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CONCEPTUALIZACIÓN DE LA MUERTE SEGÚN LAS ETAPAS DEL PSICODESARROLLO

Enviado por   •  24 de Abril de 2018  •  2.587 Palabras (11 Páginas)  •  518 Visitas

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En esta medida, la intervención terapéutica desde la corriente cognitiva, parte inicialmente, de una conceptualización del duelo como un proceso adaptativo, es decir, que “se va elaborando”; y desde allí, comienza a desarrollar estrategias y recursos para conducir dicho proceso a resultados de asimilación y acomodación adecuados. La idea de elaborar el duelo en los niños conduce a que la intervención se centre especialmente en la trabajo dirigido niño- terapeuta, psicoeducacion para padres e infante e integración del escenario educativo y familiar en el proceso.

Cuando se trata de un duelo complicado o patológico, la forma de intervención aumenta en su rigurosidad puesto que exige que antes de cualquier intervención directa se reconozcan los posibles factores de riesgo asociado al problema. Particularmente, en el duelo infantil los factores que predisponen dificultades en la elaboración están asociados a asuntos: relacionales (dependencia, conflictividad con aparición de autorreproches, forma inadecuada de reaccionar del progenitor superviviente); circunstanciales (muerte súbita, muerte incierta por desaparición, suicidio u homicidio del progenitor fallecido); personales (más complicado en el varón, problemas previos de salud física o mental, duelos anteriores no resueltos) y Sociales (ausencia de apoyo social o familiar, nivel socioeconómico bajo, Falta de consistencia en la disciplina impuesta al niño) (Ordeñez & Lacasta (2003). Estos predictores de riesgo permitirán dentro del proceso terapéutico identificar a aquellos niños y adolescentes que necesitan apoyo y ofrecer alternativas de prevención e intervención

Sumado a ello, se reconoce que en los niños la experiencia de duelo afecta a la manera en que el infante estructura su mundo. Por lo tanto, antes de la intervención directa el proceso de evaluación es fundamental, para identificar conforme a las condiciones evolutivas y contextuales del niño, la fase de duelo que está experimentado, reconociendo en los infantes tres momentos.

El primero de ellos es denominado el de Protesta, en el cual el niño añora amargamente a la persona fallecida y llora suplicando que vuelva; seguidamente, está la fase de Desesperanza, donde el infante comienza a perder la esperanza de que vuelva, llora intermitentemente y puede pasar por un período de apatía. Y finalmente, el momento de Ruptura de vínculo, donde se empieza a renunciar a parte del vínculo emocional con el fallecido y a mostrar interés por el mundo que le rodea.

Tras precisar en la evaluación el momento especifico del duelo que experimenta cada niño cuando comienza el proceso terapéutico, se da paso a la intervención que desde la corriente cognitiva apunta a la aplicación de instrumentos de evaluación, entre los que se destacan: The Hogan Sibling Inventory of Bereavement (HSIB-1991), utilizado para evaluar la sintomatología; y The Complicated Grief Website (1999), que permite diferenciar el duelo normal del patológico.

Sumado a ello, dentro del proceso es común realizar psicoeducacion dirigida, en primera instancia los padres o cuidadores y posteriormente a los infantes. En cuanto, a las recomendaciones o pautas dadas a los padres o cuidadores se encuentran: explicar gradualmente y con pocas palabras lo que ha ocurrido y responder con honestidad a todas las preguntas que el niño haga; utilizar sin reparo la palabra “muer- te” y decirles que todo lo que vive, muere algún día; favorecer la expresión de las emociones y la comunicación empática; eliminar el sentimiento de culpa que puede experimentar el infante; garantizar la estabilidad y retomar lo antes posible la normalidad de la actividad cotidiana; y finalmente, no demandar expectativas muy altas o asignarles responsabilidades excesivas, olvidando la edad que tienen.

[pic 22]De la misma manera, la psicoeducacion dirigida a los niños dentro de la terapia cognitiva estaría orientada a reforzar y en algunos casos reestructurar varios pensamientos del infante, aclarando dudas, mitos, fantasías o falsas creencias. Según Gómez (2000) También puede recurrirse a terapias conductuales, con técnicas de modificación de la conducta y a la utilización de juego como facilitador para la expresión emocional y el afrontamiento de la perdida al disminuir claramente los síntomas de ansiedad y depresión. Por ello, se puede recurrir a algunos materiales didácticos entre ellos el juego denominado “adiós tristeza” y demás técnicas psicoeducativas como registros conductuales, ejercicios narrativos, ejercicios de plan de vida y establecimiento de compromisos; todo esto, empleado en la intervención cognitiva como medios para posibilitar en los infantes el despliegue de los sentimientos, de sus temores y de sus fantasías, asuntos que muchas veces no pueden expresar de otro modo.

Paralelamente, en el proceso de intervención individual dirigido a los niños, es usual que desde la terapia cognitiva se empleen otros instrumentos facilitadores entre ellos los libros. Ordeñez & Lacasta (2003) señalan algunos de ellos: Caracoles, pendientes y mariposas – Alvarez A, los niños y la muerte – Kübler, Recuerda el secreto – Kübler-Ross, Te echo de menos – Paul Verrept, Mamá, ¿qué es el cielo? – Shriver M. A su vez, otros autores como Lozano & Chasket (2013) Además, describen algunas estrategias que dentro del proceso pueden generar respuestas positivas en los infantes. Estas comprenden:

*Incremento del autoestima de los niños: implica un “trabajo en grupo, reforzamientos positivos que ayuden a los niños a sentirse bien, involucrar a los padres para trabajar fuera del contexto de la terapia y comprometer al niño con actividades donde haya poca posibilidad de fracaso”.

* Aumento de la creencia de control: Consiste en mitigar la desesperanza y desmentir las posibles creencias de descontrol interno, que experimenta el infante.

* Mejora de las habilidades de afrontamiento: Comprende el uso de estrategias de afrontamiento que permitan enfrenar factores estresores futuros.

*Expresión de emociones: Implica reducir la inhibición de la expresión emocional que abarca tristeza, culpa y ansiedad, propiciando una disminución de los problemas de salud mental.

*Establecimiento de una relación positiva padre- hijo: Representa el suporte para el ajuste del niño y la creación de un ambiente estructurado.

* Calor parental: Referido al incremento de reforzamientos positivos físicos y verbales.[pic 23]

* Disciplina efectiva: Comprende elementos de disciplina asociados a la comunicación clara de expectativas, mantenimiento

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