envían permanentemente el mensaje “debes ser feliz”, competente en todo cuanto venga; esto genera grandes frustraciones que llevan al adolescente al intento de suicido como un intento fallido de provocar un cambio en la flexibilidad.
Estos tres patrones, lejos de ser tomados como tipologías familiares, nos invitan a la vez, a comprender las recursividades desde la complejidad, a considerar que cada familia construye mundos insospechados en sus relaciones y que así como se vuelven expertos en mantener sus disfuncionalidades, cuentan con facetas de perfectibilidad por explorar.
Agregaría un cuarto patrón antagónico al de la desvinculación prematura propuesto por Fishman y es el de la “Pauta de sobreprotección”, aquella que se concerta con mensajes que inutilizan al hijo desde edad muy temprana para enfrentar el mundo de manera eficaz dado que la eficacia se encuentra
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