Ensayo sobre el libro “Contrato Social de Jacques Rossseau”
Enviado por Albert • 23 de Julio de 2018 • 2.649 Palabras (11 Páginas) • 656 Visitas
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Las leyes son creadas por voluntad general, según el libro, no puede encargársele a un solo individuo la creación de leyes, pues las tomaría para su beneficio propio, entonces se tomaría como ley, el registo de las voluntades.
Entiendo, pues, por república todo Estado regido por leyes, bajo cualquiera que sea la forma de administración, porque sólo así el interés público gobierna. Todo gobierno legítimamente político es republicano.
“Las leyes no son propiamente sino las condiciones de la asociación civil.”
El legislador debe formar las leyes que el mandatario debe presentar, el legislador es un mecánico que inventa una maquina y el gobernante el que la pone en movimiento. El que dicta las leyes no debe tener ningún derecho legislativo, y el mismo pueblo, aunque quiera, no puede despojarse de un derecho que es inalienable, porque según el pacto fundamental, sólo la voluntad general puede obligar a los particulares, y nunca puede asegurarse que una voluntad particular esté conforme con aquélla, sino después de haberla sometido al sufragio libre del pueblo.
“Una sana y fuerte constitución es lo primero que debe buscarse, ya que es más provechoso contar sobre el vigor que resulta de un buen gobierno que sobre los recursos que proporciona un gran territorio.”
Un gobierno saludable, deberá entonces tener una constitución excelente, antes de fijarse en la riqueza de su territorio, pues de nada le sirve ser medido por tener una gran población, si no tiene la atención de seguridad y los suministros para poder mantenerla, asi como tampoco serviría una gran riqueza si sus leyes o normas para ser gobernado son de pésima calidad, asi pudiendo decaer en guerras y siendo apoderados por estados vecinos, todo lo anterior por no contar con un buen gobierno que cuente con constitución y legisladores adecuados para poder medirlos, siendo territorios pequeños o grandes.
Esto no quiere decir que no hayan existido o existan territorios o estados que debían o deberán ser dominados para poder seguir subsistiendo, ya que por ellos mismos no cuentan con los recursos pensantes o con legisladores aptos para poder saber que leyes, sin apresurarse o atrasarse, deberán ser aplicadas para poder mantener un estado Zen de soberanía.
La grandeza de un estado no puede ser medida, porque por distintos factores, no todas son iguales, desde el punto en que una sociedad con suelo fértil no necesita tal vez mayor alimentación que una con suelo infértil, la fecundidad de las mujeres también es un factor.
Un estado debe tener un legislador que se base en creación de instituciones previendo lo que necesitara su sociedad, no viendo lo que en ese momento le este haciendo falta.
La legislación siempre buscara el bien y el crecimiento de la sociedad que legisla, buscando siempre el mayor bien común, teniendo siempre como función principal cumplir con los principios de igualdad y libertad. La libertad porque todo individuo es libre, el conjunto de individuos forma una sociedad, un estado, la igualdad porque todos son seres libres por derecho natural, nadie es mas ni menos, nadie, ni un legislador, es mas persona que otro, nadie entonces deberá ser tan rico como para poder creerse dueño de otro, ni nadie tener tan poco como para poderse querer perder su libertad a manos de alguien con recursos.
Las leyes que son creadas deberán dividirse ya que no todas pueden ser penadas bajo el mismo yugo de castigo, puesto que no todas son de la misma naturaleza. Entoces una sociedad no debe perder sus instintos de superación ya que si una ley ya no es apta para los tiempos cambiantes, deberá suplirse, no debe perderse la ideología de mejora en una sociedad, llámese costumbre y usos. -IDEA.
Entre estas diversas clases, las leyes políticas, que constituyen la forma de gobierno, son las únicas relativas a la materia de que se trata en el libro.
En toda acción libre de un individuo hay dos causas que obligan a producirla, una moral, o sea la voluntad que determina el acto; la otra física, o sea la fuerza que la ejecuta. Cuando camino hacia un lugar, necesito primeramente querer ir, y en segundo lugar, que mis pies puedan llevarme.
El poder legislativo pertenece al pueblo y de el proviene, el gobierno del estado es entonces un ente que sirve de puente de comunicación entre los gobernados y el gobernante y es establecido entre ellos mismos. Debemos entonces considerar al estado una tercera parte aparte dele stado, distinto del estado y del soberano e intermediario entre ellos.
“Hay la diferencia esencial entre estos dos cuerpos, de que el Estado existe por sí mismo y el gobierno por el soberano. Así, la voluntad dominante del príncipe no es o no debe ser sino la voluntad general o la ley; su fuerza, la fuerza pública concentrada en él. Tan pronto como quiera ejercer por sí mismo algún acto absoluto o independiente, la relación del todo comienza a disminuir. Si llegase, en fin, el caso de que la voluntad particular del príncipe fuese más activa que la del soberano y que para obedecer a ella, hiciere uso de la fuerza pública de que dispone, de tal suerte que estableciese, por decirlo así, dos soberanías, la una de derecho y la otra de hecho, la unión social se desvanecería y el cuerpo político quedaría disuelto.
Sin embargo, para que el gobierno tenga una existencia, una vida real que le distinga del Estado; a fin de que todos sus miembros puedan obrar de acuerdo y responder al objeto para el cual ha sido instituido, es necesario un yo particular, una sensibilidad común a sus miembros, una fuerza, una voluntad propia que tienda a su conservación. Esta existencia particular supone asambleas, consejos, poder de deliberar, de resolver, derechos, títulos y privilegios que pertenezcan exclusivamente al príncipe y que hagan la condición del magistrado más honorable a medida que se hace más penosa. Las dificultades estriban en la manera de ordenar dentro del todo ese todo subalterno, de suerte que no altere la constitución general al afirmar la suya, y que distinga siempre la fuerza particular destinada a su propia conservación, de la fuerza pública destinada a la conservación del estado, y en una palabra, que esté siempre listo a sacrificar el gobierno al pueblo y no el pueblo al gobierno.”
El arte del legislador está en saber precisar el punto en que la fuerza y la voluntad del gobierno, siempre en proporción recíproca, se combinen en la relación más ventajosa para el Estado.
Existen según el libro, o al menos en esos tiempos eran los más importantes, 3 diferentes formas de gobierno, aristocracia,
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