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ESTRATEGIAS PARA AYUDAR A MI HIJO A TOLERAR LA FRUSTRACIÓN

Enviado por   •  29 de Agosto de 2018  •  1.732 Palabras (7 Páginas)  •  236 Visitas

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- El mensaje o la norma debe centrarse sobre la conducta:

Si queremos que un niño haga o deje de hacer algo hay que decírselo con claridad, centrándonos en lo que queremos que haga o deje de hacer, es decir, en la conducta en cuestión, no en la actitud o en la valía del niño. Por ejemplo, si el niño nos interrumpe cuando estamos hablando con otra persona habría que decirle “Espera a que termine de hablar” o “No me interrumpas cuando hablo con otra persona”, en vez de “No seas pesado” o “Compórtate como un niño mayor”.

- Ser lo más concretos posible, es decir, ir al grano:

A la hora de establecer el horario de llegada a casa de un adolescente habría que concretar, por ejemplo: ‘Vuelve a casa antes de las 10’. No sería adecuado el mensaje ‘Vuelve pronto’ o ‘No llegues tarde’.

- Hablar con calma, no hace falta gritar:

Firmeza: un consejo básico para hacer respetar cualquier límite es decirlo con firmeza. Para ello debemos tener un tono de voz seguro, sin gritos, y un gesto serio en el rostro. Pero utiliza este recurso cuando sea necesario (cuando tenga una rabieta), en las ocasiones en las que se quiera impulsar a un pequeño a tomar un camino podemos ser más ligeros con el tono y la gestualidad.

Dar las órdenes o instrucciones en un tono de voz normal puede trasmitir más firmeza que dar un grito, que sólo significa que se empieza a perder el control en uno mismo.

- Opciones:

Si no les damos opción a decidir terminarán desobedeciendo las normas. En muchas ocasiones se puede dar a elegir entre dos situaciones para que el niño sienta parte de poder y control sobre su vida, aunque terminará haciendo lo que los padres le hayan propuesto. Por ejemplo, ¿quieres ducharte o bañarte?

Si es necesario, fijar la consecuencia que traerá consigo el incumplimiento de la norma o límite:

En el ejemplo anterior del horario, si pensamos que el adolescente puede saltarse la norma sería bueno el recordarle la consecuencia: ‘Ya sabes que si llegas más tarde de las 10 el próximo sábado no podrás salir’.

- Y lo más importante:

Actuar en consecuencia. Un límite es firme si siempre lleva aparejada la consecuencia. La consistencia es el punto más importante del establecimiento de límites: cuando el niño sabe que siempre sus padres actúan como han acordado, tendrá en cuenta la norma y la respetará.

- Acentúa lo positivo:

Se atraen más moscas con miel que con vinagre es un dicho que se deben tener en cuenta a la hora de aplicar los límites establecidos con los hijos. Se trata de darle una vuelta a la situación para hacer una frase en positivo y no en negativo. En vez de decir “No grites en la biblioteca” puedes establecer el límite como “habla bajo en la biblioteca”.

- SUGERENCIAS GENERALES

- Trata de ser congruente, actuando tal y como dices que se debe actuar. No prometas algo que no vas a cumplir, ya sean premios o restricciones. Los niños se dan cuenta de la inconsistencia de los padres y manejan la situación a su conveniencia.

- No utilices la palabra castigo promueve en tu hijo la responsabilidad de sus actos y llámalas consecuencias. Finalmente son resultados de sus actos y ellos deben vivirlas.

- Escucha más. No interrumpas para dar tu opinión, regañar o sermonear sin tener toda la información. Escucha y trata de comprender más desde la perspectiva de tu hijo, no sólo desde la tuya.

- Emite tus opiniones aclarando que son sólo eso, opiniones. No eres el dueño de la “verdad única”.

- Clarifica los valores prioritarios de la casa y las reglas que de ellos se derivan. No corrijas según tu humor del día o del momento. Si algo no está permitido, no cedas porque “estas de buenas”, no lo prohíbas sólo porque “estés de malas”

- Enfatiza las habilidades de tu hijo, no sus inhabilidades.

- Ayúdalo con lo que le cueste trabajo, pero refuerza más aquello en lo que son hábiles, para que sean mejores. Si refuerzas aquello sobre lo que no son hábiles, perderá valor todo aquello en lo que sobresalen.

- Ten paciencia para que tu hijo haga las cosas a su propia manera y no como tu espera que lo haga. Respeta sus tiempos de aprendizaje y su velocidad de respuesta, ya sea que estén por debajo o por encima del tuyo.

- No le pegues, no lo ofendas, no te burles de él ni lo insultes. Respeta siempre su dignidad, ¿Cómo esperas que tenga autoestima si no le enseñas a tener auto dignidad para merecer ser tratado con respeto y amor?

- Muestra tu afecto. Manifiéstale de alguna manera clara que lo amas sin condiciones. Reconocerlo por SER no sólo por su buena conducta. Hazlo con palabras y caricias.

- No lo manejes con chantajes o culpándolo, la culpa sólo produce remordimiento pero no genera conductas de cambios constructivos.

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