Análisis del libro “Violencia social- Violencia escolar”
Enviado por Eric • 21 de Marzo de 2018 • 1.792 Palabras (8 Páginas) • 545 Visitas
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Esto desemboca en lo que la autora describe en el libro la función paterna, donde propone abandonar el modelo patriarcal de la familia. Ella “reformula” el concepto de Edipo en términos del acotamiento que cada cultura ejerce sobre la apropiación del cuerpo del niño como lugar de goce del adulto y la familia como producto de las relaciones de filiación y no de alianza. Es la asimetría de saber y poder entre el niño y el adulto y responsabilidad que esta asimetría impone al adulto en función de la restricciones de su propio goce, lo que define los términos con los cuales la función de construcción de legalidades, en el nivel de la subjetividad debe ser redefinida.
Esto me lleva a relacionar el otro capítulo seleccionado sobre la “construcción de legaliades como principio educativo”.
Donde la autora plantea la complejidad de las formas nuevas que toma la violencia en nuestro país y que éstas no son las formas actuales que han ocurrido siempre. Estas nuevas forma tienen que ver con procesos muy complejos y severos de nuestra historia Argentina, donde se han generado sentimientos muy fuertes de impunidad y resentimiento.
Un concepto que me resonó durante la lectura de este capítulo es “la construcción de la subjetividad”. Esta subjetividad armada hoy con un mundo tan cambiante, tan ajeno, tan triste e individualista; Donde lo social y lo individual es decir la construcción subjetiva y la constitución del psiquismo son el resultado de un proceso muy complejo y difícil de comprender.
Esto lo conecto con la que la autora llama el “Malestar sobrante”, que está dado por el hecho de que la profunda mutación histórica sufrida los últimos años deja a las personas despojadas de un proyecto trascendente, donde los niños y jóvenes han dejado de ser los depositarios de los sueños de los adultos, aquellos que encontrarán en el futuro un mundo de remediar los males que aquejan a la generación de sus padres.
Esto me hace pensar que el acto violento es un recurso para hacerse ver, para demostrar que existe este mundo hostil, en donde los niños y jóvenes sienten que no tienen lugar.
Creo que cuanto mayor sea la dificultad para tener una vida autónoma y libre, para sentirse reconocido y tener una visión de un futuro mejor, serán mayores los riesgos de conductas violentas.
Si el entorno no contiene, (ya sea la familia, la escuela) se transforma en un posibilitador de violencia. En una sociedad individualista, poco solidaria, las mayores víctimas son
siempre niños y adolescentes, que necesitan redes solidarias y valores que no dependan de la eficacia ni del éxito.
La violencia supone fundamentalmente la anulación del otro como sujeto.
Creo que hoy la función de la escuela es primordial y coincido con la autora que en épocas muy críticas de la humanidad se ha manifestado el problema de cómo educar en estas condiciones, sí se está preparando a un sujeto para un futuro que ni siquiera imagina… La educación no puede estar planteada en las condiciones actuales. Educar no es transmitir conocimientos y menos cuando la tecnología los ofrece con mayor motivación. La escuela tiene que cumplir una función mayor que no puede reemplazar la tecnología, la escuela tiene que cumplir una función diferente y es la producción de subjetividad.
Otro concepto que la autora invita a redefinir es el concepto de Familia, en términos de una asimetría que determina la responsabilidad del adulto con respecto al niño. Pero tengamos en cuentas que asimetría no quiere decir autoridad, sino responsabilidad. Esto nos hace pensar y la autora lo toma, la distinción entre ética y moral. La ética siempre está basada en el principio del semejante, la forma en que se asume la responsabilidad frente al semejante.
Conclusión
Como describí en la introducción, la lectura de este material me ha generado inquietudes, que algunas puede descifrar y que otras generaron la apertura para una nueva mirada, sobre la violencia y los modos en que ésta se produce. Cuando se habla de violencia, entonces, estamos pensando en la irrupción desmedida, en el quiebre de lazos, en el desconocimiento del otro como tal.
Entender que es una preocupación que nos lleva a preguntarnos qué tenemos que hacer los adultos. La preocupación con respecto a la violencia, no está en la violencia misma, sino que la cuestión es analizar cuál es el sentido que tiene la violencia.
Como futuras psicopedagogas tenemos un gran trabajo por delante, que nos obliga a ser profesionales comprometidas con la transformación de los conocimientos, con la afirmación de valores que propician una buena convivencia, aportando desde nuestros lugares, a la formación de sujetos solidarios en lo social, participativos y fundamentalmente felices…
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