Ensayo del libro "El arte de NO amargarse la vida"

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Poder cambiar estos dogmas que hemos mencionado no es nada fácil pero si podemos hacer algo como relativizarlos para que se vuelvan una “carga” menos, para quitarnos esa ansiedad y a la tensión a la que nos sometemos nosotros mismos.

Ay que insistir que no se trata de simplemente de resignarse, si no de enfrentarnos y aceptar de que no se puede cambiar lo que tenemos si no que se pueden hacer mejoras en lo que se puede modificar.

Para esto se propone un proceso de tres paso y es aquí donde podemos entender mas la terapia cognitiva. El primer paso es hacer un recuento diario de las ideas irracionales que tenemos durante dicho periodo que nos han producido algún tipo de angustia. A continuación, “desarmar” estas creencias, analizando, por un lado, las posibilidades de que realmente se materialicen y, por otro, relativizando su importancia. Por último, formular unas creencias más racionales alternativas y buscar soluciones prácticas a los problemas que representan.

Una vez que hemos superado tanto la “necesititis” como la “terribilitis” estaremos en capacidad de vivir más plenamente, concentrados en lo que nos gusta, en nuestras verdaderas metas y vocaciones. Por el contrario, mantenernos atados a nuestros miedos irracionales nos conduce a estados depresivos, o de amargura permanente, que sólo nos producirán infelicidad.

Para concluir, la felicidad en mi punto de vista es “vivir el momento”, si estas triste disfruta que estas triste, si estas emocionado de igual manera disfrútalo. La vida es como una montaña rusa con altos y bajos y mientras no quieras estancarte en un momento todo está bien. La felicidad se produce haciendo lo que a ti te gusta y es verdad sobre los pensamientos irracionales ya que estos no hacen que pensemos tantas veces eso que nos hace sentir mal que terminamos estado peor de como estábamos al principio. La felicidad depende de ti mismo, de no estar culpando a los demás de lo que te está pasando y empezar a hacerte responsable de tus acciones y poder hacer algo al respecto.

“Ser feliz no es tener un vida perfecta, es soñar y llorar al mismo tiempo. Ser feliz es amar aunque a veces eso te golpee. Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir a pesar de todos los desafíos. Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas para volvernos autores de nuestra propia historia.” Anónimo.