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El creador literario y el fantaseo

Enviado por   •  3 de Julio de 2018  •  3.538 Palabras (15 Páginas)  •  417 Visitas

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El creador literario y el fantaseo 1908 (1907)NOTA INTRODUCTORIA

Expuesto como conferencia en 1907. Uno o dos años antes se había aproximado a la cuestión (creación literaria) en el ensayo, inédito en vida de él, «Personajes psicopáticos en el escenarío»Con los textos posteriores el centro del interés recae en el examen de las fantasías.

TEXTO

A nosotros, los legos, siempre nos intrigó poderosamente averiguar de dónde esa maravillosa personalidad, el poeta, toma sus materiales y cómo logra conmovernos con ellos, provocar en nosotros unas excitaciones de las que quizá ni siquiera nos creíamos capaces

¿No deberíamos buscar ya en el niño las primeras huellas del quehacer poético?La ocupación preferida y más intensa del niño es el juego. Acaso tendríamos derecho a decir: todo niño que juega se comporta como un poeta, pues se crea un mundo propio o, mejor dicho, inserta las cosas de su mundo en un nuevo orden que le agrada.

Lo opuesto al juego no es la seriedad, sino... la realidad efectiva.

Tiende a apuntalar sus objetos y situaciones imaginados en cosas palpables y visibles del mundo real. Sólo ese apuntalamiento es el que diferencia aún su «jugar» del «fantasear»

Ahora bien, el poeta hace lo mismo que el niño que juega, crea un mundo de fantasia y lo dota de grandes montos de afecto

El adulto deja, pues, de jugar; aparentemente renuncia a la ganancia de placer que extraía del juego. Pero quien conozca la vida anímica del hombre sabe que no hay cosa más difícil para él que la renuncia a un placer que conoció. En verdad, no podemos renunciar a nada; sólo permutamos una cosa por otra.

Así, el adulto, cuando cesa de jugar, sólo resigna el apuntalamiento en objetos reales; en vez de jugar, ahora fantasea. Construye castillos en el aire, crea lo que se llama sueños diurnos.

El niño juega solo o forma con otros niños un sistema psíquico cerrado a los fines del juego, pero así como no juega para los adultos como si fueran su público, tampoco oculta de ellos su jugar. En cambio, el adulto se avergüenza de sus fantasías y se esconde de los otros.

El jugar del niño estaba dirigido por un solo deseo que ayuda a su educación: ser grande y adulto y no hay razón alguna para esconder ese deseo.

En el caso del adulto; por una parte, este sabe lo que de él esperan; que ya no juegue ni fantasee, sino que actúe en el mundo real; por la otra, entre los deseos productores de sus fantasías hay muchos que se ve precisado a esconder; entonces su fantasear lo avergüenza por infantil y por no permitido.

Hay un género de hombres quienes por necesidad dicen sus penas y alegrias, o sea, los neuroticos.

Caracteristicas del fantasear:

El dichoso nunca fantasea; sólo lo hace el insatisfecho. Deseos insatisfechos son las fuerzas pulsionales de las fantasías, y cada fantasía singular es un cumplimiento de deseo.

Los deseos pulsionantes difieren según sexo, carácter y circunstancias de vida de la personalidad que fantasea, pero se pueden agrupar en:

1) deseos ambiciosos: que sirven a la exaltación de la personalidad2) deseos eróticos.

En la mujer joven predominan los eroticosEn el hombre joven junto a los deseos eróticos cobran urgencia los egoístas y de ambición

Los productos de esta actividad se adecuan a las cambiantes impresiones vitales, se alteran a cada variación de las condiciones de vida, reciben de cada nueva impresión eficaz una «marca temporal».

Una fantasía oscila en cierto modo entre tres tiempos, tres momentos temporales de nuestro representar:

Presente:El trabajo anímico se anuda a una impresión actual, que fue capaz de despertar los grandes deseos de la persona

Pasado:Se remonta al recuerdo de una vivencia anterior, infantil las más de las veces, en que aquel deseo se cumplía

Futuro:Se figura como el cumplimiento de ese deseo, justamente el sueño diurno o la fantasía, en que van impresas las huellas de su origen en la ocasión y en el recuerdo.

El deseo aprovecha una ocasión del presente para proyectarse un cuadro del futuro siguiendo el modelo del pasado.

El hecho de que las fantasías proliíeren y se vuelvan hiperpotentes crea las condiciones para la caída en una neurosis o una psicosis; además, las fantasías son los estadios previos más inmediatos de los síntomas patológicos de que nuestros enfermos se quejan.

El nexo de las fantasías con el sueño, nuestros sueños nocturnos no son otra cosa que unas tales fantasías,

¿Estamos realmente autorizados a comparar al poeta con el «soñante a pleno día», y a sus creaciones con unos sueños diurnos?

Es que se nos impone una primera diferencia:

Enfoquémonos en los poetas que parecen crear materiales libremente. En las creaciones de estos narradores;Todos ellos tienen un héroe situado en el centro del interés y para quien el poeta procura por todos los medios ganar nuestra simpatía; parece protegerlo.

El sentimiento de seguridad con el que yo acompaño al héroe a través de sus azarosas peripecias es el mismo con el que un héroe real se arroja al agua para rescatar a alguien que se ahoga,

“Su Majestad el Yo, el héroe de todos los sueños diurnos así como de todas las novelas”

Si todas las mujeres de la novela se enamoran siempre del héroe, difícilmente selo pueda concebir como una pintura de la realidad; sí se lo comprende, en cambio, como un patrimonio necesario del sueño diurno. Lo mismo cuando las otras personas de la novela se dividen tajantemente en buenas y malas, renunciando a la riqueza de matices que se observa en los caracteres humanos reales;

La novela psicológica en su conjunto debe sin duda su especificidad a la inclinación del poeta moderno a escindir su yo, por observación de sí, en yoes-parciales, y a personificar luego en varios héroes las corrientes que entran en conflicto en su propia vida anímica.

Para que posea algún valor nuestra equiparación del poeta con el que tiene sueños diurnos, y de la creación poética con el sueño diurno mismo, es preciso ante todo que muestre su fecundidad de cualquier manera.

No olviden ustedes que la insistencia, acaso sorprendente, sobre el recuerdo infantil en la vida del poeta deriva

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