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EL PSIQUISMO HUMANO

Enviado por   •  27 de Junio de 2018  •  Ensayos  •  2.397 Palabras (10 Páginas)  •  867 Visitas

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EL PSIQUISMO HUMANO

        En cuanto al desarrollo de la psique humana, considerando la teoría psicoanalítica como fundamentación teórica del presente análisis, se puede partir desde el momento en que un óvulo y un espermatozoide se unen para dar origen a un ser vivo. En ese instante, empieza el desarrollo celular constante y evolucionado de un individuo genéticamente nuevo, partiendo del principio de desarrollo continuo, ya que posterior a la fecundación se van a suscitar una serie de etapas: seguidas una de otra que no se podrán detener. En base a lo anterior, el individuo inicia un desarrollo biológico, desde la vida intrauterina hasta su nacimiento, fuera del vientre materno.

        Es importante mencionar que mientras un ser vivo (feto) se encuentra en esta etapa, tendrá infuencia del ambiente uterino que lo rodea, incluyendo las emociones, sentimientos y actitudes de la madre en relación a su idea sobre el embarazo y expectativas por el nuevo ser en gestación, su situación social y económica, sus redes de apoyo, su concepción sobre la maternidad y sus experiencias previas de vida en relación con el hecho. Se ha demostrado la importancia que tiene en la maternidad y paternidad responsable, el deseo común de los padres por un hijo, así como la buena disposición en los cambios y experiencias de los nueve meses de embarazo que la progenitora tendrá que enfrentar.

        Para entender el desarrollo del psiquismo humano desde la concepción psicoanalítica, se debe tener presente que existe una interrelación directa y estrecha entre tres líneas de desarrollo que son: el desarrollo biológico, el desarrollo afectivo y, el desarrollo cognitivo del individuo. Este inicia en la ecundación, pasando por el nacimiento y el contacto con el ambiente hasta la muerte.

        Cuando empieza el desarrollo en los tres aspectos señalados, se le atribuye al individuo una relación con el cuidador. En el momento que  un bebé sale del vientre materno, establece contacto con el mundo exterior a través de los cinco sentidos; no obstante, su sistema nervioso central se encuentra poco desarrollado y tardará algunos meses (entre dos o tres), para que los sentidos tengan la capacidad de captación y percepción más claras del entorno. Sin embargo, ya para este tiempo, un recién nacido alcanza a sentir placer y frustración cuando sus necesidades básicas son cubiertas o insatisfechas, así como el reconocimiento de voces y estímulos en general que lo calman o exaltan, y que van produciendo en el huellas psíquicas y aproximaciones a lo que puede ser una caracterización de sus cuidadores y de su entorno.

        Desde la teoría psicoanalítica, el psiquismo se desarrolla a partir de la séptima semana, cuando se da inicio al desarrollo afectivo, eje fundamental para esta teoría; y sigue evolucionando con el surgimiento del desarrollo cognitivo aproximadamente a los dos o tres meses de edad, siendo en un principio un desarrollo muy rudimentario y básico. Así mismo, todo desarrollo se plantea en principio hacia la evolución; por lo tanto, en la mente del niño empiezan a formarse los primeros conceptos en cuanto a: olores, tono de voz, sonidos del ambiente, latidos, etc., representando así sus primeras cogniciones. En este punto, lo ideal es que haya un balance recíproco entre las tres líneas de desarrollo: el biológico, el afectivo y el cognitivo; ya que cualquier disparidad o irregularidad, influye y afecta el desarrollo psíquico del bebé.

        La primera señal de desarrollo psíquico en el niño, es la expresión directa de sus deseos por encima de cualquier circunstancia y a través de las cuales busca la satisfacción y el placer que obtiene a través del cumplimiento de dicho deseo; dicha acción es indicativo que ya está presente en ese niño una de las instancias psíquicas (ello). Freud, planteó en una primera teoría del aparato psíquico que en el desarrollo del psiquismo humano, surgen tres instancias a las que le llamó: consciente, pre consciente e inconsciente[1]. Cada instante de vida está rodeado de experiencias, emociones y sensaciones que son interpretadas por una o varias de estas instancias.

        En el terreno de lo consciente, esta instancia actúa a través del contacto con la realidad y la conexión con el exterior; posteriormente, dichas experiencias y emociones a las que se hace referencia pasan a formar parte del preconsciente donde se almacenan como un archivo, del cual se pueden recuperar cuando la consciencia lo requiera. Si las experiencias que se han vivenciado son muy traumáticas o dolorosas, el inconsciente como parte del aparato psíquico se reserva todas estas actuando a través de la represión como mecanismo de defensa y tomando todas las ideas, conflictos, experiencias vividas, recuerdos y sentimientos que no pueden permanecer en la conciencia por su alta carga emocional traumática, y por tanto se desplazan hacia allá.

        Con la represión, el individuo logra suprimir toda la experiencia hasta el punto que pareciera desde lo consciente que nunca la hubiese vivido; no hay recuerdos del evento, o el mismo puede ser parcial, tergiversado o carente de detalles y matices; por ejemplo: se recuerda lo cognitivo (el hecho en sí mismo como un relato), pero no lo afectivo (a emoción asociada queda suprimida). En psicoterapia, es preciso romper de forma pausada y cuidadosa, con estos mecanismos de defensa y llevar a la conciencia del individuo el evento traumático para poder ser analizado y reconfigurado.

        Es la represión el mecanismo de defensa más arcaico en todo sentido; siendo este el primero descrito por Freud, así como también en  aparecer en los individuos desde temprana edad. Existen además, otra operaciones mentales y que a la vez, son primitivas, como la negación, la escisión y la proyección. Entre más rudimentario es el mecanismo,  se incrementa lo patológico que resulta llevar ese evento a la realidad. Se utiliza la “resistencia” como un regulador que controla el material del inconsciente. Se han descrito otras estrategias de funcionamiento secundarias o evolucionadas como el desplazamiento, racionalización, simbolización y formación reactiva.

        Los eventos traumáticos en los niños son también registrados en su psique a pesar de no tener una interpretación oral a través del lenguaje asociado, por lo que resulta difícil que logren expresarlos. Dentro del inconsciente, existe una impronta biológica en donde el material allí depositado, no podrá emerger a la consciencia. El inconsciente se rige por reglas basadas en la atemporalidad, el principio del placer y las experiencias no tienen carácter lógico. En cuanto al consciente y preconsciente, las acciones son temporales, regidas por realidades de carácter lógico. En una segunda propuesta teórica de Freud, expuso una nueva estructuración del aparato psíquico dividido en “yo”, “ello” y “super-yo”. El “ello” está caracterizado por lo biológico y la supremacía de dichos procesos, siendo su fin la satisfacción de las necesidades inmediatas (hambre, frío, calor, etc.). El “yo” surge de la realidad y viene a equilibrar las otras dos instancias, y debe tener la capacidad de autorregulación. Por su parte, el “super-yo” se rige por las reglas de la sociedad y la moral, lo que se debe o no hacer y las maneras que el entorno critique o censure dichas acciones.

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