¿EN QUE MEDIDA DETERMINAN LOS CONCEPTOS QUE EMPLEAMOS A LAS CONCLUSIONES QUE LLEGAMOS?
Enviado por Sara • 13 de Noviembre de 2017 • 1.802 Palabras (8 Páginas) • 564 Visitas
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Como por ejemplo una de mis películas favoritas y la que me motivo a tomar esta pregunta es “Shrek”, el protagonista vive solo, en un pantano, sin ninguna compañía, esto se debe a que los pobladores tienen un concepto muy marcado que los hace pensar que a causa de que en dicha región no hay nadie, prefieren alejarse (en esta situación se puede decir que las conclusiones que expresan los diferentes individuos que “pudieron haber pasado por esa zona” la divulgan y esto genera una reacción en cadena, o algo que puede ser relacionado con el efecto dominó al momento en que una persona lo indica, una 2da persona la capta, la procesa y comienza a generar conclusiones extras a partir de una anterior, luego llegan los 3eros y 4tos empeorando la situación, produciendo dicho efecto en cadena mencionado anteriormente. Esto es algo que lastimosamente ha estado sucediendo últimamente en las sociedades, pues, una persona ya no busca conocer a una 2da, ya que si existe alguna conclusión y/o “rumor”; “murmullo” o “opinión” acerca, las personas de alrededor tomarán las mismas atribuciones. Aunque no se manifiesta mucho, donde más se destaca la influencia del concepto en las decisiones que tomamos para luego generar una conclusión, es en la experiencia que tiene Fiona con su salvador, y como su concepto la lleva a concluir o “pensar” (he aquí el detalle, las conclusiones son “pensamientos” combinado con el conocimiento) que dicho salvador era su príncipe azul y que quería pasar el resto de su vida a su lado, es decir, casarse con él. De la misma manera, el antagonista de la obra (Shrek) decide rescatar a Fiona, cosa que ella anteriormente no habría de pensar, por lo tanto termina concluyendo que si Shrek termina rescatándola, ella se casaría con este, volviéndose rey a causa del gran concepto de medievalidad que poseía.
Sin embargo, muchos de nuestros juicios también se ven influidos por conceptos previos que se pueden denominar estereotipos, es decir, que se inclinan más hacia lo que nosotros queramos o vimos anteriormente, estos son conceptos previos desarrollados por la interacción entre los sentidos, el lenguaje y los contextos culturales, aunque pueden influir una infinidad de factores en esto, ya que “el conocimiento” es considerado gratis ¿Por qué? Ya que el conocimiento es conocido como la facultad del ser humano para comprender por medio de la razón la naturaleza, las cualidades y las relaciones de las cosas, por lo tanto podemos decir que: sin concepto no hay conocimiento, sin conocimiento, no hay concepto (se consideran directamente proporcionales) y si no hay conocimiento, ni conceptos, ¿Cómo se podrán generar las conclusiones pertinentes?
Un ejemplo que se puede asociar a esta situación es que si un individuo va a una convención de carros por pura diversión, o si iba pasando por la calle y vio la actividad, al momento de entrar se encontrará con infinidades de personas, produciendo la primera conclusión, casi que involuntaria que es un simple “estas personas deben de saber mucho acerca del tema” pero… ¿tú no estas allí por casualidad? ¿Por qué no pueden haber más personas como tú? Quizás la mayoría si haya organizado o planificado con anterioridad esa actividad, y quizás también esta persona esté más preparada que tú, pero también hay que saber que por alguna razón estas en ese lugar, volvemos al ejemplo de la “esponja”, el ser humano está abierto para los diferentes conocimientos.
Hay algo que cabe destacar en toda esta situación, el concepto de conocimiento es comúnmente confundido con el concepto de saber. Diferenciamos, de un modo técnico y formalizado los conceptos de conocer y saber, por más que, en el lenguaje ordinario, se usen a veces como sinónimos, otras veces no. Conocer y su producto del conocimiento, va ligado a una evidencia que consiste en la creencia basada en la experiencia y la memoria, y es algo común en la evolución de los seres naturales (como se mencionó anteriormente y puede ser relacionado con los primeros 2 ejemplos) concebidos como sistemas a partir de los organismos superiores. En cambio el saber, por su parte requiere, además de lo anterior, una justificación fundamental; es decir, un engarce en un sistema coherente de significado y de sentido, fundado en lo real y comprendido como realidad; más allá del conocimiento del objeto en el momento presente como si fuera definitivo y completo. Un sistema que constituye un mundo y hace de este hecho de experiencia algo con entidad consistente. Un conjunto de razones y otros hechos independientes de mi experiencia que, por un lado, ofrecen un “saber que” es percibido como verdad y, por otro lado, orientan y definen la conducta, como un “saber hacer” como respuesta adecuada y una valoración de todo ello respecto a lo bueno, por lo tanto podemos decir que para poder llevar a cabo o para poder realizar una conclusión con una base bien formada, se necesita llevar al siguiente nivel del saber, habiendo superado el denominado “conocer” que es algo mucho menos profundo.
Entonces, ¿En qué grupo te encuentras? ¿Al momento de realizar una conclusión, piensa… realmente se, o simplemente “conozco”?
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