Ensayo la Sonrisa de Mona Lisa

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Los estándares sociales eran de gran relevancia, como se mencionó anteriormente, se tenía que ser de una buena familia, con padres casados, ser linda, inteligente pero sin tener la palabra en voz alta. Las mujeres debían ser femeninas a la vez que interesantes, cumplir sin quejarse las labores del hogar mientras su marido traía el dinero a casa, y sobre todo tener hijos. Según la tradición social, una mujer sin hijos no estaba "completa". En esa época las mujeres pudieron seguir sus estudios y la mayoría de las que lo hicieron, renunciaron a tener una vida laboral cuando se casaron. Tenía que ser una buena esposa y obedecer al marido fielmente. El acceso de la mujer al mundo laboral era muy limitado ya que no era común que las se superaran y que trabajaran en algún cargo importante.

Los estereotipos eran impresionantes, las mujeres solo se tenían que dedicar a limpiar la casa, lucir siempre hermosa y linda sobre todo callada, complacer al marido en cualquier aspecto, tener la cena lista cuando él llegue, atender a los hijos y procurar estar feliz aun cuando no lo fuera. Los hombres también sentían cierta presión social ya que un hombre debía tener una mujer e hijo y su jefe esperaba eso de él y si esto era demostrado podría recibir un aumento de sueldo o que lo promovieran a algún ascenso.

Algo de gran importancia también eran los prejuicios. Toda mujer debe estar casada felizmente y si no lo era se tenía que aguantar a los desplantes, rechazos e infidelidades de su marido ya que el divorcio era algo muy mal visto. La sociedad criticaba más a la mujer ya que se podría decir que ella no cumplió debidamente con su papel. Y si una mujer ya grande no estaba casada también se le criticaba, como la maestra Watson. También era mal visto el uso de anticonceptivos dentro de los colegios porque según era visto muy promiscuo en una mujer.

Hoy en día, las cosas han mejorado mucho. Los datos indican que las mujeres son mayoría en las universidades de todo el mundo y que muchas de ellas deciden no "crear un hogar" para renunciar a sus aspiraciones personales, a pesar de la presión social que sigue existiendo. Las que deciden seguir adelante, saben combinar todos los aspectos que implica ser mujer, madre y empresaria, sin renunciar a ninguno de ellos.

Sin embargo, no todo está hecho y el tradicional rol femenino sigue repitiéndose con demasiada frecuencia.